Alex Song formó parte del Fútbol Club Barcelona entre los años 2012 y 2016. En el momento de su fichaje ya le avisaron de que apenas tendría protagonismo. Sin embargo, el jugador aceptó llegar al Camp Nou por una razón: el dinero. Así se lo ha comentado a Pascal Siakam, jugador de los Toronto Raptors de la NBA y compatriota suyo.
No es la primera vez que habla sobre algo así. Y es que si algo ha demostrado el exfutbolista de Camerún es que no le importa admitir que accedió a ser 'calientabanquillos' siempre y cuando recibiese una gran cantidad de dinero para ello. Algo por lo que hoy en día se continúa señalando a algunos jugadores, que sin minutos en sus equipos, año a año prefieren quedarse que cambiar de aires para jugar más, aunque tal vez ganando menos.
Se puede decir que estamos ante el 'mal del futbolista'. Aunque para Alex Song no es motivo de vergüenza. Así de claro ha hablado sobre ello: "Cuando el Barcelona me ofreció un contrato y vi cuánto ganaría, no lo pensé dos veces. Sentí que mi esposa y mis hijos deberían tener una vida cómoda una vez termine mi carrera".
"Conocí al director deportivo y me dijo que no jugaría muchos partidos, pero no me importó, sabía que ahora me haría millonario. No me importaba una mierda ser un 'calientabanquillos' en el Camp Nou por el dinero que ganaba", ha agregado el ex de Can Barça.
Además del Barcelona, también pasó por las filas del Arsenal. Fue gunner durante ocho años y ha reconocido que derrochó demasiado cuando estuvo en Londres: "La mayoría de futbolistas viven más allá de sus posibilidades. Estuve en el Arsenal durante ocho años, pero solo comencé a ganarme la vida en los últimos cuatro, cuando me di cuenta de lo que era un desperdicio".
Anécdota con Henry
Alex Song ha querido recordar después una anécdota relacionada con un vestuario y el dinero. En su día, el camerunés se encaprichó del coche que tenía Thierry Henry y no dudó en acudir al concesionario. Pero la historia no acabó como le hubiera gustado: "Iba a entrenar y veía a Thierry Henry aparecer con una verdadera joya de coche. Me dije a mí mismo que quería el mismo coche a toda costa. Fui al concesionario y me compré el mismo. Pero juro que tuve que devolverlo a los dos meses, todo mi dinero se estaba yendo en gasolina".
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