Luis Rubiales dimite como presidente de la Real Federación Española de Fútbol en una Asamblea que se celebra este viernes en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. Esta reunión, que fue convocada a petición de las Territoriales, iba a ser una muestra de apoyo de la estructura del fútbol a Rubiales y se convertirá así en su último acto en el cargo.
El presidente de la RFEF descartó la dimisión hasta este jueves por la mañana, cuando, tras el comunicado del sindicato de Jenni Hermoso, le retiraron el apoyo hasta varios miembros de la Asamblea que siempre se habían mostrado fieles a su gestión. Tal y como publicó EL ESPAÑOL, Rubiales no esperaba que la jugadora avalara la toma de "medidas ejemplares" contra él.
Desde ese momento, casi todas las personas del círculo más próximo al presidente de la RFEF le aconsejan dimitir. Sin embargo, no fue hasta este jueves por la mañana cuando Rubiales asumió que su etapa al frente del fútbol español había terminado.
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Durante unas horas dudó si aguantar hasta que el lunes el Consejo Superior de Deportes elevara al Tribunal Administrativo del Deporte su caso. Finalmente, por la tarde, decidió en una reunión junto a su núcleo duro dar un paso al lado y cumplir con el ultimátum que le había dado el Gobierno.
Salva de esta forma una segura inhabilitación por vía de urgencia y se marchará en una Asamblea que convocó con otro fin. Antes de comunicar la dimisión a su gente de confianza y de que fuera pública, Rubiales había perdido el apoyo de los clubes profesionales y de hasta Territoriales como la Vasca que hasta ese momento siempre se habían mantenido a su lado.
También la FIFA anunció que abría un expediente disciplinario al presidente de la RFEF y vicepresidente de la UEFA. El mundo del fútbol también se había vuelto en su contra exigiendo su dimisión.
Algo que ya le habían realizado en público y en privado el Gobierno y la oposición. Rubiales estaba solo y pasó de verse "fuerte" hasta el miércoles a tener que dimitir. Un verbo que nunca ha estado en el diccionario del todavía presidente de la RFEF.
El 'manual de resistencia' de 'Rubi', como le llaman sus amigos y colaboradores más próximos, parecía inagotable, pero su polémico beso a Jenni Hermoso y su comportamiento tras la final del Mundial fueron condenados por toda la sociedad española. No había defensa ni excusa posible.
Rubiales abandonará el cargo sólo cinco después de haber levantado la Copa del Mundo en el Estadio Australia de Sídney. El mayor logro de la historia del fútbol español junto al Mundial de 2010 quedó empañado por su conducta y su gestión al frente de la RFEF emborronada para siempre.
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En lo deportivo, además del Mundial, Rubiales ha logrado la UEFA Nations League y varios éxitos con las selecciones inferiores tanto masculinas como femeninas. También modernizó la Copa del Rey y la Supercopa de España, aunque esta última acabó en Arabia Saudí tras un contrato con Gerard Piqué que está siendo investigado por la Justicia.
Su sucesor todo apunta a que será Pedro Rocha, presidente de la Federación Extremeña y vicepresidente de la RFEF. El dirigente llegó al ente en 2018 de la mano del propio Rubiales y se ha postulado como el gran favorito a sucederle. Es un hombre con una gran experiencia en el ámbito de la gestión administrativa, pues ha desempeñado infinidad de cargos.
El nombre de Rocha es el de un candidato con amplios conocimientos sobre el funcionamiento de la Federación y que han acompañado a Luis Rubiales en esta etapa. Por ello y por su cercanía a la cúpula del ente federativo, se ha convertido en el principal candidato a ocupar el cargo que quedará vacante este viernes.