La fiscalía suiza se llevó un revés en primera instancia en otoño de 2020 con el caso FIFAgate, pero, tras la apelación, vuelve a tratar de enjuiciar a Nasser Al-Khelaïfi. El Ministerio Público de la Confederación del país ha solicitado en la sala de apelaciones del Tribunal Penal Federal una "pena privativa de libertad" de 28 meses contra el presidente de BeIN Media y del PSG y una de 35 meses contra Jérôme Valcke. También se requieren 30 meses de prisión para un tercer acusado, el griego Konstantinos Nteris.
El conflicto en los tribunales que, pese a la expectación que generó en su día, ha ido perdiendo interés en el entorno de presidente del PSG, vuelve a la primera plana. Se le imputan a Al-Khelaïfi posibles delitos de soborno y administración desleal entre otros. Sus abogados insisten en su inocencia, tal y como ratificó en primera instancia el juzgado suizo. La fiscalía, por el contrario, continuó insistiendo en que se investiguen más a fondo los hechos para obtener una conclusión diferente.
Después de cuatro horas de acusación, se llegó al desenlace similar al de la primera instancia. Entonces, la fiscalía suiza ya había pedido penas de prisión de 28 meses, esta vez suspendidas parcialmente, contra Al-Khelaïfi, presidente de BeIN Media y del PSG, juzgado por "instigación agravada a la gestión desleal", así como tres años de prisión, también parcialmente suspendida, contra Valcke, exsecretario general de la FIFA, acusado de "manejo desleal agravado reiterado" en este apartado.
Los primeros pasos se dieron en 2015, cuando Jérôme Valcke fue destituido como secretario general de la FIFA. Sin embargo, tuvieron que pasar dos años para ver el inicio de la investigación en el entorno del máximo representante del Paris Saint-Germain. La razón de estas investigaciones estaba en un presunto soborno para, en condición de presidente de BeIN Sports, obtener un trato de favor en la distribución de los derechos televisivos de los Mundiales 2026 y 2030 en Oriente Medio.
El movimiento inmobiliario no tendría por qué generar duda alguna. Sin embargo, que fuera Valcke quien la disfrutara sí llamaba la atención. La justicia suiza lo entendió como un posible soborno de Al-Khelaïfi y, por ende, la sospecha sobre la distribución de derechos televisivos se disparó.
Pero, tras declaraciones en los años posteriores como en 2019 defendiendo siempre su inocencia, en 2020 llegó la absolución. La sentencia, dada la complejidad del caso, será deliberada y deberá pronunciarse dentro de unas semanas.
A diferencia de la primera instancia, en otoño de 2020, la fiscal federal Cristina Castellote no solicitó una suspensión parcial. Los dos líderes habían sido absueltos en este caso, Jérôme Valcke simplemente recibió una multa en un caso separado. La fiscalía suiza, casi dos años después, sigue sin dar por cerrado el caso. Y Al-Khelaifi, con un PSG que no termina de arrancar, aún tendrá que esperar a la decisión final para poder cerrar uno de los capítulos más escabrosos de su carrera como dirigente.
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