Por si alguien quedaba sin saberlo, el FC Barcelona juega la Europa League 2021/2022. El Bayern Múnich fue implacable, el Benfica no falló y Xavi Hernández se llevó su primer gran varapalo como entrenador del Barça en el mes de diciembre. La tragedia agravaba la situación deportiva de la entidad, en un claro proceso de reconstrucción, y también la económica, ya que los culés contaban en sus presupuestos con la cantidad que recibirían de alcanzar los cuartos de final de la Champions League.
Los azulgranas se llevaban un tremendo palo para una economía ya diezmada de por sí. Aún así, el Barça ha acudido al mercado de fichajes de invierno y ha gastado. Mateu Alemany ha fichado a Dani Alves, Ferran Torres, Adama Traoré y Pierre-Emerick Aubameyang en un mes de enero de un continuo carrusel de nombres sobre el entorno azulgrana. Dos de ellos llegaron libres y todos se bajaron el sueldo. Solo se pagó por el ex del Manchester City, con un acuerdo diferido. Lo mismo sucedió con la renovación de Umtiti.
Aunque la deuda mil millonaria no verá en los ingresos por estar en la máxima competición continental un respiro, no han tenido reparo en gastar. Esta fue una de las razones por las que Ferran Reverter decidió salir del FC Barcelona. Sin CEO, pero con nuevas ilusiones en la plantilla, los culés inician el camino que esperan terminar en Sevilla, donde se disputa la final de esta edición de la segunda máxima competición continental.
El Barça presentó un resultado el pasado mes de octubre de 500 millones de euros en pérdidas en la última temporada. Para aplacar esta situación, se confiaba en que el cinturón apretado podrían obtener un resultado de cinco millones positivos al término del nuevo ejercicio. Esto se tendrá que conseguir por otro lado o los números rojos volverán a aparecer en el resumen de la campaña. Para ello, es completamente necesario que se gane la Europa League.
Las cuentas
No parecía darle y no le ha dado. La Champions League ahora mismo está lejos del alcance azulgrana. Queda el consuelo, algo desagradable, de la Europa League, una competición que sí parece a la altura de esta plantilla. El objetivo ahora es ganar el segundo torneo continental y así subsanar, sobre todo, la economía de una entidad que pasa por una grave crisis a todos los niveles. La deportiva todavía tardará en recuperarse.
Para empezar el camino en la Europa League tendrán que superar al Nápoles. Los italianos llegan a estos diecisesiavos después de terminar como segundo clasificado en la fase de grupos por detrás del Spartak de Moscú. Los partenopeos luchan, al igual que los barcelonistas, por las primeras plazas de La Liga y la Serie A con derecho a Champions. El Barça es cuarto tras la jornada 24 y el equipo de Spalletti, tercero tras la 25.
El vencedor de esta eliminatoria se embolsará 1,1 millones de euros, un pequeño pellizco que no se puede subestimar. El Barça es uno de los máximos candidatos a levantar su primer entorchado, cuestión que le podría dar 3,9 millones más solo por llegar a la final.
El premio máximo para el vencedor es de 8,5 millones, por lo que podría alcanzar los 14,9 millones en premios. Cabe recalcar que el Barça ya ha ganado 15,64 millones de euros por jugar la fase de grupos de la máxima competición continental y que la máxima cifra que puede alcanzar en Europa League son 5,3 millones menos que por llegar a cuartos de la Champions.
Insuficiente
Los 22 millones que se habían presupuestado por alcanzar los cuartos de final tendrá que rescatarlos Xavi en la Europa League y para ello tendrá que ganarla. Aún así tampoco los tendrá asegurados ya que las cantidades son un poco inferiores. Eso sí, esto aseguraría la plaza para la Champions League de la próxima temporada, algo innegociable con esta situación económica.
También tienen que negociar por el nuevo patrocinador principal del club, ya que el acuerdo con Rakuten finaliza este año. El Barça perfila el acuerdo con Spotify. No se cerrará por 187,5 'kilos' en tres años, que son 62,5 millones por temporada. Repartido queda así: un importe fijo de 57,5 millones por el patrocinio en el frontal de las camisetas del primer equipo masculino y el femenino, así como por ocupar la cara trasera de la ropa de entrenamiento, y otros cinco millones por el naming del Camp Nou.
El Barça vive la situación más enturbiada de su historia. Hacía 20 años que el club no se quedaba en la fase de grupos de la máxima competición continental. Le ha pasado en el peor momento posible por lo económico, pero también por lo deportivo ya que la estocada que se lleva esta joven plantilla es muy grave. Por ahora, tendrán que convencer a su afición de que ganar la Europa League es una oportunidad única, pero también una necesidad y cabe no despreciarla.
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