Santi Mina ha sido condenado a cuatro años de prisión por abuso sexual, pero la sentencia todavía no es firme. Ahora comienza un periodo en el que el futbolista recurrirá ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, ya anunciado por su abogado, y luego podrá hacerlo ante el Tribunal Supremo. Solo tras ello, en caso de mantenerse la pena, ingresará en la cárcel inmediatamente.
El futbolista del Celta de Vigo está contra la espada y la pared por un delito cometido durante la madrugada del 18 de junio de 2017. El abuso sexual se produjo en una caravana estacionada cerca de una conocida discoteca de Mojácar (Almería), en la que se encontraban su amigo, el también futbolista David Goldar, y la víctima.
La Audiencia de Almería absolvió a Santi Mina del delito de agresión sexual por el que el fiscal pedía ocho años de prisión, pero le condena por un delito de abuso sexual por el que también le impone una orden de alejamiento de 500 metros respecto de la mujer durante 12 años y el pago de una indemnización de 50.000 euros. La acusación particular solicitará el ingreso en prisión provisional del delantero gallego.
La condena por el tribunal llegó después de que el fiscal, antes de dejar el caso visto para sentencia, señalara que encontraba un "cúmulo, una cascada" de elementos probatorios que acreditaban que el futbolista cometió los hechos por los que se le enjuició.
El relato de los hechos
El relato de los hechos señalaba que Santi Mina entró "en calzoncillos" en la caravana cuando la mujer, de 30 años, estaba sola en su interior. Según la Fiscalía, lo hizo "con ánimo libidinoso para satisfacer su apetito sexual y a pesar de la manifiesta voluntad contraria de la víctima". Se dirigió a ella de la siguiente manera: "Mira, chica, tú me gustas mucho y creo que deberíamos hacer algo".
El abuso sexual fue perpetrado por Santi Mina (de forma "sorpresiva, inesperada e imprevisible", según el relato) tras salir de la caravana "un minuto" al contestarle la mujer que había ido allí "con David". Goldar, al que la acusación particular señaló como "cooperador necesario", ha sido absuelto de un delito de agresión sexual.
Dos claves contra Mina
La acusación particular reveló dos detalles durante el juicio que pudieron ayudar a entender que Santi Mina fue consciente del abuso, pese a que la defensa aseguró que el jugador del Celta contó con el consentimiento "en todo momento" de la mujer.
El abogado Iván Bolaño, que ejerció la acusación particular contra Santi Mina, señaló en la vista que el jugador "llegó a pedir perdón después de decir que creían que iba a fluir, pero no fluyó y David Goldar no lo desmintió". La defensa respondió que este gesto no fue "por algo malo, sino porque tiene empatía y ella se sentía agobiada".
El otro punto es que se reveló que Santi Mina y David Goldar ofrecieron 400.000 euros a la víctima por cambiar su relato pese a la denuncia. La réplica de la defensa de Goldar fue que "fue ella la que se dirigió (a los acusados) y puso algún cero más".
El recurso de la defensa
El recurso de la defensa de Santi Mina llegará pronto al considerar que la sentencia no se encuentra "ajustada a derecho" y cuenta "con importantes errores en la valoración de las pruebas practicadas y, por tanto, de los hechos acaecidos".
En la última sesión de la vista, la abogada Fátima Magdalena Rodríguez sostuvo que el jugador contó con el consentimiento: "Si no hubo, como afirma la denunciante, desde luego, sin lugar a dudas, no supo transmitírselo. Luego, hubo un error con respecto al consentimiento (…) Incurrió en un error de tipo y esto destruye el dolo y la tipicidad subjetiva. Si se destruye el dolo y la tipicidad subjetiva, se debe llevar a la absolución", manifestó.
La acusación pide prisión provisional
Por su parte, la acusación particular presentará un escrito pidiendo la prisión provisional para Santi Mina que "se resolverá tras la correspondiente vista", acordando o no el ingreso en un centro penitenciario del deportista, tal y como relata EFE.
El abogado encargado de la acusación subraya que se ha conseguido probar un delito que "por su propia naturaleza es muy difícil de acreditar, pues suele darse en sitios oscuros, íntimos, sin ningún tipo de testigo, y en este caso con la palabra de dos personas contra la de la víctima".
Sin embargo, en "contrapartida" lamenta que el propio fallo "dé a entender la dolencia, recogiendo lesiones y los partes que la víctima presentaba de forma totalmente objetivada como una situación de intimidación ambiental" que, dice, no se ha tenido en cuenta.
De acuerdo a ello, piensa recurrir el fallo relativo a la absolución de agresión sexual de los acusados, no solo a Santi Mina, al considerar que como mínimo había "una situación de complicidad entre ambos".
"Reconoce que la víctima fue situada en una posición de absoluta vulnerabilidad. Aún así, no aplican esa violencia o intimidación, que es lo que diferencia el abuso sexual con introducción de miembros corporales en la víctima de la agresión sexual, lo que se conoce como violación. En ese sentido estamos extrañados (…) Vamos a recurrir al 99% este procedimiento judicial", afirma.
El futuro de Mina en el Celta
La carrera deportiva de Santi Mina pende de un hilo. El Celta de Vigo, club al que pertenece, ya ha anunciado que ha apartado al delantero de los entrenamientos del primer equipo y su presidente, Carlos Mouriño, ha condenado "enérgicamente" el delito que se le imputa.
En un plazo de diez días tendrá que ser presentado el recurso en el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, que se pronunciará en un plazo aproximado de seis meses. Si s desestimado, la defensa tendrá veinte días para anunciar y presentar otro recurso al Tribunal Supremo, que dictaría la sentencia en firme definitiva. Para su resolución también se estiman otros seis meses.
Santi Mina no conocerá la sentencia firme hasta pasado un año, aproximadamente. Eso quiere decir que tampoco ingresaría en prisión hasta entonces. Podría hacerlo si prospera la petición de la acusación particular de su ingreso en prisión provisional. Ese caso, su contrato con el Celta quedaría suspendido. El club vigués solo podría romperlo unilateralmente, por despido disciplinario procedente, cuando la sentencia fuera firme.