El juez de la Audiencia Nacional Francisco de Jorge ha impedido a Luis Rubiales acercarse a menos de 200 metros a la futbolista Jenni Hermoso, a la que el ya expresidente de la Federación de Fútbol besó en la boca durante la final del Mundial femenino.
Así consta en un auto, fechado este mismo viernes y dictado después de que Rubiales declarase como investigado ante el Juzgado Central de Instrucción número 1. La Fiscalía de la Audiencia Nacional se querelló hace justo una semana contra el dirigente futbolístico, que, por orden judicial, tampoco podrá desde ahora comunicarse con la deportista durante toda la instrucción judicial.
La teniente fiscal Marta Durántez le atribuye dos delitos: uno, de agresión sexual, y un segundo, de coacciones. El pasado 5 de septiembre Hermoso declaró, en la sede de la Fiscalía General del Estado, que sufrió un "hostigamiento" y "presiones" por parte de Rubiales y de su entorno profesional para tratar de que restase importancia al beso.
Este viernes, ante el juez, Luis Rubiales ha recalcado que el beso fue consentido y ha negado haber coaccionado a Hermoso. El expresidente de la RFEF ha llegado a la Audiencia Nacional a las 11.10 horas, acompañado de su nueva abogada, Olga Tubau.
Se trata de la prestigiosa letrada conocida por defender al exmayor de los Mossos d'Esquadra Josep Lluís Trapero por el operativo policial del 1 de octubre de 2017, día del referéndum ilegal de Cataluña.
Tras la declaración de Rubiales, la Fiscalía solicitó al juez que dictase una orden de alejamiento de 500 metros. Finalmente, De Jorge opta por imponerla, pero sólo de 200 metros. El Ministerio Público también pidió que Rubiales tuviera que comparecer quincenalmente en el Juzgado, pero el magistrado lo rechaza, al igual que la solicitud de la abogada de Jenni Hermoso de embargar preventivamente los bienes al querellado.
Investigación judicial
Francisco De Jorge ya ha solicitado a Radiotelevisión Española (RTVE) el vídeo o vídeos que tenga en sus archivos "que recojan el momento, desde todos los ángulos, en el que el querellado besa a la denunciante". El partido de la final del Mundial fue emitido en La 1 de TVE el pasado 20 de agosto, desde Sídney (Australia), donde se disputó.
El magistrado también ha pedido a varios medios de comunicación el vídeo de la celebración en el autobús de la victoria en el Mundial, posterior a que Hermoso recibiera el beso de Rubiales.
De hecho, en dichas imágenes se aprecia a la jugadora bromear con lo ocurrido. Se trata del vídeo que avanzó EL ESPAÑOL y que decenas de periódicos y televisiones replicaron después.
El ya expresidente de la RFEF lo adjuntó en su escrito de alegaciones dirigido a la FIFA, después de que este organismo decidiera suspenderle cautelarmente de todos sus cargos en el ámbito del deporte.
Declaración ante el juez
Este viernes, Luis Rubiales ha contestado al juez y a todas las partes y ha manifestado que el beso fue consentido, la versión contraria a la que sostiene la futbolista. También ha negado que la presionase o coaccionase para tratar de que restara importancia al suceso.
Rubiales presentó su dimisión como presidente de la RFEF el pasado domingo, después de la decisión de la FIFA de suspenderle provisionalmente, durante 90 días, de sus funciones directivas.
El que hasta entonces era máximo mandatario de la Real Federación Española había sido citado para declarar a las 12 de la mañana de este viernes.
A su llegada, no ha querido atender a las decenas de medios, nacionales e internacionales, que le esperaban. Mismo mutismo a su salida, decisión motivada por su intención de guardar silencio en España tras haberse sentido "maltratado" por la prensa.
Coacciones
Tras oír la declaración de Jenni Hermoso hace algo más de una semana, la Fiscalía cree que el expresidente de la RFEF pudo cometer un delito de agresión sexual por el beso, supuestamente no consentido, a Hermoso, quien aseguró que se sintió "vulnerable". Rubiales sujetó con sus dos manos la cabeza de la deportista durante la entrega de medallas.
El Ministerio Público también le atribuye otro de coacciones por las presiones que la deportista relató haber sufrido de Rubiales y de su entorno profesional para que, públicamente, restase importancia al beso.
El expresidente de la Federación, que ha mantenido en todo momento que el beso sí fue consentido —también lo ha repetido este viernes ante el juez—, sostiene que fue un gesto "eufórico", un "piquito sin maldad" y que Hermoso, con quien mantenía una relación cercana, lo aceptó verbalmente.
"Yo le dije: '¿Un piquito?' y ella dijo: 'Vale'", manifestó el aún presidente de la RFEF en la Asamblea extraordinaria del pasado 25 de agosto, convocada para abordar estos hechos y en la que el dirigente deportivo se negó a dimitir. Finalmente, lo hizo el pasado domingo, tras una "persecución desmedida" y pese a expresar su "fe en la verdad".
En declaraciones a los medios de comunicación a la salida de la Audiencia Nacional, la letrada de la deportista ha subrayado que, "gracias a las imágenes de televisión, todo el país ha podido observar que no existió ningún tipo de consentimiento" por parte de Jennifer Hermoso. "Fue un acto humillante que empañó un hito deportivo", recalcó la letra Carla Vall.