Como jugador fue un fuera de serie, uno de los tipos más elegantes y con mejor trato del balón que se recuerdan en los últimos tiempos. Su entrega en el césped y sus desplazamientos en largo medidos al milímetro eran rasgos muy significativos de su juego. Un hombre de club, defensor de lo suyo y con una gran imagen también fuera del campo
Una vez colgó las botas, Xabi Alonso decidió reciclarse como entrenador. Su pasión fue, es y será el fútbol, así que no quería desvincularse de este deporte de ninguna de las maneras. Se formó, se empapó y aprendió los mejores métodos y artes para cambiar su rol dentro de un equipo. Nunca es sencillo pasar de ser el que recibe órdenes a convertirse en quien las emite.
El tolosarra dio sus primeros pasos en su nueva etapa dentro del Real Madrid. Fue su casa durante cinco años y dejó una huella imborrable, así que el club blanco decidió apostar por él en sus inicios al dejarle la dirección de uno de sus equipos de cantera. Siempre hay que empezar de abajo a arriba, y poco a poco su carrera como entrenador comenzó a coger cuerpo.
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Se enroló en el organigrama del otro club de su vida, ese al que siempre llevará en el corazón, la Real Sociedad. Cogió al filial en Segunda División B e hizo maravillas. Llevó a aquel equipo a jugar como los ángeles, a practicar un juego vistoso en una categoría en la que no es precisamente nada fácil desplegar un fútbol atractivo.
Después de aquello, parecía que estaba preparado para dar un paso más, para subir un escalón en su evolución natural. Esperó una llamada de algún club de la élite, algo que sucedió esta misma temporada. La oportunidad no le llegó en España, ni siquiera al inicio del curso. El Bayer Leverkusen quería que fuera a Alemania en su auxilio tras un terrible arranque en la Bundesliga, así que Xabi Alonso no lo dudó y cogió el toro por los cuernos.
La resurrección del Bayer
El pasado 5 de octubre se hizo oficial el fichaje de Xabi Alonso por el Bayer Leverkusen. En el equipo de las aspirinas le veían como un auténtico salvavidas para una situación de lo más complicada. Siendo un equipo que jugaba Champions League, era penúltimo en la Liga alemana con una única victoria en ocho partidos. La defensa se había convertido en un coladero y en la directiva tenían claro que era necesario un cambio radical.
Lo consiguió. Siete meses después Xabi Alonso puede presumir de que el objetivo está más que cumplido con crecer y que su temporada, pase lo que pase ya desde aquí hasta el final de la misma, es de sobresaliente. Cogió al Leverkusen en la zona roja y ahora mismo lo tiene en los puestos que dan derecho a jugar competiciones europeas la temporada que viene.
Xabi Alonso, durante un partido del Bayer Leverkusen
El excentrocampista cayó de pie. Su debut disparó la ilusión y desde entonces el equipo no hizo más que crecer. Goleó al Schalke 04 en su primer partido en la élite más pura y aunque no pudo reconducir a tiempo la situación en Champions League, al menos clasificó al equipo para la Europa League dejando al Atlético de Madrid último en aquella fase de grupos.
Todavía le costó levantar al equipo de aquella mala dinámica en la que se había metido desde el arranque de la temporada. La inercia les arrastraba hacia el agujero y a Xabi Alonso le costó otros siete partidos volver a ganar. Estaba en el camino, los suyos iban ofreciendo síntomas de mejora y una vez despegaron fueron imparables.
El Bayer firmó un gran final de 2022 con tres victorias consecutivas en la Bundesliga que le permitieron decir adiós al año en la zona media de la clasificación. Respiraba por entonces el Leverkusen, pero Xabi Alonso sabía que su obra tan sólo acababa de comenzar así que en 2023 afinó todavía más su proyecto.
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Otras dos victorias para comenzar el año nuevo le permitieron seguir creciendo y además en la Europa League también mostró que su equipo era competitivo porque superó la eliminatoria ante el Mónaco. Posteriormente derrotó al Ferencvaros y ahora tiene por delante la vuelta de la eliminatoria de los cuartos de final contra el Royale Union belga. Xabi Alonso sueña, por qué no, en conseguir su primer título como entrenador.
Mientras tanto la racha reciente en la Bundesliga es inmaculada. El Bayer Leverkusen enlaza ya siete partidos consecutivos sin conocer la derrota en los que acumula cinco victorias y dos empates. La trayectoria es inmejorable, y por eso ahora el equipo de Xabi Alonso es sexto, la última plaza que da opción a jugar competiciones europeas la temporada que viene. De hecho, aún hay tiempo para pensar en algo más ambicioso.
Xabi Alonso, en el banquillo del Bayer Leverkusen
Es el milagro de Xabi Alonso a punto de completarse. Cogió a un equipo que estaba muerto en los primeros compases de la temporada, pensando en que iba a sufrir para evitar el descenso de categoría, y ahora lo tiene en puestos europeos y esperando a meterse en las semifinales de una competición continental.
Suena para el Madrid
El trabajo del donostiarra no está pasando desapercibido en el mundo del fútbol ni mucho menos. A estas alturas ya cualquiera se ha enterado de que Xabi Alonso está al frente de un Bayer Leverkusen ganador y ha demostrado una serie de aptitudes que cualquiera querría tener al frente de su plantilla.
Su trabajo está llamando mucho la atención y ya hay varios clubes tomando buena nota de lo que está haciendo el exjugador del Real Madrid. El Bayer Leverkusen es un gran escaparate o incluso un buen trampolín para dar el salto, pero seguro que Xabi quiere llegar a cotas más altas y todavía tiene margen de crecimiento en su carrera deportiva a muchos niveles.
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Precisamente uno de los clubes que han salido en la rumorología reciente y que sigue sus pasos de cerca es el Real Madrid. En el club blanco están tranquilos y saben que cuentan actualmente con un fuera de serie como Carlo Ancelotti que va camino de la Decimoquinta, pero su situación no es del todo estable por ese interés público de la selección de Brasil por llevárselo más pronto que tarde.
Así, parece que un recambio magnífico para el italiano podría ser Xabi Alonso. Reúne muchas condiciones que le pueden hacer brillar en el banquillo del Santiago Bernabéu y seguro que a él le hace una ilusión desmedida ponerse al frente de este equipo. Por el momento es algo que no está cerca, pero quizás tampoco tengan que pasar muchos años más para que esta conexión se haga realidad.