España puede convertirse en la gran sede del deporte mundial dentro de nueve años. 2030, aunque parezca lejos, es la gran oportunidad del país para mostrar ante millones de espectadores la capacidad organizativa en cuanto a eventos deportivos se refiere. Por una parte, la RFEF colabora con sus homólogos portugueses para ser las anfitrionas del Mundial de fútbol de 2030. Por otra, los Juegos de Invierno podrían realizarse en Aragón y Cataluña con los Pirineos como gran atractivo. Dos candidaturas que, en cualquier caso, deben partir de la unidad y colaboración.
La celebración del Mundial 2030 es el 'premio' más factible a estas alturas. Para ello habrá que convencer a la FIFA y superar a otras candidaturas. Entre otras destaca la, aunque todavía no oficial, de Israel. Y es que el propio Gianni Infantino visitó a las autoridades del país para proponer en público la opción de que se lanzaran para albergar el Mundial 2030. Un movimiento que, pese a poner en cierta ventaja a dicha candidatura, no ha cambiado los planes ni la relevancia del proyecto de España y Portugal
Junto a Portugal, ambos países han lanzado la llamada 'candidatura ibérica'. Un proyecto que han ratificado cargos políticos de ambos Estados y que pueden suponer un gran triunfo para las dos organizaciones participantes. El último avance, como confirmó la propia Federación Española de Fútbol, ha sido el de nombrar a Antonio Laranjo como presidente de Infraestructuras "coordinando los proyectos técnicos en la unión de los dos países ".
En caso de triunfar esta candidatura, supondría el éxito de un "histórico acuerdo", según calificaron desde la RFEF, y el acierto de una colaboración de dos países amigos. A la espera de saber cuál de los dos países se llevaría los partidos más importantes del torneo, tanto España como Portugal han demostrado estar preparados para organizar eventos de esta magnitud.
La complicación de los Juegos
Los Juegos Olímpicos son el eterno sueño de España. Madrid, por una parte, ha acumulado todo el protagonismo en los últimos meses con la vista puesta a la 'lotería' de 2036. La capital del país, siempre soñando con poder celebrar una cita olímpica, ha tenido que lidiar con los numerosos rumores de una posible candidatura. Sin embargo, la opción más cercana en la actualidad se sitúa algo lejos del centro de la península, y concretamente entre Cataluña y Aragón.
Ambas comunidades, con COE y CSD como nexo común, aspiran a ser la sede de los Juegos Olímpicos de Invierno 2030. Una pelea que se tendrá que desarrollar contra los proyectos de Sapporo o Salt Lake City, entre otros. Y que, por lo visto hasta el momento, también tiene que pelear con las disputas internas. Recientemente se ha realizado la primera reunión con representantes de ambas Comunidades Autónomas, así como con miembros del COE y del CSD. El objetivo, según han reconocido, es "preparar el estudio de la parte técnica de dicha candidatura".
Un movimiento importante, pero que tiene que superar muchos escollos aún. Aragón, por ejemplo, reclamó tener la misma importancia que Cataluña en la candidatura. Algo que empieza por la terminología de esta y que, a la vista del primer proyecto de presupuestos de la Generalitat, no se cumplió. Las autoridades catalanas, por su parte, también deben reafirmar su posición real después de varios meses de cambios en su postura y con la CUP colaborando para frenar la candidatura. Una serie de impedimentos que, sin embargo, pueden quedar de lado si las reuniones con el COE terminan en buen puerto.
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