La final se acercaba al minuto 70 de encuentro y España mandaba en el marcador por la mínima gracias al gol de Olga Carmona en la primera mitad. El combinado de Jorge Vilda se encontraba a gusto y atacando, y fruto de su insistencia llegó la jugada que pudo mater la final del Mundial antes de tiempo.
Mariona se adentró en el área de Inglaterra, y tras su control el balón quedó flotando en el aire. Fue ahí cuando Walsh, casi de manera involuntaria, tocó el esférico con su mano derecha abierta y desvió la trayectoria. La jugada siguió y Mariona todavía pudo controlar e incluso hubo un tiro final de Salma Paralluelo que terminó en córner, pero en cuanto el juego se detuvo España lo tuvo claro y pidió penalti.
La colegiada Penso no señaló nada en primera instancia, pero sí que impidió el saque de esquina para que la acción polémica fuera revisada en el VAR. Ahí se instaló la intriga en el sentir de todas las futbolistas que estaban sobre el terreno de juego y pasaron unos minutos que parecieron una auténtica eternidad.
Tardaron demasiado desde la sala en interpretar la jugada, pero finalmente llamaron a la colegiada para que acudiera a la pantalla a revisar la acción. La árbitra estuvo varios minutos viendo la misma repetición en el monitor, charlando con sus asistentes, pero no se decidía a tomar una decisión al respecto.
Al final, abandonó el monitor, se dirigió hacia el centro del campo y señaló el penalti por la infracción de la jugadora inglesa, que parecía claro. España tenía, por lo tanto, la oportunidad perfecta para matar el partido y decantar la final a su favor, así que una jugadora experimentada como Jennifer Hermoso fue la encargada de lanzar la pena máxima.
La jugadora del Pachuca asumió la responsabilidad, eso pese a que en la fase de grupos ante Costa Rica ya había fallado un penalti. La historia se repitió. Le pegó cruzado con su pierna izquierda pero Earps, la guardameta de Inglaterra, le adivinó las intenciones y detuvo con mucha solvencia el lanzamiento.
Esta intervención además estuvo rodeada de polémica. En la repetición se puede ver como en el momento del lanzamiento, las dos piernas de la portera inglesa están por delante de la línea de gol, por lo que probablemente el lanzamiento debió haberse repetido, aunque no hubo revisión de esta acción.