Real Madrid - Chelsea FC. Atlético de Madrid - Manchester City. Dos grandes partidos de la Champions League se juegan esta semana en Madrid en un intervalo de solo 24 horas. La mitad de la vuelta de los cuartos de final de la Champions League se concentra en una misma ciudad y con el extra que siempre acompaña a los aficionados ingleses.
4.000 aficionados con entradas desembarcan en el inicio de semana en la capital. Se calcula que otros tantos también lo harán sin tener acceso a los estadios, Santiago Bernabéu y Wanda Metropolitano. Casi 10 kilómetros hay de distancia entre los dos escenarios que albergarán martes y miércoles, respectivamente, el espectáculo del fútbol.
Chelsea y Manchester City se concentrarán en Madrid con algo más de siete kilómetros de separación. Los londinenses se alojarán en el Hotel Eurostars Madrid Tower (Pase de la Castellana) y los mancunianos harán lo propio en el Four Seasons Hotel Madrid (Puerta del Sol). La preocupación no estará en esos puntos sino en los de concentración de las propias aficiones que, incluso, podrían coincidir en espacio.
El foco está en la Plaza Mayor
El centro de Madrid es el foco. La avalancha de aficionados ingleses ha comenzado este lunes, coincidiendo también con las Easter Holidalys que se celebran en Reino Unido, como la Semana Santa aquí en España. El temor está puesto, sobre todo, en Plaza Mayor y calles cercanas, donde siempre acostumbran a reunirse estos turistas que aprovechan para emborracharse y liarla con la excusa del fútbol.
Los vecinos de la zona llevan tiempo avisando. Tras conocerse el resultado del sorteo de Champions y las fechas de los partidos, la Asociación de Vecinos del centro de Madrid pidió ayuda a la Policía y mandaron una carta al alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida. Quieren evitar que se repitan las imágenes que dejan los ingleses cada vez que visitan la ciudad por el fútbol.
Madrid Centro contará con un despliegue de 250 agentes municipales para controlar a los 'hooligans'
Botellones en la vía pública, destrozo de mobiliario, acoso a las mujeres y hasta humillaciones a mendigos lanzando monedas al suelo. Lo último en la Plaza Mayor fue lanzar la pelota a los balcones y luego colgarse de ellos para 'rescatarlas'. Los vecinos están hartos y piden medidas pese al dinero que dejan los ingleses en la capital, especialmente en las 18 terrazas del punto neurálgico ya habitual.
Por ello, Madrid ha previsto un dispositivo policial formado por 250 agentes municipales para evitar problemas en el centro. A la invasión hooligan hay que sumar las procesiones que, por Semana Santa, también se realizan en el distrito Centro. Toca redoblar los esfuerzos.
La Comisión Antiviolencia ha considerado ambos partidos de alto riesgo, si bien en la ida no hubo ningún altercado con las aficiones de Real Madrid y Atlético que viajaron hasta Inglaterra. El dispositivo policial anunciado para el partido del Santiago Bernabéu estará compuesto por 1.500 efectivos, con mayoría de miembros de seguridad del club blanco (1.011), 300 agentes de Policía Nacional, 70 de la Municipal de Madrid, 30 componentes del SAMUR-Protección Civil, 3 unidades del Cuerpo de Bomberos y 64 miembros de Cruz Roja.
Los altercados en febrero
En el caso del Wanda Metropolitano, está el precedente reciente de la visita del Manchester United (23 de febrero). Para aquel día se desplegó un operativo que contó también con 300 agentes de Policía Nacional, 87 de la Municipal, 10 de la Guardia Civil, 30 efectivos del Samur, 3 bomberos, 42 de Cruz Roja y 735 vigilantes de seguridad del propio club.
El recuerdo del paso de los aficionados del United en febrero es lo que hace temer que vuelvan a ocurrir altercados. Los hinchas del equipo de Mánchester se hicieron notar en la madrugada previa al partido, teniendo que intervenir la Policía Nacional para aplacar los altercados que estaban protagonizando por el centro de la ciudad, entre la Plaza Mayor y la Puerta del Sol. Lo que siempre empieza como una fiesta acaba en peleas y enfrentamientos, incluyendo el lanzamiento de mesas y sillas contra la gente de otras terrazas, tal y como se vio semanas atrás con los radicales de los red devils.
El éxito de la final de 2019
La cara positiva se vio hace tres años, en 2019, cuando Madrid albergó la final de la Champions League y en la ciudad se reunieron las aficiones de otros dos equipos ingleses, Liverpool y Tottenham, rivales en la gran cita del fútbol europeo. Entre 70.000 y 100.000 personas pasaron por la ciudad en vísperas y durante aquel 2 de junio sin que se produjera ningún incidente reseñable.
En aquella ocasión, además del amplio despliegue policial dada la magnitud del evento, jugaron un papel crucial las Fan Zones de los equipos. Las aficiones fueron separadas a dos kilómetros del estadio evitando así choques entre ellas, dando un gran resultado. Los vecinos piden que se monten operativos como este no solo en finales, como también ha ocurrido con alguna de la Copa del Rey en el pasado.
Batalla campal en Sevilla
Un mes atrás, en marzo, también se dio la confluencia de dos aficiones de equipos europeos (uno alemán y uno inglés) en una misma ciudad de España: Sevilla, en ese caso. Entre 6.000 y 10.000 aficionados del Eintracht Frankfurt y del West Ham, rivales de Betis y Sevilla en la Europa League, se encontraron la misma semana y los más radicales de unos y otros protagonizaron una batalla campal.
Es la otra cara de las grandes noches europeas del fútbol. El espectáculo del fútbol queda a veces arruinado por el comportamiento de los aficionados más incívicos. Hooligans de Chelsea y Manchester City hacen saltar las alarmas.
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