Este jueves, la exvicepresidenta de la Federación Española de Fútbol y máxima responsable de su departamento de Integridad, Ana Muñoz Merino, declaró en calidad de testigo ante la jueza Delia Rodrigo Díaz. Lo hizo en el marco de la investigación sobre las presuntas irregularidades dentro de la RFEF en la gestión que llevó la Supercopa de España a Arabia Saudí.
La declaración, la primera que se celebra en esta investigación, duró casi tres horas. La exdirectiva RFEF señaló que nunca llegó a ver el contrato de la disputa de la Supercopa en Arabia y, además, dio su versión sobre las razones que le llevaron a dimitir de su cargo en diciembre de 2019. Señaló como detonante la supuesta petición de Luis Rubiales, entonces presidente de la Federación, de no denunciar a Sergio Busquets por unas críticas al colegiado Alberola Rojas.
EL ESPAÑOL se ha puesto en contacto con Rubiales que, aunque no ha querido hacer declaraciones al respecto, desmiente tajantemente la versión ofrecida por Muñoz. Según ha sabido este periódico el expresidente de la RFEF estudia tomar las acciones legales oportunas contra Ana Muñoz, incluida la posibilidad de denunciarla por falso testimonio.
En su declaración, Ana Muñoz aseguró que Rubiales le dijo que la denuncia a Busquets sería "pegarse un tiro en el pie" y que este le remarcó que cuatro días después se disputaba un Clásico entre Barcelona - Real Madrid. Pero ¿había opción de que el entonces jugador azulgrana fuera sancionado si había denuncia y se quedara sin jugar el partido?
La realidad es que no, ya que en ese momento el Código Disciplinario de la RFEF no recogía castigar con partidos las críticas a los árbitros sino con multas económicas. Fue a partir del 20 de septiembre de 2020, con la reforma aprobada por el CSD, cuando se introdujo de cara a la temporada 2020/2021.
Artículo 106. Declaraciones a través de cualquier medio sobre los miembros del colectivo arbitral o miembros de los órganos de garantías normativas
La realización por parte de cualquier persona sujeta a disciplina deportiva de declaraciones a través de cualquier medio mediante las que se cuestione la honradez e imparcialidad de cualquier miembro del colectivo arbitral o de los órganos de la RFEF; así como las declaraciones que supongan una desaprobación de la actividad de cualquier miembro de los colectivos mencionados cuando se efectúen con menosprecio o cuando se emplee un lenguaje ofensivo, insultante, humillante o malsonante, serán sancionados.
Tratándose de futbolistas, técnicos/as, preparadores/as físicos, delegados/as, médicos/as, ATS/FTP o encargados/as de material, de cuatro a doce partidos de suspensión y multa en cuantía de 601 a 3.005,06 euros.
"Si pones el listón tan bajo como en el primer penalti, tienes que pitar muchos más", dijo Busquets sobre la actuación de Alberola Rojas en un Real Sociedad-Barcelona que acabó 2-2. Se quejó primeramente del 1-0 del cuadro donostiarra, que llegó tras un lanzamiento de Oyarzabal desde los once metros.
Busquets siguió con sus protestas ante los micrófonos pidiendo un penalti sobre Gerard Piqué en los últimos minutos del partido: "El VAR tiene que entrar en la última jugada. Yo creo que el árbitro lo ha visto y no lo ha querido pitar", añadió.
Busquets se despachó a gusto con el colegiado de aquel partido. Sus palabras quedaron impunes, así como otras de Sergio Ramos tres meses después tras caer el Real Madrid ante el Levante. La RFEF, entonces, se puso manos a la obra con la reforma que endureció las sanciones en casos como estos, las cuales se han visto en varias ocasiones a lo largo de los últimos años.