Tuvo que llegar a la tanda de penaltis, pero el Manchester City cumplió con su papel de favorito y terminó proclamándose campeón de la Supercopa de Europa ante el Sevilla. El conjunto de Pep Guardiola se hizo con su primer título de esta nueva temporada dejando muchas dudas y con un Haaland mucho más gris de lo esperado, sin apenas protagonismo. [Así vivimos la victoria del Manchester City en la Supercopa de Europa]
El Sevilla volvió a demostrar que se transforma por completo cuando disputa un título europeo porque ofreció una gran cara y una versión incluso superior a la del Manchester City. Los de Mendilibar se quedaron sin la copa, es cierto, pero salieron reforzados porque se demostraron a sí mismos que tienen mucho fútbol que ofrecer esta campaña.
El golazo de En-Nesyri en la primera mitad alimentó las esperanzas de los de Nervión, que pudieron incluso matar el partido mucho antes de lo previsto si el marroquí hubiera estado un poco más acertado en el resto de ocasiones de las que dispuso.
Palmer equilibró la balanza en la segunda mitad después de un fallo defensivo garrafal de los andaluces, y en el tramo final del choque es cierto que los de Guardiola hicieron sufrir de lo lindo a su rival. No obstante, todo se decidió en una tanda de penaltis inmaculada hasta que Gudelj estrelló en el larguero el último lanzamiento.
Un gran Sevilla
No había dudas. Prácticamente existía un quórum que elevaba al Manchester City a la condición de gran favorito en la final sobre un Sevilla que parecía estar destinado a resignarse a la superioridad de su rival. Este favoritismo no era fruto del azar, y tampoco respondía a que el campeón de la Champions League siempre tiene más cosas que decir que el de la Europa League. La plantilla, el presupuesto, la mera presencia de Haaland... Todo apuntaba hacia el bando inglés.
Sin embargo, en ocasiones cuando el balón comienza a rodar las cosas se igualan y las diferencias desaparecen o al menos menguan. El Sevilla avisó en la primera acción de peligro del encuentro cuando tan sólo se habían disputado dos minutos con un disparo de Lamela que se marchó desviado. El argentino robó en la salida del City, algo que iba a suceder más veces en esta primera mitad, pero no acertó en la definición con su tiro desde la frontal.
Los de Mendilibar quisieron ser protagonistas en el arranque de partido, quizás por aquello de meterle el miedo en el cuerpo al City y que no se pensara que todo iba a ser coser y cantar. En una llegada por la banda derecha, a punto estuvo de llegar un remate de En-Nesyri, aunque esa llegada al área se quedó en nada.
El equipo de Guardiola, no obstante, está muy bien trabajado y puede convertirse en cualquier momento en una apisonadora. De ello dio síntomas antes de llegar a los primeros diez minutos de juego, con un remate de Ake en el segundo palo tras un córner que obligó a Bono a intervenir por primera vez para evitar el gol. Y eso que el guardameta puede salir a Arabia en las próximas horas.
Tras este arranque vertiginoso, el choque entró en un pequeño bache de intensidad más propio de estas alturas de temporada a la que nos encontramos. Eso sí, Bono tuvo que volver a manchar los guantes para despejar un disparo de Grealish que llevaba mucho peligro. Parecía que el City se hacía con el dominio, pero fue ahí cuando el Sevilla sorprendió.
Precisamente un mal despeje de Bono terminó siendo el germen del gol. Envió el balón raso y por el centro, aunque nadie del City pudo cortar el esférico. La jugada siguió con una apertura a Acuña a la banda izquierda para que pusiera un centro medido a la cabeza de En-Nesyri. El marroquí se colgó del cielo y puso el primero con un testarazo imparable. Sorpresa mayúscula.
Antes del descanso, todavía Lamela pudo incluso ampliar las diferencias, si bien es cierto que los de Guardiola terminaron apretando y cercando la portería de Bono, aunque sin pólvora. Cero remates a puerta y Haaland prácticamente inédito.
En-Nesyri perdona
El arranque de la segunda mitad tuvo ciertas similitudes con el anterior periodo. El Manchester City no estaba fino, eso estaba claro, y sus constantes fallos en la salida del balón propiciaban contraataques peligrosos que el Sevilla estuvo a punto de aprovechar en varias ocasiones.
La más clara de todas llegó a los 5 minutos de la reanudación. Ocampos protagonizó una cabalgada gigantesca por la banda izquierda, se marchó de todo el mundo en velocidad y por calidad, y le regaló el gol a En-Nesyri con un servicio precioso. El marroquí, dentro del área y libre de marca, no acertó con su remate de primeras con el pie y se topó con Ederson. Increíble el fallo que podía haber matado la final.
Tanto perdonar, como se suele decir se termina pagando. Eso es lo que le sucedió al Sevilla, porque cuando mejor estaba en el partido llegó el mazazo con el empate del Manchester City. Un centro desde el costado izquierdo encontró a tres jugadores libres de marca en el segundo palo. Un fallo garrafal de la defensa hispalense que aprovechó Palmer para cabecear a gol.
En-Nesyri perdonó su enésima ocasión en el partido acto seguido. Otro mano a mano que salvó Ederson, en el que el delantero trató de meter el balón entre las piernas del guardameta. Si el marroquí hubiera tenido algo más de acierto, el partido hubiera estado muerto desde hacía tiempo.
Esto dio paso a unos minutos finales de verdadero agobio para el Sevilla. Esto era lo que se esperaba durante mucho más tiempo, un City apretando, encerrando en su campo y en su área a los hispalenses, aunque solo se dio en el tramo final. Entre Bono y la defensa desbarataron varios acercamientos claros que estuvieron cerca de acabar en gol a pocos instantes del final. El marcador, sin embargo, no se movió y el campeón se decidió en los penaltis.
Manchester City 1 - 1 Sevilla
Manchester City: Ederson; Walker, Akanji, Gvardiol, Aké; Kovacic, Rodri; Palmer (Julián Álvarez, m.85), Foden, Grealish; y Haaland.
Sevilla: Bono; Jesús Navas (Montiel, m.83), Badé, Gudelj, Acuña; Jordán, Rakitic; Ocampos, Óliver Torres (Juanlu, m.74), Lamela (Suso, m.92); y En-Nesyri (Rafa Mir, m.92).
Goles: 0-1, M.25: En-Nesyri. 1-1, M.63: Palmer.
Lanzamientos de penaltis: 1-0: Haaland. 1-1: Ocampos. 2-1: Julián Álvarez. 2-2: Rafa Mir. 3-2: Kovacic. 3-3: Rakitic. 4-3: Grealish. 4-4: Montiel. 5-4: Walker. 5-4: Gudelj (falla).
Árbitro: François Letexier (Francia). Amonestó a los jugadores del Sevilla Badé (m.33), Lamela (m.61) y Juanlu (m.89).
Incidencia: Partido de la Supercopa de Europa disputado en el estadio Georgios Karaiskakis, en El Pireo (Grecia), que se llenó con unos treinta mil espectadores, entre ellos cerca de 1.500 sevillistas y unos cinco mil seguidores del City. Antes del partido se guardó un minuto de silencio por el aficionado fallecido recientemente en Atenas en los enfrentamientos entre hinchas del AEK y del Dinamo Zagreb.