Bajan otra vez las aguas revueltas por el Camp Nou. Pese a que la trayectoria deportiva del Fútbol Club Barcelona en La Liga es inmaculada al mandar con contundencia y una gran ventaja de 8 puntos sobre el Real Madrid, los culés se enfrentan este jueves a la cruda realidad de las competiciones europeas, su calvario en las últimas temporadas.
Los fracasos de los dos últimos cursos en Champions League, cayendo a las primeras de cambio en la fase de grupos, han hecho mucho daño al equipo de Xavi Hernández. Dos batacazos inesperados que contribuyeron a hacer más grande el agujero de la maltrecha economía azulgrana. A ello hay que unirle además la mala experiencia del año pasado en la Europa League, otra eliminación prematura a la que se le puede unir la de este año porque el Barça se juega el pan en el Play-off de acceso a los octavos de final contra el Manchester United.
La situación deportiva en esta competición es límite, al borde de caer por el precipicio, y este momento crítico llega además acompañado de un contexto extradeportivo bochornoso que ha puesto de nuevo al Barça en el punto de mira. El escándalo destapado por los pagos durante 17 años al vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros, José María Enríquez Negreira, hace que el partido tome un cariz totalmente diferente.
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Un pase a los octavos de final de la Europa League ante un rival potente como es el Manchester United ayudaría en cierto modo a calmar los ánimos, al menos entre los más aférrimos. Sin embargo, una nueva eliminación de esta competición europea tan solo ahondaría más en este problema y podría hacer que, pese a la buena marcha en La Liga, las miradas de gran parte de la afición miren a otro lugar bien distinto.
Old Trafford, clave
No es el mejor escenario para jugarse el pase en una eliminatoria, pero es lo que le ha tocado al Fútbol Club Barcelona. Cayó antes de lo previsto en la fase de grupos de Champions League y tuvo que conformarse con pasar a jugar el segundo peldaño, la Europa League. Sin embargo, esta competición también puso a prueba a los de Xavi Hernández desde el sorteo porque la suerte les emparejó con uno de los peores rivales posibles.
Ya no es solo el rival, es la nefasta inercia en la que el Barça está sumido desde la pasada temporada cada vez que juega a nivel continental. Es un caso digno de estudio, como si los cables se le cortocircuitaran al equipo. Si en La Liga parece imposible que nadie les meta mano y los culés caminan con paso firme hacia el título, en Europa ya no fue solo la eliminación de Champions, sino que en el partido de ida ante el United las sensaciones no fueron ni mucho menos las idóneas.
Los de Xavi Hernández salvaron un empate en casa después de haberse visto contra las cuerdas. Rashford campó a sus anchas en el Camp Nou e hizo un tremendo roto en la defensa culé, así que tan solo Ter Stegen evitó la debacle. El guardameta y un oportunista gol, con una pizca de suerte, de Raphinha.
Precisamente el brasileño es uno de los principales clavos a los que se agarrará el Barça en Old Trafford para tratar de dar la machada y ganar al Manchester United. No va a ser nada sencillo, primero por esa mala dinámica en Europa, y segundo porque Xavi Hernández va a tener que tirar de alternativas poco habituales en su once titular. El técnico catalán no podrá contar con Pedri, Gavi y Dembélé, tres piezas fundamentales en un partido de esta importancia.
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Se espera, no obstante, que sea la figura de Lewandowski la que salga al rescate de una de las noches más importantes de los últimos tiempos en el Barcelona. Al fin y al cabo, para eso desembolsaron en las oficinas del Camp Nou 45 millones de euros el pasado verano, para que brille en las citas más importantes.
Negreira en el aire
Este momento cumbre de la temporada llega en uno de los instantes extradeportivos más revueltos de los últimos años. De todos los escándalos que han salpicado al Barça en los últimos tiempos, el pago de cantidades millonarias durante años a José María Enríquez Negreira, el vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros, es el asunto que más está manchando la imagen del club y del fútbol español.
Las informaciones siguen surgiendo en torno a este peliagudo caso, e incluso algún exárbitro de la época del mandato de Enríquez Negreira ha confesado que sufrió presiones e insinuaciones por parte del que fuera vicepresidente del CTA en sus arbitrajes.
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Joan Laporta, por el momento, se ha dedicado a echar balones fuera pese a que algunas voces importantes del fútbol, como Javier Tebas, han reclamado una actuación más severa por parte del presidente. Incluso se ha llegado a plantear la dimisión del mandatario, ya que en su anterior presidencia también se produjeron estos datos, pero por el momento nadie en el club culé aclara nada.
Mientras tanto, las investigaciones de la Fiscalía de Barcelona siguen su curso, aunque está completamente descartado que, en el caso de que finalmente existiera un delito probado, el Barça pudiera sufrir cualquier tipo de sanción deportiva. Precisamente en ese terreno, en el puramente deportivo, es donde quiere el Fútbol Club Barcelona dar un paso adelante en Old Trafford y espantar todos los fantasmas europeos.