Cuando Twitter rompe fichajes por frases del pasado: "Lo que escribes de niño puede condenarte"
El Real Zaragoza canceló esta semana el fichaje de Gaizka Campos por unos tuits que escribió con 16 años. El historial de casos como este sube.
2 julio, 2022 02:15"El asco que le tengo al Zaragoza y como me las ha subido este goooool". Ser el autor de ese mensaje te puede costar caro si eres futbolista profesional. Es lo que le ha ocurrido al portero de 25 años Gaizka Campos, que lo escribió cuando solo tenía 16 y ahora le ha privado de fichar por el equipo maño.
No es la primera vez que ocurre esto en el fútbol español. Twitter, la red social más usada, lleva más de una década acompañando a la gran mayoría de la población. No se salvan los deportistas del más alto nivel. Los que ahora triunfan con un balón en sus botas, lo más probable es que fueran niños/adolescentes cuando empezaron a usar la app del pajarito azul. Y eso puede acarrear problemas años después.
A Gaizka le saltó en cuestión de nada. El Real Zaragoza anunció su fichaje el miércoles, pero solo horas después daba marcha atrás y lo descartaba. De Baracaldo, hace nueve años estaba viendo un partido entre el Athletic y el club maño, el cual descendería tras caer derrotado. El futuro meta del Numancia, entre otros equipos, acabaría escribiendo un tuit que ni imaginaba que le echarían en cara pasado tanto tiempo.
"Son errores de adolescente, pero lo que escribes de niño luego te puede condenar", dicen sobre este asunto desde un club de LaLiga a EL ESPAÑOL.
Los equipos son los primeros en animar a los futbolistas a hacer un uso responsable de las redes sociales e incluso les ofrecen asesoramiento para gestionarlas de la mejor forma. Pero no todos se dejan y tampoco se puede evitar siempre que surja un tuit polémico del pasado.
En el último mes, el caso de Gaizka Campos no ha sido el único. Elvis Coca y Carlos Aviña también fueron víctimas (o verdugos, según se mire) por sus palabras.
Uno iba a entrar en la estructura del Barça y el otro formaba parte de la candidatura que acabó ganando las elecciones a la presidencia del Athletic. Ninguno pudo cumplir su deseo después de que se resucitaran varios de sus tuits antiguos.
Elvis Coca escribía en 2012 y 2013 tuits como este: "A veces el juego del Barça es la polla: no sirve de nada tenerla si no la metes". Se metía con algún que otro futbolista culé y se reconocía madridista. Aviña, sin nada que ver con el fútbol, colgaba mensajes de carácter machista u homófobo. Al final, los responsables que querían contar con ellos se echarían para atrás una vez estallaban las polémicas.
El 'caso Sergi Guardiola'
Uno de los primeros casos así que se recuerdan en España implican también al Barça y a su cantera. En 2015, el club azulgrana anunciaba la llegada al filial de Sergi Guardiola, actualmente jugador de Primera División.
El delantero firmó su nuevo contrato, pero solo tres horas después le comunicaban su rescisión. El motivo sería unos mensajes que había escrito dos años antes, en 2013: "Hoy puta Cataluña y siempre hala Madrid", "Hala Madrid, puta Cataluña", "Llegó la hora del Clásico... ¡Hala Madrid!"...
También el nombre de Julio Rey se dio a conocer por un caso similar. Anunciado el 20 de julio de 2015 como nuevo futbolista del Deportivo de La Coruña, duró lo que tardó en salir a la luz un tuit suyo de 2020 en el que insultaba a la institución: "Puta Dépor, puta Riazor".
Ahora sabemos del peligro de las redes, que pueden condenarte
Curiosamente, en la mayoría de estos casos suelen coincidir los años. A comienzos de la década pasada fue cuando llegó el boom inicial de Twitter en España y por entonces nadie ponía tanta atención en lo que escribía.
"Éramos más jóvenes y, en general, éramos más inconscientes de lo que escribíamos comparado con ahora. Ahora sabemos del peligro de las redes, que pueden condenarte", asegura un futbolista con experiencia en Primera y Segunda División a este periódico. Cada vez quedan menos que no hayan revisado sus perfiles de arriba abajo para evitar futuros disgustos.
A veces los insultos no iban hacia clubes, sino a futbolistas con los que luego el destino les cruzaría en el mismo vestuario. "Y es que nunca se sabe...", decía un arrepentido Peru Nolaskoain al poco de llegar a Lezama en 2015. Le sacaron un tuit en el que insultaba de varias maneras al delantero rojiblanco Aritz Aduriz: "Qué asco me da Aduriz".
Nolaskoain acabaría jugando con Aduriz en el Athletic y ambos tuvieron una charla. La suerte de Peru fue que el veterano delantero entendió que esos mensajes eran más desde la inconsciencia de la edad. Con el perdón de su mayor, la paz se selló hasta en público con una foto de ambos juntos en el vestuario que fue subida al escenario del crimen, Twitter.
¿Un castigo excesivo?
¿Es excesivo que haya gente a la que sus tuits del pasado le cuesten su puesto de trabajo? Es la gran pregunta, más aún en los casos en los que el autor de los tuits era solo un adolescente en el momento en el que los escribió. "Uno de los pilares fundamentales de esta institución es el respeto a nuestra historia y a nuestra afición. Tenemos la responsabilidad de ser fieles a esa máxima", decía el Zaragoza en la nota en la que explicaba esta semana la decisión final de no fichar a Gaizka Campos.
En ella se mostraba la cruda realidad: "El club comprende que la publicación en redes sociales del guardameta en el año 2013 se trató de un error de adolescencia que no refleja la persona y profesional que es". Pero eso no es suficiente en estos casos, apuntando hacia la gran presión que podía recibir el futbolista por esta polémica y que ello le afectara a su rendimiento en el campo.
Gaizka se disculpó desde su cuenta por unas "palabras desafortunadas escritas hace muchos años por un niño y que en ningún caso reflejan la persona y el profesional en el que considero haberme convertido". "Espero que podáis aceptar las disculpas de aquel niño que se equivocó y entendáis al hombre que hoy escribe estas palabras, cuyo único objetivo es seguir cumpliendo un sueño: ser futbolista", añadía.
Las redes sociales hace tiempo que llegaron para quedarse. Un arma de doble filo que da tantas alegrías como disgustos. Los que suben en el fútbol en la actualidad lo hacen directamente sobre aviso de lo que se debe o no hacer en sus cuentas. Twitter también ha cambiado en parte y ya no es esa red tan salvaje como era diez años atrás. Pero como uno puede seguir escribiendo lo que quiera, que cada cual se haga responsable de sus palabras. Es la máxima que se aplica en el fútbol y en el mercado de fichajes.