El FC Barcelona no atraviesa su mejor momento. La llegada de Xavi Hernández al banquillo cambió el estilo, las sensaciones y los resultados. Pero con el paso del tiempo ese efecto se ha ido diluyendo hasta dejar paso a las derrotas y los fracasos. El hastío de la afición azulgrana es latente y, para comprobarlo, basta con analizar los últimos aforos del Camp Nou. Mientras el equipo masculino echa en falta público, el femenino ha batido dos récords históricos en sus dos encuentros de Champions.
El último ejemplo de la baja presencia de espectadores en el Camp Nou se vio ante el Rayo Vallecano. El conjunto azulgrana apenas congregó a 57.023 espectadores. Cifras muy lejanas a los más de 99.000 sitios que tiene oficialmente el estadio catalán y que sí ha llegado a ocupar el equipo femenino. Pero no fue ninguna sorpresa, pues redujo mínimamente la cifra de espectadores que fueron al duelo ante el Cádiz o la de partidos como el disputado ante Osasuna.
El duelo ante el conjunto gaditano contó con 57.495 espectadores en su grada. El contexto en el que se produjo es muy importante, pues tuvo lugar días después del asalto de 30.000 aficionados alemanes al Camp Nou en el Barça - Eintracht. Además, el hecho de que el encuentro se disputara en el tramo final de las vacaciones de Semana Santa tampoco ayudó a que la hinchada catalana se desplazara.
Las llamadas del Barça a sus seguidores para que apoyaran al equipo no tuvieron demasiado efecto. Y el Camp Nou, como era de esperar, no presentó la mejor de sus imágenes. Sí lo hizo días antes en el duelo de la Europa League, aunque no precisamente por el desplazamiento de aficionados barcelonistas. El duelo ante el Eintracht, donde se cifró una entrada de 79.468 espectadores, fue la mejor cifra desde que se pusieron fin a las restricciones el pasado 4 de marzo.
El partido de cuartos de final de la Europa League tuvo un gran ambiente. El problema es que de esos casi 80.000 aficionados presentes, se calcula que más de 30.000 correspondían a hinchas alemanes. El Barça hizo caja ingresando más de tres millones de euros, pero dejó el Camp Nou con prácticamente la mitad de apoyos para el equipo visitante pese a los llamamientos que se habían hecho desde la entidad.
Pero ni la Semana Santa ni la compra de entradas por parte de público visitante sirven como excusa para analizar la baja asistencia al Camp Nou. Ante el Sevilla, partido previo a ese duelo ante el Eintracht, tampoco se alcanzaron las 80.000 butacas. Concretamente, la cifra oficial fue de 76.112 espectadores presentes en un duelo clave en la pelea por la segunda posición.
Cabe destacar que antes de que se pusieran fin a las restricciones en los aforos tampoco se logró ningún sold out. Es decir, la tendencia de asistencia viene de atrás. Ante el Athletic no se llegó a los 70.000, contra el Nápoles apenas se superaron las 73.500 entradas. Y contra el Atlético la cifra quedó en 74.221 espectadores presentes. Por compararlo, el Barça logró 86.000 espectadores en El Clásico de octubre cuando el aforo podía ser del 100%.
Una de las explicaciones que puede darse es que los socios abonados que no han acudido al estadio han decidido no ceder su asiento libre al club. Otra, que los precios propuestos por la entidad no terminen de convencer. Y puede que los altibajos del equipo no generen el atractivo necesario entre los espectadores. Pero lo que es evidente es que el Barça Femenino, con precios menores pero lejos de la expectación del equipo masculino, está logrando mejorar esos datos.
Los dos récords femeninos
El FC Barcelona ha conseguido batir en hasta dos ocasiones el récord de asistencia a un partido de fútbol femenino. Primero lo hizo ante el Real Madrid en los cuartos de final de la Women's Champions League. Cuando parecía imposible de superar por el rival y la promoción, el club consiguió mejorar la cifra en semifinales ante el Wolfsburgo. Dos cifras que se han producido en las últimas semanas y que contrastan con esos problemas del equipo masculino.
El Clásico ante el Real Madrid reunió a 91.553 aficionados. El Barça hizo una gran promoción y redujo notablemente los precios para alcanzar el récord de público. En un primer momento, la entidad decidió dar cuatro entradas gratis a los socios que lo solicitaran en las primeras horas de venta anticipada. Luego, con las entradas sobrantes, consiguió ponerlas en venta a precios de entre 9 y 15 euros.
Superado el récord, el club intentó mejorar la cifra ante el Wolfsburgo. En esta ocasión, sacó el mismo lote de cuatro entradas gratis por socio pero limitándolo a las 50.000 primeras butacas. Un cambio que podría haber afectado al objetivo, pero que no pasó demasiada factura. Con entradas entre 11 y 26 euros, y algunas liberadas a 37, el Barcelona logró concentrar a 91.648 aficionados en el partido de fútbol de clubes femeninos más visto en toda la historia.
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