Joan Laporta ha dado el gran paso para iniciar su guerra judicial contra Josep Maria Bartomeu. El actual presidente del FC Barcelona trasladó este miércoles a la Fiscalía los datos obtenidos en la investigación interna. Los primeros análisis hablan de posibles irregularidades y de una gestión que podría implicar algún tipo de responsabilidad por parte del anterior equipo directivo. Por ello, tal y como se dejó entrever en campaña electoral, la actual cúpula azulgrana ha optado por la vía judicial.
"Se informará de las actuaciones ya iniciadas por el club consistentes en la presentación de una denuncia ante la Fiscalía Provincial de Barcelona por hechos que se derivan de las conclusiones de la investigación Forensic. La presentación, que se celebrará en el Auditori 1899 a partir de las 11 horas, correrá a cargo del presidente del FC Barcelona Joan Laporta", anunció el club en un comunicado oficial.
La decisión ya se veía estudiando desde hace tiempo. Laporta situó su batalla contra la gestión de Bartomeu como una de las bazas de su campaña electoral. Él representaba el éxito deportivo y económico que podría hacer olvidar la ruina de la entonces cúpula culé. El primer movimiento fue encargar una Due Diligence que detallara el estado real de las cuentas azulgranas. El segundo, este encargo al Forensic con el objetivo de aclarar hasta la última factura presentada en las cuentas catalanas.
A falta de detalles, la atención se centra en cómo se gestionaron los fondos del Fútbol Club Barcelona y por qué se acabaron generando tantas pérdidas. Además, el escaso avance del Espai Barça y las polémicas comisiones que se pactaron con intermediarios están en el centro de la diana.
La situación del club en términos financieros ha mejorado en los últimos tiempos. Sin embargo, desde la entidad azulgrana confirmaron que en caso de haber sido una Sociedad Anónima Deportiva deberían haber anunciado su quiebra. Las cuentas, según datos del propio Barça, llegaron a poner sobre la mesa una deuda y compromisos futuros de pago de 1.350 millones de euros.
Esta cifra englobaba un incremento salarial del 61%, así como un aumento del gasto de gestión del 56% o el cálculo de seis veces más de gastos financieros. Si a eso se le sumaban casi 110 millones de euros de impacto por la Covid-19, el escenario era lo suficientemente grave como para comunicar la quiebra del club. Estos datos fueron presentados por el Barça, pero desde el círculo de Bartomeu se negó la gravedad de dicha situación. Tampoco dieron importancia a las comisiones del 33% que se han detectado a intermediarios a los fichajes.
Los números presentados por el anterior equipo directivo ya eran malos. Pero el análisis de los trabajadores de Laporta y el posterior visto bueno de LaLiga confirmaron que no eran los correctos. El Barça pasó de tener 225 millones de euros de previsión de pérdidas a casi 500 millones. Los culés generaron más números rojos en la 2020/2021 que todos los equipos de Primera División juntos.
El parón del Espai Barça
Por último, uno de los aspectos más llamativos es el del Espai Barça. El complejo de instalaciones del nuevo Barça lleva presentado años. Sus primeros detalles se dieron a conocer con el fin de Rosell y la llegada de Bartomeu. Pero tras el paso del tiempo solo se ha construido un nuevo estadio para el Barça B. El resto de obras están paradas, han sufrido cambios o ni se han planteado.
El Barça cifró en un 5% el avance de las obras presentadas en un principio. Sin embargo, supuso el 25% del presupuesto inicial. Este proyecto, cabe recordar, estaba valorado en unos 600 millones. Con ese 5% se gastó un cuarto de lo previsto. La llegada de Laporta cambió la idea del nuevo estadio y construcciones acompañantes. La inversión aumentó hasta los 1.500 millones y los plazos se han vuelto a alargar.
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