El 9 de junio de 2015 España debutó en un Mundial femenino. Su primer partido en este torneo fue un empate ante Costa Rica. Sólo ocho años después, el 20 de agosto de 2023, la Selección se proclamó campeona al vencer a Inglaterra en la final y logró su primera estrella.
La evolución del fútbol femenino ha sido constante durante este tiempo hasta alcanzar la cima mundial en un escaso espacio de tiempo. Actualmente, España es campeona del mundo en las categorías sub17, sub20 y Absoluta. Una triple corona a la que Olga Carmona puso el broche de oro con su gol en el Estadio Australia de Sídney.
El pasado año se inauguró la Liga Profesional de Fútbol Femenino, la Liga-F, que ha servido para que los salarios y las condiciones laborales de las futbolistas mejoren. El apoyo institucional, tanto de la RFEF como del CSD, y privado, como de Iberdrola cuando el campeonato necesitaba una fuerte inversión, ha sido también clave para que España consiga un Mundial que no es el final, sino el punto de partida de lo que será el fútbol femenino en el país.
Cuando España jugó su primer encuentro en un Mundial, sólo había 40.000 licencias federativas. Hoy en día 87.827 mujeres demuestran que eso de que "el fútbol es un deporte de hombres" ha quedado borrado por completo de la sociedad. Más del doble de licencias en ocho años. El hito alcanzado ahora por las Aitana, Olga, Alexia, Tere, Cata... se prevé que multiplique el número de niñas que jueguen al fútbol en los próximos años, según fuentes federativas.
[La madre ocultó a Olga Carmona la muerte de su padre y ella se enteró cuando volaba a Sídney]
Esta Selección ha roto otro techo de cristal y se ha convertido en un referente para las próximas generaciones. Aún queda mucho camino por recorrer, de hecho, la diferencia de licencias con el fútbol masculino continúa siendo muy grande y se sitúa por encima del millón. Sin embargo, lo ocurrido durante el último mes en Australia y Nueva Zelanda marcará un antes y un después en pro de la igualdad.
El fútbol ya no es masculino y/o femenino. Es simplemente fútbol. España ha logrado ser el segundo país que sus dos selecciones son campeonas del mundo. El primero fue Alemania y ahora España suma una estrella a la lograda por el gol de Iniesta en 2010.
Apoyo institucional
La visibilidad del fútbol femenino ha ido creciendo y buena parte de ello ha sido gracias a las instituciones del Estado. La presencia de la reina Letizia y de la infanta Sofía en Sídney ha demostrado el apoyo de la monarquía española a la Selección y en pro de la igualdad también en los deportes.
El ministro Miquel Iceta, como titular en el área de Cultura y Deportes, tampoco se perdió la final, al igual que otros políticos como el diputado y vicesecretario de cultura y sociedad abierta del PP, Borja Sémper. La gran ausencia en Sídney fue Irene Montero. La titular de la cartera de Igualdad en funciones no viajó a Australia para apoyar a la Selección, aunque sí felicitó a las jugadoras a través de las redes sociales.
Junto a Iceta estuvo el máximo dirigente del CSD, Víctor Francos. Precisamente, el organismo que preside ha sido muy importante para la profesionalización de la Liga-F y gracias a las subvenciones aportadas se ha podido dar un gran salto hacia delante en los últimos años. El CSD otorgó 5 millones de euros a la nueva patronal en el año de su creación.
[Así celebrará la selección española su victoria en el Mundial: dónde y cuándo será la fiesta]
El primer boom del fútbol femenino llegó con la disputa del Mundial en 2015. Un año después entró el patrocinio de Iberdrola en la Primera División y llevó a la competición en una dimensión. Después llegó en 2020 la creación del Real Madrid Femenino, lo que dio el salto definitivo antes de que la Liga Profesional fuera una realidad el pasado año.
El FC Barcelona ha sido otro de los motores del fútbol femenino en España. Campeón de Europa en 2021 y 2023, mientras que en 2022 fue finalista. El club azulgrana ha formado un equipo repleto de estrellas y que ha aportado nueve futbolistas a la Selección para proclamarse campeona del mundo. De esas nueve, siete han sido titulares en la final.
Por su parte, el Real Madrid logró que se entrara en una nueva dimensión. El club de fútbol más importante del mundo apostó por el equipo femenino en 2020 y con ello atrajo también a un gran número de seguidores y aficionados. Ocho de sus futbolistas se han proclamado campeonas en Australia y Olga Carmona marcó el tanto de la victoria convirtiéndose en leyenda del deporte español.
Las audiencias y los estadios
Las audiencias también se han multiplicado desde el debut mundialista en 2015. En el de Francia de 2019 la media de espectadores fue de 800.000, mientras que en la Eurocopa de 2021 el cruce ante Inglaterra fue seguido por casi 3 millones de personas.
Cifras que han quedado superadas por este Mundial 2023. A falta de los datos de la final, el encuentro de semifinales contra Suecia logró un histórico 45,4% de share y se convirtió en el encuentro de fútbol femenino más visto en España. Un dato que será, muy presumiblemente, superado por el de la final del Mundial contra Inglaterra.
[De Iniesta a Olga Carmona: los dos goles que marcaron un antes y un después en el fútbol español]
La asistencia a los estadios también ha ido creciendo de forma exponencial en los últimos años. El FC Barcelona - Wolfsburgo de semifinales de Champions batió el récord mundial y se convirtió en el partido de fútbol femenino con más espectadores de la Historia. 91.648 personas se dieron cita en el Camp Nou y lograron superar la anterior cifra, también en el campo del conjunto azulgrana, de 91.553 asistentes a El Clásico ante el Real Madrid de un mes antes.
Para llegar hasta aquí hubo que dar muchos pasos antes. En 2017 el Atlético de Madrid abrió las puertas del Vicente Calderón por primera vez a un partido femenino y el encuentro ante el Athletic Club tuvo 10.000 espectadores. En aquel momento fue todo un éxito, un momento clave en pro de la igualdad que poco a poco se ha ido consiguiendo en el fútbol.
Las niñas ya quieren ser Alexia, Aitana o Salma. Tienen sus referentes femeninos y atrás ha quedado la época en la que sus ídolos sólo eran Iniesta, Casillas o Sergio Ramos. Ahora se ponen la camiseta de su jugadora favorita, quieren regatear como ella y sueñan con ganar un nuevo Mundial. Porque en España el fútbol ya es también un deporte de chicas.