Ilaix Moriba (Guinea, 2003) se erigió como uno de los jugadores más prometedores del FC Barcelona la temporada pasada. A las órdenes de Ronald Koeman, y con una plantilla muy criticada, el joven se hizo un hueco habitual en las rotaciones. Se vio tan fuerte en el equipo que incluso negoció una renovación al alza. Sin embargo, entre reproches, salió rumbo a Alemania para acabar regresando en calidad de cedido. Ahora solo le queda el Valencia ante la negativa del Leipzig a contar con él.
El conjunto germano adquirió a Ilaix por 15 millones de euros. Un montante lo suficientemente alto como para demostrar la confianza que había en el jugador. Pero ese potencial que creían haber fichado nunca lo vieron sobre el terreno de juego. Ilaix no tuvo demasiados minutos y, además, su actitud fuera del césped no generó más que enfado en la directiva del Leipzig. Por ello, según Bild, en la entidad no quieren recuperarle una vez acabe su cesión en el Valencia.
El Leipzig le descarta para su proyecto por su actitud e irregularidad. Entre otras muchas cosas, se ve a Ilaix como un jugador que aún debe madurar y que no está preparado para la élite. Al menos siguiendo los principios del Leipzig, pues el diario germano habla de anécdotas tan extravagantes como pedir que le trajeran uvas mientras le daban un masaje los servicios de fisioterapia.
Por lo tanto, el jugador que pudo consagrarse en el Barça con un contrato medio y que saltó a la Bundesliga soñando con su explosión, tiene ahora solo a un Valencia donde llegó como titular fijo de Bordalás y en el que ha pasado a un segundo plano por algunos errores en defensa que le han condenado.
Ilaix, que con el Leipzig apenas jugó tres partidos de Champions, dos de Liga y uno de Copa, ha pasado de titular a suplente con Bordalás. De tres titularidades seguidas en Liga a tres encuentros saliendo desde el banquillo. El club germano, tras las informaciones publicadas, ha asegurado que es "un talento excepcional" y que sí cuentan con él. Sin embargo, su escasa presencia en el equipo dice lo contrario.
Presión al Barça
Su llegada al Valencia era una motivación para Ilaix. No solo por regresar al fútbol español y por mandar un mensaje al Leipzig, sino por reencontrarse con el mismo Barça que decidió apartarle por su negativa a renovar bajo unas condiciones. Y es que la relación entre el canterano y el club no terminaron nada bien.
La principal diferencia fue económica. Ilaix se vio lo suficientemente importante como para reclamar un determinado contrato. El Barça, rodeado por las deudas, tuvo que contenerse y rechazó cumplir las exigencias de Moriba. El jugador decidió tensar demasiado la cuerda y el club, como castigo, le apartó de la pretemporada. El joven Ilaix se quedó sin sitio en el primer equipo ni en el Barça B. Y, así las cosas, acabó encontrando la salida al Leipzig.
Ese fichaje por la Bundesliga fue la salvación. Pero el tiempo ha rectificado y ha vuelto a restar relevancia a Ilaix Moriba. El jugador que quiso negociar de tú a tú con el Barça tiene que ganarse los minutos en el Valencia y pensando en dónde seguirá con su carrera tras el desprecio del Leipzig.
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