El Paris Saint-Germain ha vuelto a hacer de las suyas para deshogar su altísima nómina de jugadores y de desorbitados sueldos. Julian Draxler y Marco Verratti han hecho las maletas y cambiarán al conjunto parisino por el Al-Ahli y el Al-Arabi de Qatar por unas cantidades bastante elevadas. Dos futbolistas con los que Luis Enrique no contaba para esta temporada.
El italiano se marcha al país del golfo Pérsico a cambio de 45 millones de euros y cerrará su aventura en París tras 11 temporadas en la capital francesa. Por su parte, el jugador alemán, con mucho menos cartel que su compañero, pondrá rumbo a Qatar a cambio de 20 millones de euros para el PSG. Dos cifras muy altas que ayudar a aliviar al equipo que preside Nasser Al-Khelaïfi.
Esto supone un soplo de aire fresco para el maltrecho Fair Play financiero del Paris Saint-Germain. Ahogado con una cantidad de sueldos altísimos, la salida de Verratti y de Draxler, con los que no contaban para esta temporada, ha propiciado que se reduzca de manera notable y además dejen una cantidad reseñable de dinero en las arcas del club.
Curiosamente, ambas operaciones no se han cerrado con ningún equipo europeo y sí que se ha hecho efectiva con un club de Qatar, país que es dueño del PSG. Una operación que parece enmascarar el flujo de dinero entre las dos entidades. De esta manera, los parisinos sueltan lastre y el país del golfo Pérsico se hace con dos jugadores de renombre mundial.
No es la primera operación entre en club qatarí y el PSG. Este verano el primer futbolista en poner rumbo para allá fue Diallo. El jugador francés fue una de las salidas más precoces del vestuario y lo hizo dejando alrededor de 15 millones de euros. Una alta cifra, especialmente por uno que no ha tenido minutos y era un descarte.
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Qatar, al rescate del PSG
Qatar se ha convertido en el salvador del Paris Saint-Germain este verano. El país asiático ha invertido cerca de 100 millones de euros en tres futbolistas del conjunto francés para reforzar a varios de sus equipos. Una serie de tratos que favorecen a las dos partes, aunque especialmente a la europea.
Los dueños del PSG se han convertido en un recurrente comodín para aliviar las presiones del Fair Play Financiero que azotan al club. Pese a inyectarle dinero cada temporada a través de pequeñas cantidades, se han tenido que reinventar para no ser castigados por ello. Como resultado, han encontrado la manera de hacer las transferencias con traspasos financiados por el Estado de Qatar.