Los clubes que componen la Premier League han iniciado contactos con la policía británica para poner fin a la violencia en el fútbol. Los equipos creen que este tipo de actitudes van ligadas al consumo de cocaína, por lo que próximamente se establecerá un plan de acción para reducir la ingesta de estas sustancias entre los hinchas que acuden a los campos de fútbol.
Una alerta que sorprende y que llega semanas después de que el propio Parlamento británico detectara trazas de cocaína en 11 de 12 baños. Sin embargo, ven este control como una manera de reducir la agresividad entre aficionados y por ende las detenciones e incidentes que se vienen sucediendo en las inmediaciones de los estadios. Según The Times, ya hay un acuerdo para trabajar de forma más colaborativa entre organización y autoridades.
El pasado fin de semana ya se vivieron varias escenas reprobables entre aficionados. Una tuvo a Lucas Digne como víctima. El ex del Barça recibió un botellazo de un aficionado cuando celebraba un gol en la esquina del córner. El partido pudo continuar y el jugador no tuvo mayores complicaciones físicas. Poco después, Rüdiger también sufrió el impacto de un objetivo lanzado desde la grada. Dos acciones que han hecho saltar las alarmas en el seno de la Premier.
Los datos que manejan las autoridades británicas hablan de un aumento del 47% de los arrestos en estas situaciones. La primera mitad de la temporada 2019/2020, afectada en su segundo tramo por la Covid-19, tuvo cerca de 547 arrestos de aficionados. En esta última campaña el número ya va hasta las 802 detenciones.
Últimas agresiones
La presencia de radicales en el deporte, concretamente en el fútbol, ha aumentado en los últimos meses. Un ascenso que se podía prever después de un tiempo donde la Covid-19 cerró los recintos deportivos e impidió la presencia de aficionados. Sin embargo, los incidentes provocados por este tipo de grupos ha puesto en alerta a autoridades y organizadores.
En Francia el asunto ha llegado hasta al gobierno de Macron, que estudia un plan para poner fin a las agresiones en los estadios de fútbol. Entre otras situaciones, esta temporada se han vivido batallas campales entre grupos radicales y hasta agresiones desde la grada a jugadores presentes en el césped.
De igual manera, España ha vivido su particuar auge de los ultras con la agresión a Joan Jordán en el derbi entre Betis y Sevilla. Un aficionado con antecedentes penales lanzó una barra de PVC y golpeó al jugador del club hispalense provocando la suspensión del encuentro. Días después, otro grupo de radicales lanzó bengalas y otros objetivos contra el autobús del Atlético de Madrid cuando se aproximaban al estadio de la Real Sociedad.
[Más información - El fútbol planta cara a la moda NFT: la Premier League y la UEFA estudian el caso John Terry]