El gran despliegue de los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado no evitó que se produjera una multitudinaria pelea. Las calles del centro de Sevilla han sido objeto esta noche de una batalla campal entre aficionados radicales no de sus equipos, Real Betis y Sevilla FC, sino de los rivales de éstos en los octavos de final de la Europa League. Ultras del West Ham United y del Eintracht Frankfurt se ha enfrentado de manera violenta provocando graves incidentes.
Hay que recordar que las aficiones del equipo alemán y del inglés coinciden estos días en la capital hispalense, a pesar de que la UEFA separó entre miércoles y jueves los dos partidos. La zona del Paseo Colón fue un campo de batalla con lanzamientos de palos, sillas y mobiliario urbano. Los destrozos eran evidentes por el sonido de los cristales. Los dos encuentros fueron declarados de alto riesgo por Antiviolencia, pero el plan no pudo evitar estos enfrentamientos.
Había indicios de posibles altercados porque los aficionados radicales del equipo de Frankfurt llevan todo el día provocando incidentes en la capital andaluza. Durante la semana la preocupación en la ciudad y en España era real. La llegada de los británicos este miércoles, a los que no hace falta tampoco mucho para provocarles, fue el fuego que prendió la mecha. Todo se originó en torno a un pub en la esquina del Paseo Colón.
Tras el partido en el Benito Villamarín, la Policía ha escoltado a los alemanes al centro de la ciudad, donde tendrían sus hoteles y pensando en el viaje de vuelta al día siguiente. En ese lugar se cruzaron ambas aficiones. Los del Eintracht venían intimidando de lejos y se han llevado un recibimiento de vasos volando. Después las han emprendido a golpes unos con otros, con la Policía tratando de separar y contener las actitudes violentas.
En ese momento obligaron el cierre de bares de la zona para evitar que fuera a más. Los incidentes se han saldado sin heridos ni denuncias y con la detención de un ultra alemán por agresión a un policía en los prolegómenos del partido.
Estaban preparados
La Europa League lleva suponiendo durante toda la temporada un quebradero de cabeza para los cuerpos de seguridad del estado. El 17 de febrero hubo un despliegue para evitar altercados entre los ultras croatas del Dinamo de Zagreb y los del Sevilla. Esto se extendió a la Copa del Rey, ya que hubo un dispositivo similar para el Betis - Rayo Vallecano del 3 de marzo. La presencia de grupos como Bukaneros y los llegados desde los Balcanes supuso un reto cuya amenaza se neutralizó satisfactoriamente.
Ahora la amenaza se sitúa con el viaje de más de 3.000 aficionados de Londres para el partido de este jueves entre el Sevilla y el West Ham. El hecho de que los dos clubes de la ciudad hispalense compitan en la Europa League hizo que, para evitar que la situación se desmadre, el Real Betis - Eintracht de Fráncfort se adelantara al miércoles. Ya en la noche del martes tuvo que actuar la Policía contra los alemanes que ya estaban en la ciudad, aunque la llegada masiva se produjo el miércoles. Este jueves siguen los ingleses, por lo que la preocupación se mantiene.
[Más información: Sevilla se blinda ante los ultras ingleses y alemanes: entradas a 10.000 euros para evitar conflictos]
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