"Hemos vuelto", tuiteaba Gerard Piqué desde el vestuario del Santiago Bernabéu. Hacía unos minutos, Xavi Hernández escuchaba el pitido final que confirmaba su primera gran noche como entrenador del FC Barcelona. Los culés se exhibieron y humillaron al Real Madrid con un 0-4. Pierre-Emerick Aubameyang fue el gran protagonista en el estadio en el que siempre quiso jugar, pero lo hizo con una camiseta diferente. Joan Laporta utilizó en su campaña para la presidencia una pancarta enfrente del estadio que define el partido.
El "Ganas de volver a veros" que engalanaba uno de los edificios que se encuentran cerca del coliseo merengue se convirtió en una realidad. El Barça quiso más este Clásico que el Real Madrid. Los de Xavi salieron con más energía que el equipo de un Carlo Ancelotti que trató de innovar ante la baja de Karim Benzema y le salió mal. El italiano admitió su culpa tras el partido, pero los jugadores también pensaron en que los azulgrana estaban a 15 puntos en La Liga. Ya están a 12 con un partido menos.
La noche negra para el Real Madrid fue el momento en el que el barcelonismo se ha convencido de que Xavi Hernández es el entrenador para recuperarse de la crisis deportiva y económica que vive la entidad. Este Clásico es un punto de inflexión para el nuevo proyecto culé, un refuerzo para la moral de un equipo que se tiene que arrastrar este año por la Europa League y sufre para clasificarse para la próxima Champions. Este 0-4 es el primer título del técnico catalán.
El Barça hipotecó en parte su futuro por las contrataciones de este invierno y una de las más criticadas fue determinante. Aubameyang destrozó a David Alaba y Eder Militao, la pareja que está dominando La Liga y parte de Europa. El gabonés, en el ostracismo en el Arsenal, vive una segunda juventud en el Barça bajo el amparo de un Xavi que le ha dado toda la confianza del mundo. Impulsado por los Pedri, Dembélé y Ferran Torres, fue el hombre del partido.
La promesa de 'Auba'
Pierre-Emerick es tan gabonés como español, mucho más que catalán. Parte de su familia es española y residente en la pequeña localidad de El Barraco, en la provincia de Ávila. El que fuera gran delantero del Borussia Dortmund sonó en ese instante para vestir en algún momento la camiseta blanca. No era un simple rumor que aparece cuando un jugador destaca. Aubameyang le había hecho una promesa a su abuelo.
El Barça le rescató este invierno cuando había sido prácticamente apartado por Mikel Arteta en el Arsenal. Fue el momento en el que apareció esta afirmación que todo el mundo recordaba. Aubameyang intentó en su presentación salir de la polémica asegurando que su abuelo no era del Real Madrid, como había afirmado en otras ocasiones, sino del Atlético de Madrid.
Aunque se desdijera para tratar de quitarse la careta de madridista, tampoco ha tenido piedad por el club por el que quiso fichar ni por el estadio al que podía haber levantado. Todo pudo cambiar con una jugada a los 10 minutos de partido. El delantero se pasaba de frenada al ir a por un balón dividido y se llevaba por delante a Toni Kroos. Aubameyang clavaba sus tacos en la pierna del alemán. Martínez Munuera no sacó ni amarilla a una acción que incluso cuestionaba la roja.
Avisó fallando una ocasión clara en los primeros 15 minutos. No lo haría antes de llegar a la media hora de juego. Aprovecharía una gran jugada de Ousmane Dembélé por banda rematando de cabeza un buen centro del francés. Se adelantaba a un Militao que no le vio en toda la noche.
Seguiría perturbando a la defensa merengue y lo haría teniendo influencia en el tercer gol. El gabonés soltaba un gran taconazo hacia Ferran Torres, que remachaba a placer dentro del área de Courtois. Pocos minutos después el ex del City le devolvía el favor en una jugada en la que la defensa del Real Madrid se paró al ver al juez de línea levantando la bandera señalando fuera de juego. Aubameyang seguía la jugada y definía ante el belga con una gran vaselina. El VAR dio validez al gol.
Su noche acababa en el minuto 70 cuando Xavi le retiraba por Memphis Depay. El gabonés se iba al banquillo donde se le veía reírse junto a sus nuevos compañeros. Su carrera parecía destinada al final. Siempre excéntrico con sus coloridos coches, este velocista con una enorme capacidad de gol (fue no hace mucho máximo anotador de la Premier League) decidió un Clásico que pasará a la historia por ser el primero de la segunda época de Laporta. Vaya resultado se lleva el presidente.
Las ganas de Laporta
Su equipo demostró que tenía ganas de volver a verse las caras al Real Madrid en el Santiago Bernabéu. Este movimiento estratégico de Laporta en plena campaña electoral encuentra su sentido en este Clásico. Los culés volvían al coliseo merengue después de la pandemia que llevó los partidos del equipo de Chamartín al Alfredo Di Stéfano. Desde que regresó a la presidencia, Joan pisaba por primera vez este palco y lo hace con un 0-4.
Este resultado les coloca a 12 puntos en Liga y con un partido menos, pero va más allá de lo deportivo. Laporta encuentra otra bocanada de oxígeno justo después de cumplir un año en el cargo y no haber mejorado demasiado la crítica situación de su entidad. Esta goleada impulsa la moral de un Barça que quiere ganar la Europa League y pelear por el título nacional en lo que sería una remontada épica. Por encima de todo esto, el FC Barcelona ha vuelto este domingo.
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