Lo de las escenas de violencia en la final de la Champions League sigue generando indignación. Las víctimas fueron, sobre todo, aficionados del Liverpool, los cuales se embotellaron en los accesos del Stade de Francia y sufrieron robos y agresiones en los aledaños del estadio por parte de vecinos de Saint-Denis. Testigo de ello fue Julia Vigas, esposa de Thiago Alcántara.
La pareja del centrocampista del Liverpool ha dado su testimonio de lo que sufrieron muchos aficionados en la final de París. También se vieron afectados familiares de los propios futbolistas, como es su caso. Lo ha contado a través de una publicación en las redes sociales:
"No me gusta comentar estas cosas pero esta vez necesito expresarme. La final fue una pesadilla total, y esto no se trata de fútbol, va mucho más allá del resultado. Por la falta de organización y seguridad, hubo muchos momentos de miedo. Fuimos amenazados constantemente por bandas de ladrones, que intentaban asaltarnos y se colaban en el estadio sin entrada".
"Por eso, muchos simpatizantes se quedaron fuera del estadio provocando avalanchas de gente. La Policía arrojó gases lacrimógenos a las familias y los aficionados, y algunos de ellos también fueron golpeados. Todos ellos siendo personas inocentes".
"Debido a todo este problema, tuvimos que salir escoltados del estadio por nuestra propia seguridad. Hay que hacer algo, este tipo de cosas no pueden pasar en ningún tipo de evento y pedimos responsabilidad. Pudo haber sido mucho peor...".
En Francia no asumen la culpa
Las autoridades francesas no se quieren responsabilizar de lo ocurrido. Gérald Darmanin, ministro francés del Interior, señaló directamente a los aficionados británicos de este problema, y los acusó de haber tratado de forzar la entrada incluso de forma violenta. "Gracias a las numerosas fuerzas del orden movilizadas esta noche en este contexto difícil", escribió en su cuenta de Twitter.
La ministra de Deportes, Amélie Oudéa-Castéra, se pronunció este lunes y también señaló a los aficionados del Liverpool por el caos de la entrada al partido: "Hay que tener presente que había un flujo de aficionados británicos del Liverpool sin entradas o con entradas falsas. El prefecto estimó esta acumulación en entre 30.000 y 40.000 personas, lo que supone un exceso de personal de más del 45 %. Se produjo una concentración en la explanada, lo que creó problemas de seguridad y una congestión que generó una espera extraordinariamente frustrante para la gente".
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