No habrá rusos ni bielorrusos en las próximas competiciones de la UEFA durante la temporada 2022/2023. La Champions League o la Nations League no tendrán representación de estos dos países tras el veto prolongado por la guerra en Ucrania. Pero para varios gobiernos europeos y el Reino Unido no es suficiente. En una declaración que también firma Miquel Iceta, presionan a Alexander Ceferin para que acabe con cualquier tipo de vinculación con ambas naciones que mantiene en comités o paneles del ente continental.
Estas se personan en 22 nombres de personalidades de Rusia y Bielorrusia que todavía mantienen sus puestos y participan en decisiones de la UEFA. La principal es Alexander Dyukov, que es presidente de la Federación Rusa de Fútbol y está asociado a Gazprom. El organismo canceló su acuerdo de patrocinio con la compañía de gas ruso, pero lo que solicitan ministros de deportes y políticos encabezados por el británico Nigel Huddleston es que se termine la relación con esas federaciones nacionales.
No solo tienen cargos como presidentes de los organismos, también hay personalidades como Sergey Pryadkin. Es vicepresidente de la Federación Rusa de Fútbol y presidente de la Russian Premier League y tiene un puesto en el Comité de Competiciones de Selecciones Nacionales de la UEFA. Su pasado como empleado del servicio secreto soviético, la KGB, o como teniente coronel en la reserva militar es lo que perturba a los 35 países que suscriben la petición.
Huddleston quiere un "apagón deportivo". "Los ministros de deportes internacionales de 35 naciones afines de todo el mundo han acordado colectivamente un nuevo paquete de medidas para garantizar que Rusia y Bielorrusia sigan siendo parias deportivos en el escenario mundial, en respuesta a su invasión ilegal de Ucrania", señala el comunicado del gobierno de Reino Unido. Estas palabras que suscriben desde Alemania, Estados Unidos o Francia denotan dos tipos de vetos.
Quieren la "suspensión de las federaciones internacionales" y la destitución de "las personas estrechamente alineadas con los estados, incluidos, entre otros, los funcionarios gubernamentales" de Rusia y Bielorrusia. Esto afectaría a la FINA, que mantiene a los rusos y bielorrusos como miembros, la ITF, en la que Aleksey Selivanenko está en la junta directiva, o la FIA, que mantiene tres entidades rusas en la asamblea general.
Rusos en la UEFA
Dyukov es la figura con la que más presionan a Ceferin por sus vínculos. Se le relaciona directamente con Vladimir Putin. Ocupa altos cargos en tres comités de la UEFA, mientras trabajaba para empresas petroleras y petroquímicas de Rusia como Sibur y Gazprom Neft. Asistió al Congreso de mayo en Viena como parte de una delegación rusa que sí pudo estar presente, mientras que el presidente de la Asociación Ucraniana de Fútbol, Andriy Pavelko, aparecía en vídeo vistiendo un chaleco antibalas y hablando desde un estadio de fútbol destruido por las bombas.
Dyukov es uno de los muchos empresarios sancionados por el Reino Unido, con sus propiedades en el país bloqueadas después de justificar que "está involucrado en obtener un beneficio o apoyar al gobierno de Rusia trabajando como director de Gazprom Neft". Es miembro del comité ejecutivo de la UEFA así como presidente de la Federación Rusa de Fútbol, pero no ha podido evitar los vetos que el organismo ha establecido para las competiciones de la próxima temporada.
Como Dyukov está Pryadkin, sobre el que ya se habló. Pero no son los únicos. Alexander Medvedev es el director general del Zenit y forma parte del importante Comité de Competiciones de Clubes de la UEFA. Ha desempeñado un papel sobre las decisiones que se han establecido sobre la nueva Champions League que se estrenará en 2025. Pero su relación con Gazprom le coloca sobre el foco. Fue miembro de la junta directiva de la compañía.
Polina Valentinovna Yumasheva sigue en el Comité de Gobernanza y Cumplimiento de la UEFA. Su relación en el pasado con el oligarca Oleg Deripaska, que terminó con un divorcio multimillonario de casi 500 millones de euros, y el hecho de ser nieta del expresidente Boris Yeltsin también la ponen en el candelero. Su antiguo marido está sancionado por Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Europea por sus relaciones con Putin.
Pero también hay personalidades bielorrusas con poder de decisión en la UEFA. Vladimir Bazanov es el presidente de la Federación de Fútbol de Bielorrusia, pero además ejerce un papel de supervisor sobre el fútbol juvenil y amateur continental. Su pasado en el ejército soviético y la relación persona con Alexander Lukashenko provocó que Lituania, Estonia y Letonia le hayan prohibido ingresar a sus territorios tras las elecciones de 2020.
Hay más personalidades con una relación curiosa con la actualidad. El ruso Dmitriy Romannikov está dentro del panel de supervisión de construcción de estadios, mientras su país está destruyendo muchas instalaciones de este tipo en Ucrania. También llama la atención el caso de Ekaterina Fedyshina, con poder de decisión en el panel de juego limpio y responsabilidad social. Es curioso tener una posición así en la UEFA y no condenar lo que está haciendo su nación.
Después de que Rusia se quedara fuera de la repesca del Mundial 2022 de Qatar, los clubes de la Premier League rusa recibieron la noticia de que no podrán competir en la Champions League, la Europa League o la Conference League del año que viene, a pesar de la apelación ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo. No existen fundamentos jurídicos para tomar la decisión de excluir a los equipos rusos, pero la situación excepcional que provoca el conflicto entre Ucrania y Rusia les pone en entredicho.
Al final todo esto se determina por el simple hecho de seguir con el tipo de decisiones que está tomando la Unión Europea. La cuestión está en saber durante cuánto tiempo quiere la UEFA seguir aplicando este veto, si el final del conflicto marcará un antes y un después o si incluso puede ser de forma permanente. Ahora quieren elevar estas sanciones al plano de las federaciones y de las personas. Por ahora, no se oponen a que jugadores rusos jueguen en equipos fuera de su país.