El fichaje de Sergio Ramos por el Paris Saint-Germain sigue sin tener grandes consecuencias en el terreno de juego para el equipo de Maurico Pochettino. El técnico argentino apenas ha alineado en tres ocasiones al exjugador del Real Madrid. Una de ellas, además, acabó con una expulsión. Por culpa de las lesiones, el veterano central español no ha podido liderar como quería y ha dejado en el olvido los 10,5 millones de euros netos que cobra por temporada.
La llegada del camero a París ya estuvo marcada por las complicaciones físicas. El PSG sabía que adquirá un jugador libre, pero que en los últimos meses se había encontrado con constantes lesiones. El club galo lo asumió, pero en ningún caso preveía que la baja de Sergio Ramos fuera a extendese tanto en el tiempo y que se tradujera en únicamente tres apariciones sobre el terreno de juego.
El mismo Leonardo, director deportivo de la entidad, reconoció cierto enfado en una de sus muchas comparecencias ante los medios. "No esperábamos estar cuatro o cinco meses sin Ramos", indicó el brasileño, que ha visto cómo su fichaje estrella del verano pasado junto a Leo Messi no ha tenido grandes noches de protagonismo más allá de la de su presentación con el equipo.
El debut de Sergio Ramos tuvo que esperar al mes de noviembre. El calvario llegaba a su fin y el central camero tenía la gran oportunidad que llevaba tanto tiempo esperando. Pochettino le alineó de titular ante el Saint Etienne y el PSG venció sin grandes complicaciones. Los halagos al exjugador del Real Madrid se sucedieron en las horas posteriores. El 1-3 cosechado por los galos eran un buen resultado, pero la optimista aparición del central importaba lo suficiente.
La gran duda entonces era saber si Sergio Ramos había terminado en condiciones físicas o si Pochettino esperaría a darle nuevas oportunidades. El miedo a la recaída, como se había comprobado con anterioridad, flotaba en el ambiente. Y Pochettino no tardó demasaido en poner sobre la mesa las posibilidades de no verle durante un tiempo después de terminar "más cansado de lo normal" tras meses sin jugar.
Sergio Ramos pasó de la euforia por debutar un 28 de noviembre a la resignación por una nueva baja muscular. El PSG tuvo que esperar hasta el 19 de diciembre para volver a verle. Fue en un partido de la Copa de Francia y Sergio Ramos no terminó los 90 minutos. No por decisión técnica pensando en una recuperación, sino por una doble tarjeta amarilla que le expulsó ante el EFAFC (Entente Feignies Aulnoye).
Los halagos dejaron camino a las críticas, pues el 'caso Ramos' se cobraba otro capítulo. Si no era el físico, ahora eran las tarjetas rojas. El camero jugó tres días después 41 minutos ante el Lorient. El PSG empató a uno. Y, desde entonces, Sergio Ramos no ha vuelto a aparecer. El 9 de enero estaba marcado su regreso, pero Pochettino le dejó como suplente en un duelo clave ante el Lyon.
La traducción del fichaje de Sergio Ramos, por lo tanto, es de tres partidos disputados y menos de 180 minutos de juego con una tarjeta roja incluida. El zaguero cobra un salario cercano a los 10,5 millones de euros netos por temporada, pero no ha conseguido entrar en la dinámica que preveía de liderar la defensa del París Saint-Germain y ya acumula 134 días lesionado.
Ni Real Madrid ni Selección
Por el momento, el jugador tiene contrato hasta 2023. El rumor de una posible rescisión de contrato no tardó en cortarse, aunque fueron los medios cercanos al PSG los que publicaron la noticia. Y el camero, que estaba acostumbrado a ser titular indiscutible en el Real Madrid, puede verse contra las cuerdas con su nuevo rol en el Paris Saint-Germain. En año de Mundial, su vuelta a la Selección parece imposible si no logra encadenar dos partidos seguidos como titular.
El Real Madrid, además, no mira al pasado en lo que ha quedado como un acierto. El club despidió con honores a su capitán y dio los galones restantes a Eder Militao y David Alaba. Ambos centrales se han hecho con el control de la línea defensiva sin mayor complicación y han despejado cualquier duda sobre el potencial del equipo. La sombra de Sergio Ramos, muy difícil de borrar, apenas aparece en una plantilla que se ha renovado como sucediera en su día con el adiós de Cristiano Ronaldo.
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