El fútbol se ha caracterizado por ser un deporte que atrae a millones de aficionados. Una enorme multitud que se desplaza siguiendo alrededor del mundo a su equipo favorito, una situación que provoca que se vivan momento de alta tensión en distintos puntos del planeta. Un innato en el deporte, puesto que las emociones están a flor piel en numerosos momentos.
En los últimos tiempos, el fútbol se ha visto sorprendido por la presencia de seguidores radicales. Estos ultras deportivos han ido cogiendo cada vez más relevancia y se han convertido en protagonistas innecesarios, especialmente fuera de los terrenos de juego. Lejos del césped se han hecho fuertes y han comenzado a hacer de las suyas.
El último ejemplo de ello se ha visto en Francia. Los ultras del Olympique de Marsella han dado una deplorable imagen debido a sus exigencias. A través de dudosos y peligrosos métodos, como en este caso han sido las amenazas, han provocado la salida de parte de la directiva y del entrenador, el español Marcelino.
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También se han dejado ver echando broncas a los jugadores en Francia. Ocurrió tras la disputa del Olympique de Lyon - París Saint Germain. Una vez finalizó el encuentro, la derrota de los locales propició que el jefe de los ultras diese un discurso ante los futbolistas desde la grada en una imagen que se volvió viral.
La polémica tampoco ha escapado a los partidos de competiciones europeas. Muchos de estos seguidores radicales siguen a sus clubes a donde haga falta, por ello se han generado numerosos disturbios en ciudades importantes como Barcelona o Milán debido a su presencia. Una situación que ha comenzado a verse con temor de puertas para fuera ante la posibilidad de que se continúen reproduciendo esos incidentes.
Francia, llena de ultras
Francia se ha convertido en el país donde más relevancia están teniendo los actos de los radicales en las últimas semanas y meses. El más reciente ha sido el ocurrido en el Olympique de Marsella y ha desatado una guerra interna en el club, dando lugar a un cruce de declaraciones, incluyendo amenazas de muerte, y de salidas.
El conjunto marsellés se ha convertido en un auténtico polvorín. El desencanto con la gestión de los dirigentes, especialmente del español Pablo Longoria, ha generado una situación de altísima tensión y ha provocado que se hayan sobrepasado los límites de una manera no tan inesperada. De hecho, ya tuvieron su cuota de protagonismo en la final del 2018 de la Europa League frente al Atlético, donde iban dispuestos a cometer fechorías y solo un gran despliegue policial les paró.
Volviendo a la actualidad, las amenazas de muerte, insultos y voraces críticas han provocado la salida de Marcelino, fichado este mismo verano para llevar las riendas del club. Sin embargo, esto no parece que sea una situación poco habitual dentro del club y del fútbol francés, puesto que numerosos episodios se han vivido en Le Velodrome y dentro de las fronteras del país en los últimos años.
También ha sido muy notable la bronca que le echaron estos radicales a los jugadores del Olympique de Lyon tras caer derrotados frente al PSG. Cogieron los altavoces y, ante la mirada atónita de los futbolistas, abroncaron a todos los que estaban sobre el terreno de juego en una escena bochornosa.
Otro de los momentos más recordados en el fútbol francés ocurrió hace un par de años en un encuentro entre Lens y Lille. Durante el transcurso del partido, un nutrido grupo de ultras saltaron al terreno de juego para agredir a sus rivales, transformando la situación en una auténtica batalla campal sobre el terreno de juego.
Francia ha demostrado tener un problema con este tipo de seguidores, si es que se les puede llamar así, en los últimos tiempos. Incapaces de frenarles dentro de las gradas, mucho menos lo hacen fuera y eso ha generado numerosos disturbios en los últimos tiempos.
Episodios en Europa
La llegada de las competiciones europeas ha supuesto el desplazamiento de numerosos hinchas a países extranjeros. Y como viene siendo habitual, ha habido distintos grupos que han generado altercados en ciudad antes de los partidos de fútbol. Una lacra, aunque sean la minoría, que se hacen notar allá donde van y, casi siempre, es de la peor manera.
En Barcelona, antes del primer encuentro de la Champions League contra el Antwerp, unos cientos de ultras del conjunto belga dejaron en las calles de la Ciudad Condal una escena bochornosa. Debido a ello, los Mossos d'Esquadra tuvieron que realizar varias cargas, acabando seis de ellos heridos, para contener la furia de sus ataques. Les lanzaron adoquines, botellas y numerosos objetos a los agentes del orden.
También hubo otro trágico episodio aunque esta vez lejos de España. El desplazamiento en masa de seguidores del Newcastle, que volvía a competición europea después de muchos años, a Milán dio lugar a un terrible suceso. Un seguidor del conjunto británico fue apuñalado y, aunque no se puede confirmar que haya sido realizado por radicales rossoneros, sí que se ha establecido cierta relación.
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No obstante, los ultras también han dejado algún que otro episodio de esta índole en suelo italiano. El último de ellos ocurrió tras la disputa de un Taranto FC - Foggia. Los aficionados del conjunto visitante decidieron pagar su frustración tras la derrota de su equipo y quemaron el estadio del conjunto local, creando alarma en los alrededores del feudo.
Lo cierto, es que los ultras se han convertido en protagonistas indeseados en los últimos tiempos dentro del fútbol. Su auge ha dado lugar a bochornosas imágenes tanto dentro como fuera de los terrenos de los juegos.