El Valencia se encuentra sumido en el desastre desde hace ya muchos años. El conjunto che, a pesar de ser un histórico de La Liga, se encuentra pasando uno de los baches más importantes de su historia. Ya no solo a nivel deportivo, sino sobre todo a escala institucional. Hace menos de cuatro años, en el 2019, celebraron su centenario. Y ahora se encuentran en una situación crítica que ni los más antiguos del lugar recuerdan.
Todo este caos está provocado por la tiranía que se vive en la capital del Turia desde la llegada en el mes de octubre del año 2014 de su actual accionista mayoritario, el polémico Peter Lim. El empresario de Singapur se convirtió en el nuevo mandamás del club al hacerse con el control del 70,4% de sus acciones a través de la compañía Meriton Holdings Ltd.
La participación que era propiedad de la Fundación Valencia CF creció en el mes de enero del año 2016 hasta el 82% tras la ampliación de capital que realizó el club. La llegada de Lim a Mestalla despertó ilusión y esperanza en la afición valencianista, ya que veían en su figura al salvador que podía darle la vuelta a la situación del club. Peter era la luz que necesitaban para sanear su economía, para reforzar su plantilla y volver a soñar con Europa y también para avanzar proyectos estancados como la reforma del estadio.
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Sin embargo, camino de una década después, el club solo ha ganado un título más, la Copa del Rey del centenario, ha coqueteado varias veces con el descenso, ha tenido un carrusel de entrenadores y se ha convertido en protagonista por los continuos altercados de sus aficionados clamando contra la nueva propiedad. Las protestas en Mestalla ya son un habitual y ahora, la hinchada che quiere lograr de una vez por todas la salida de su dueño llegado desde Singapur elaborando un sofisticado plan que ya va camino de llegar incluso hasta la Generalitat Valenciana. Todo pasa por declarar el club 'Bien de Interés Cultural'.
Mestalla contra Peter Lim
Los 104 años de historia del Valencia se encuentran atravesando uno de sus momentos más complicados. De hecho, se podría decir que penden de un hilo. El club se encuentra en una situación crítica en todos los aspectos, pero especialmente en el ámbito deportivo, ya que ahora mismo los de Rubén Baraja, quien llegó para suplir la salida de Gattuso, están instalados en puestos de descenso. Son decimoctavos en plena pelea con equipos como Getafe, Valladolid, Cádiz o Almería.
Clubes todos ellos mucho más habituados a jugarse el infierno de la Segunda División a excepción del Sevilla, otro grande en apuros que está viviendo este curso una situación muy parecida a la que lleva atravesando el Valencia años y años. La sensación en la capital del Turia es generalizada, ya que Lim ha defraudado a personas e instituciones de todos los niveles.
En primer lugar a la afición de Mestalla, pero también a instituciones públicas por sus proyectos parados y por sus promesas incumplidas. Entre todas ellas brilla con especial fuerza la del Nuevo Mestalla, un plan que lleva en el aire más de 15 años. Lim primero consiguió fracturar la masa social del club y ahora ha logrado poner a todos de acuerdo de nuevo, pero en su contra.
La irritación, el enfado, la frustración, la rabia y la desilusión son sentimientos que se han apoderado en los últimos años de una afición que no para de ver hundirse a un equipo histórico de La Liga. Ahora, todos esos sentimientos que siguen yendo en aumento han llevado a la hinchada che a intentar tomar todas las medidas posibles para acabar con la tiranía de un Peter Lim que se aferra a la poltrona que le garantiza su amplio accionariado para no dar su brazo a torcer.
Mientras el valencianismo le exige por todos los medios que abandone el club, él no cede. Por ello, plataformas como Libertad VCF, la más activa en lo que se refiere a las protestas contra el club, han explorado ya cauces realmente serios para conseguir controlar la gestión de Lim con la esperanza incluso de poder lograr su marcha.
La vía del 'Bien de Interés Cultural'
Ahora, a través de Libertad VCF, la afición del Valencia espera haber encontrado un camino para intentar recuperar lo poco que queda ya de una institución legendaria. El plan que tienen en mente es conseguir que el club se convierta en un 'Bien de Interés Cultural'. De esta manera, podrían, previa solicitud a las instituciones públicas, tener un control sobre las actuaciones del actual propietario.
La vía para conseguir este objetivo es presentar al Valencia como un elemento clave para la sociedad de la ciudad y que supone para sus gentes un vínculo histórico, cultural y emocional con su territorio. Es decir, Valencia es como es por el Valencia, al igual que Madrid puede serlo por el Real Madrid o Barcelona por el Barça. Es una realidad que los clubes marcan la manera de ser y de comportarse de la ciudadanía y son reclamos internacionales de estas urbes a todos los niveles. Por lo que la vía abierta de apelar a la revaloración del patrimonio de un territorio a través de un club tiene buenas expectativas.
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La decisión de declarar al Valencia como 'BIC' depende de la Generalitat, por lo que el caso, aunque avance, lo hará despacio y es que se necesita la implicación de las más altas esferas políticas comunitarias. De momento, lo que ya ha conseguido Libertad VCF es que el pleno del Ayuntamiento impulse esta categorización del club por unanimidad. Un hecho que demuestra que el apoyo político empieza a ser significativo.
El proceso que se ha abierto podría durar entre uno y dos años, quizás una horquilla de tiempo muy grande para una afición que vive en ebullición constante contra el propietario de su club. Sin embargo, es lo necesario para la formulación de un decreto de este tipo. De conseguirse, el paso dado por la afición sería muy interesante por dos aspectos.
El primero, que Lim tendría muy complicado tomar medidas que pusieran en peligro el futuro del club. A pesar de ser una propiedad privada y suya, sería considerado como un bien de todos los valencianos. Y el segundo punto, el que más ilusión genera en Mestalla, es que llegado el momento de colapso total en la junta directiva de Meriton se podría forzar incluso a la expropiación del accionariado. Así se acabaría el lamentable culebrón en el Valencia de un Peter Lim que ya se 'cargó' hace unos meses a su anterior presidente, Anil Murthy, por el escándalo de los audios filtrados. Ahora, la presidenta es Lay Hoon.
Lo que más expectación genera ahora en la afición che es que no sería la primera vez que se da un caso de este tipo en España. Ya en el año 2016, la Junta de Andalucía declaró al Recreativo de Huelva como 'Bien de Interés Cultural'. Con ello, el Ayuntamiento de la ciudad onubense consiguió llevar a cabo la expropiación accionarial del dueño mayoritario del club hasta ese momento, la empresa Gildoy España. Ahora, el 'Decano' continúa su camino en Segunda RFEF tras esquivar su desaparición y el Ayuntamiento es su máximo accionista.
Esta complicada situación no se contempla de momento en Valencia, ya que para la Generalitat y para el Ayuntamiento de una ciudad tan importante a nivel nacional supondría un problema muy grande cargar a sus espaldas con uno de los clubes más legendarios de La Liga. Por ello, la expropiación es el último recurso y todos esperan que ese miedo pueda hacer a Lim recuperar la cordura en su gestión o aceptar el paso de la ansiada venta.