Terremoto en la Premier League. El Chelsea, uno de los clubes más importantes del fútbol inglés y vigente campeón de la Champions League y del mundo, se ha visto golpeado de lleno por la guerra en Ucrania. La invasión de las tropas de Rusia, ordenadas por Vladimir Putin, ha 'salpicado' al multimillonario dueño del club londinense, Roman Abramovich (Rusia, 1966), por su vínculo con el presidente ruso.
En Reino Unido es uno de los temas candentes desde que estallara el conflicto. Desde el Parlamento, por parte de un diputado laborista, se pidió investigar a Abramovich y requisar sus bienes en el país e impedirle seguir siendo dueño del Chelsea. Todo eso ha desembocado en que el empresario ruso haya entregado este sábado la administración y el cuidado del club a los encargados de su fundación benéfica.
Esto no significa que Abramovich deje el Chelsea, el cual compró en 2003. Roman permanecerá como propietario, pero no participará en ninguna toma de decisiones en el club de Stamford Bridge. Es la manera que ha encontrado para proteger a la entidad en medio del conflicto en Ucrania, aunque no hay que descartar que esto sea el primer paso para la venta del club si la tensión sigue incrementándose.
Los problemas en Reino Unido con Abramovich vienen de lejos. Hace cuatro años tuvo que dejar de usar su visado como inversor, debido al deterioro de las relaciones entre el país británico y Rusia por el incidente de Salisbury, en el que un agente doble que había trabajado para el M16 fue envenenado junto a su hija. Desde entonces solo ha podido viajar a las islas británicas con un pasaporte israelí y, desde 2018, solo le ha visto pisar una vez, el pasado mes de noviembre, el estadio de su equipo.
A Abramovich se le considera muy cercano al Kremlin y eso le lleva generando problemas, que ahora se han incrementado. Putin intervino en la venta de Abramovich del 50% de su petrolera Sibneft a Gazprom en 2005, cuando el fútbol cobró mayor relevancia para el empresario ruso. En el libro Putin's People se llega, incluso, a desarrollar la hipótesis de que el gobierno ruso ordenó a Roman que efectuara la compra del Chelsea.
Desde que estallara la invasión rusa de Ucrania, Abramovich no se ha pronunciado. El Chelsea, además, ha esperado a su 'salida' de la gestión del club para emitir un comunicado. En esta nota oficial no se cita en ningún momento a Rusia ni se habla de invasión, sino que se reduce a una "situación devastadora" por la que trasladan su apoyo a Ucrania.
Cómplice de Putin
En Reino Unido acusaron desde el jueves a Roman Abramovich de cómplice de Putin. Chris Bryant, diputado laborista, en su comparecencia del jueves en los Comunes, desveló un documento del Ministerio del Interior en 2019 en el que se informó de que Abramovich está en el punto de mira por sus vínculos con el estado ruso.
"Abramovich sigue siendo un asunto de interés para el país por sus enlaces con Rusia y por su asociación con actividades corruptas", dijo Bryant leyendo el citado documento. "Un ejemplo de ello es que admitió en un juicio haber pagado por influencias políticas. El Gobierno está centrado en asegurarse que aquellos individuos que están relacionados con financiación ilícita y con actividades delictivas no pueden asentarse en el Reino Unido, y usaremos todas nuestras herramientas, incluyendo las leyes inmigratorias, para prevenirlo", leyó el diputado.
Bryan subrayó que hace casi tres años desde que se redactó este informe y que "apenas se ha hecho nada". "¿Debería seguir teniendo Abramovich un club de fútbol en este país? ¿No deberíamos estar pensando en incautar sus bienes y asegurarnos de que gente que ha tenido el mismo visado que él no incurre en actividades delictivas?", añadió.
Abramovich ve amenazadas sus propiedades. Entre las posesiones que tiene en el Reino Unido, destaca una mansión valorada en más de 135 millones de euros en el centro de Londres. Su fortuna total rebasa los 9.000 millones de euros y su mayor fortaleza es la empresa siderúrgica Evraz, que cotiza en la bolsa de Londres y cuyas acciones cayeron un 30% el jueves por la guerra entre Rusia y Ucrania.
Que el Gobierno de Reino Unido le sancione, como ha hecho ya contra intereses económicos rusos y contra varios oligarcas, es una amenaza real. Abramovich siempre se ha defendido de sus supuestos vínculos de Putin, pero no se ha pronunciado en contra de lo que está ocurriendo en territorio ucraniano pese a las presiones para que lo haga.
Putin quiere una guerra con Ucrania
Sí lo ha hecho su hija Sofía, que en redes sociales cargó con dureza contra la actuación de Putin. En un mensaje en el que se leía "Rusia quiere una guerra con Ucrania", la hija de Abramovich tachó el nombre del país y puso el del presidente ruso para que quedara tal que así: "Putin quiere una guerra con Ucrania". Además, se lee otra frase: "La mentira más grande y exitosa propaganda del Kremlin es que la mayoría de los rusos están con Putin".
Abramovich está acorralado. The Times ya ha desvelado que el Chelsea podría enfrentarse a la quiebra si el Gobierno congela los activos financieros de Abramovich. Eso conllevaría que el equipo londinense le devolviera 1.500 millones de libras -1.800, en euros-, correspondientes al dinero que el empresario habría prestado al club blue. El contexto ha provocado que surgan los primeros nombres de posibles compradores interesados, como Sir Jime Ratcliffe, presidente del grupo de productos químicos INEOS.
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