Malas noticias para el aficionado que saltó al terreno de juego del Philips Stadion hace apenas dos semanas durante la disputa del partido entre el PSV y Sevilla correspondiente al playoff de la Europa League. La intención del seguidor neerlandés no fue otra que golpear a Marko Dmitrovic para descargar su frustración con el resultado en contra que estaba viendo el conjunto de la ciudad de Eindhoven.
El seguidor del PSV aprovechó un ataque del conjunto hispalense para burla la seguridad del estadio y aproximarse lo máximo posible al meta del Sevilla. En primera instancia, pilló desprevenido al portero, pero, por suerte, Dmitrovic supo neutralizar y desbaratar los intentos de agresión de la persona. Además, lo mantuvo en el suelo esperando a que los guardias le retirasen del terreno de juego.
Antes de eso, el joven quiso golpear la cara del portero, que no pudo evitar completamente el impacto y se vio afectado en el forcejeo con el aficionado. De hecho, tras el partido se pudo observar una marca en su cuello fruto de los arañazos sufridos por el descerebrado.
Ahora, se ha conocido la condena a la que se tendrá que enfrentar el fanático del PSV tras pasar la denuncia a manos de un juez. De primeras, ya ha sido condenado por un juez a tres meses de prisión por su agresión a Marko Dmitrovic, según dictaminó la justicia neerlandesa este miércoles.
El condenado, que estaba borracho en el momento de la agresión, ya estaba cumpliendo una sanción que le prohibía el acceso al recinto, aunque no ha revelado cómo entró en el estadio. Ha sido despedido de su trabajo y expulsado de la peña del PSV a la que pertenecía. Pero no se queda ahí el asunto, puesto que ya estaba cumpliendo otra pena que no le permitía entrar al recinto del conjunto neerlandés.
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En la Premier, otro ejemplo
Este fin de semana se vivía un episodio muy similar. Esta vez el protagonista era un joven aficionado del Liverpool. El joven quiso acompañar a los futbolistas de su equipo mientras celebraban uno de los tantos goles de su equipo al Manchester United, pero su decisión no salía tal y como esperaba.
Justo cuando estaba a punto de llegar al grupo de los jugadores del Liverpool, el joven se resbaló con la mala suerte de golpear a Robertson en su tobillo. Aunque todo quedó en un susto pese a las imágenes del lateral agarrándose la articulación, el conjunto inglés no dudó en suspenderle de por vida.