El hijo del dirigente arbitral que cobró 7 millones del Barça daba clases a los colegiados
Javier Enríquez Romero fue el confidente de los colegiados de Primera División mientras trabajaba en paralelo para el Fútbol Club Barcelona.
16 febrero, 2023 02:15El Fútbol Club Barcelona se ha visto envuelto en uno de los mayores escándalos que se recuerdan en los últimos tiempos en el deporte español. La noticia de que la entidad culé pagó cerca de 1,5 millones de euros entre los años 2016 y 2018 a José María Enríquez Negreira, el vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros, ha hecho que todos los cimientos del fútbol nacional se tambaleen y ha puesto en tela de juicio la honestidad de algunos de los componentes del gremio arbitral. Según informó El País, la cifra ascendería a un total de 7 millones de euros desde 2001.
El Barça desembolsó esta gran cantidad de dinero de sus arcas en concepto de asesoría a la empresa DASNIL 95 SL, según las palabras de Enríquez Negreira para asegurarse de que "no se tomaban decisiones arbitrales en su contra, es decir, 'que todo fuera neutral'", pero esta relación ha levantado todo tipo de sospechas. De hecho, la Agencia Tributaria confirmó que, a pesar de los pagos realizados, no se aportaron documentos que acreditaran esta relación comercial.
Pero el escándalo no salpica solo al que fuera vicepresidente del CTA, sino que también aparece vinculado su hijo, Javier Enríquez Romero. En este mismo periodo de tiempo, fue el encargado de realizar trabajos de coaching con varios de los árbitros de La Liga e incluso llegó a ejercer como el fisioterapeuta personal de algunos de ellos, una conexión que hace que toda esta situación cobre unas dimensiones mucho mayores.
[El Barça pagó 1,4 millones de euros en tres años a un vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros]
Por si fuera poco, el exárbitro Juan Andújar Oliver llegó a confesar públicamente en las últimas horas una nueva tarea de Javier Enríquez Romero en todo este entramado. Dada su estrecha relación con el colectivo arbitral, el hijo del por entonces vicepresidente del CTA llamaba a los árbitros en los partidos importantes que jugaba el Barcelona en el Camp Nou, iba a recogerlos a su hotel e incluso terminaba llevándolos al estadio el mismo día del encuentro. Demasiadas conexiones que señalan en una misma dirección.
Su vida profesional
Nacido en 1973, Javier Enríquez Romero comenzó estudiando Dirección de Cine aunque posteriormente se pasó a otro ámbito académico muy diferente, el de la Administración y Dirección de empresas tecnológicas. Su experiencia en el fútbol nace jugando en las canteras del Espanyol y del FC Barcelona aunque, como él mismo refleja en su página web, tenía claro que solo se dedicaría a este deporte si conseguía llegar a Primera o Segunda División.
Después de sus experiencias en el CE Sabadell, la UE Sant Andreu, el CE Hospitalet y el Valencia, fue precisamente en el equipo ché donde dio sus primeros pasos como miembro de un cuerpo técnico al ser ayudante de Jorge Valdano, Claudio Rainieri o Luis Aragonés, de quien dice que fue su "padre deportivo".
🔴 Comunicado @CTARFEF | Al respecto de las últimas informaciones
— RFEF (@rfef) February 15, 2023
🔗 https://t.co/vsfDzIa47Q pic.twitter.com/rqO68S3bxj
Fue allí, en Mestalla, donde fruto de su gusto por lo audiovisual creó una productora dedicada exclusivamente al fútbol para realizar análisis tácticos y arbitrales, y terminó creando el departamento audiovisual del Valencia CF a la vez que jugaba en el equipo filial.
Eso sí, uno de los éxitos de los que más presume es de haber formado parte del cuerpo técnico de la Selección española con Luis Aragonés como entrenador. Allí, gozó de un Mundial y de la Eurocopa de 2008 antes de marcharse al Fenerbahçe.
Entrada en el CTA
El vínculo de Javier Enríquez Romero con el Comité Técnico de Árbitros comienza en el año 1993. Por entonces, se unió al organismo del que su padre era vicepresidente para ocupar un puesto de analista de colegiados, un cargo que ocupó hasta 2009. Sin embargo, no se desligó por completo del CTA porque cambió su cargo anterior por el del 'Mental Coach', es decir, que fue ahí cuando comenzó a dar clases de coaching a los colegiados.
[El vicepresidente del CTA cobró del Barça para evitar "decisiones arbitrales en su contra"]
Su currículum no puede esconder que trabajó tanto para el CTA como para el Fútbol Club Barcelona, aunque trate de separarlo en diferentes momentos de su carrera profesional. Según lo que él mismo recoge en su página web personal, en 2018 desempeñó las funciones de Colaborador externo del FC Barcelona, precisamente el último año en el que se produjeron pagos por parte de la entidad culé a la empresa DASNIL 95 SL.
Todo apunta a que las labores de coach con los árbitros de la RFEF se produjeron hasta el año 2018, es decir que cuando ya estaba desempeñando los servicios por los que el Fútbol Club Barcelona desembolsó 7 millones de euros en total, todavía estaba vinculado de manera muy directa al CTA.
Javier Enríquez Romero conocía muchas de las confidencias de los árbitros de aquellas temporadas, y tenía un vínculo muy estrecho con ellos. Eso le servía para disponer de información muy valiosa que posteriormente trasladaba al FC Barcelona, algo que el propio exárbitro Andújar Oliver confirmó: "Iba a todas las reuniones del Comité Técnico con todos los árbitros. Daba instrucciones a todos los colegiados. Hasta el 2018 fue coach de ellos, es decir, los árbitros le han dado a este señor toda su información y pensamientos mientras él les tenía en sus manos".
["El hijo de Enríquez Negreira llevaba a los árbitros al Camp Nou en los partidos del Barca"]
El Fútbol Club Barcelona explicó en un comunicado esta relación con la empresa del vicepresidente del CTA y su hijo alegando que contrató "en el pasado los servicios de un consultor técnico externo". Después, añade, el vínculo se agrandó: "Adicionalmente, la relación con el propio proveedor externo se amplió con informes técnicos relacionados con el arbitraje profesional a fin de complementar información requerida por el cuerpo técnico del primer equipo y del filial".
Pese a que en el Barça piensan que todo se trata de una campaña de desprestigio ante el buen momento deportivo, lo cierto es que las investigaciones han destapado nexos sangrantes para la salud y la integridad del campeonato durante aquellos años.