La Copa del Rey es ese momento tan especial de la temporada que, por unos instantes, pone en el mismo tablero de juego a los más 'ricachones' y a los más humildes. Equipos de Primera División visitan estadios recónditos (siempre que cumplan los requisitos) de la geografía española y se miden a rivales de categorías regionales que distan mucho del profesionalismo.
Eso es la primera ronda del torneo del KO, sorteos inauditos, nervios esperando ver las bolas salir del bombo y de vez en cuando alguna que otra sorpresa mayúscula. El formato que se viene empleando en esta competición desde hace unos pocos años favorece el espectáculo, la emoción y sobre todo la ilusión. De paso, sirve de impulso económico a aquellos que tienen menos recursos y que pueden ver salvada prácticamente toda una temporada con un solo partido.
Muchos reclaman, no obstante y con todos los argumentos del mundo, que todavía le falta un peldaño más al formato para llegar a ser completo. El modelo inglés es lo que muchos persiguen, es decir, un sorteo puro, sin condicionante de ningún tipo por categoría, y en el que entren todos los equipos a la vez. Y es que en esta primera ronda no aparecen los equipos que juegan la Supercopa de España, es decir, Real Madrid, FC Barcelona, Atlético de Madrid y Osasuna.
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Pese a esto, uno de los equipos que este miércoles festivo va a vivir un auténtico sueño es el Club Deportivo Hernán Cortés. Este modesto equipo que milita en el grupo 3 de la Primera División extremeña se enfrentará al Real Betis Balompié, uno de los equipos preferidos por todos los modestos que llegaron al bombo de esta primera eliminatoria.
Con poco más de 900 habitantes, la localidad está sumida en un estado de locura desde el día del emparejamiento. Jamás se habían visto en otra igual ni habrían imaginado algo así. Ni que decir tiene de lo que puede suceder si consiguen dar la sorpresa, aunque saben que para eso se tendrían que dar muchos condicionantes.
David contra Goliat
Cualquier tipo de comparación que se haga entre el CD Hernán Cortés y el Real Betis es sangrante. En un lado, un equipo modesto, sin estructura profesional y que se mantiene a base de grandes sacrificios personales de todos sus componentes. En el otro, una gran entidad totalmente profesionalizada, histórica y con títulos en su palmarés. La Copa del Rey de hace un par de años, sin ir más lejos.
El Real Betis siempre tiene un halo que le convierte en uno de los equipos más deseados en este tipo de rondas. Cuenta con un gran atractivo, tiene afición repartida por toda España a través de sus innumerables peñas y es un grande del fútbol español, así que era el deseo de la mayoría de los integrantes del Hernán Cortés.
Este modesto club de una localidad cercana a Don Benito, en la provincia de Badajoz, tuvo que superar una serie de rondas previas para llegar hasta el sueño que están viviendo. Por un día, sus jugadores se sentirán profesionales porque tendrán cámaras de televisión apuntándoles y a rivales en el campo con unos salarios que poco tienen que ver con lo que ellos perciben en su día a día.
Y es que en el Hernán Cortés nadie vive del fútbol. Las historias se suceden y los futbolistas tienen trabajos de todo tipo, desde un conductor de ambulancia, hasta un peluquero pasando por un ingeniero de obras públicas. Todos ellos tienen su horario laboral y, día a día, sacan todavía un hueco más en sus agendas para entrenar a última hora de la tarde.
Gracias a su esfuerzo y a su sudor, conseguirán poner el nombre del CD Hernán Cortés en el panorama futbolístico nacional durante unos días. Suya es la 'culpa' de que esta pequeña localidad extremeña haya saltado al primer plano y viva una ilusión desatada que rompe la rutina.
Fuera de casa
Una de las contradicciones que sigue teniendo este formato de la Copa del Rey tiene que ver con los estadios en los que se juegan los partidos. La gran mayoría de los equipos modestos que consiguen llegar a esta primera ronda para jugar ante rivales de Primera División cuentan con instalaciones muy discretas, por lo que en muchos de los casos deben jugar en el exilio.
No deja de ser un gran inconveniente para estos clubes tan pequeños que sueñan con vivir un día de fiesta en su casa, donde juegan cada fin de semana. Se enfrentan, sin embargo, a aforos reducidos, escaso espacio para las cámaras de televisión y el inconveniente del césped artificial en muchos casos. "Si es la Copa de los modestos, que lo sea de verdad", dicen muchas veces estos clubes.
Por eso el Hernán Cortés no podrá jugar en su estadio habitual, situado a las afueras de la localidad. El partido contra el Real Betis no se jugará en casa, sino a más de 70 kilómetros de distancia. El estadio Francisco de la Hera, en Almendralejo, será el escenario que acoja este encuentro de la primera ronda de la Copa del Rey.
Estas instalaciones tienen capacidad para algo más de 11.000 espectadores, y aunque le resta romanticismo el hecho de que el Hernán Cortés no juegue en casa, se espera un ambiente de gala para el choque. A punto de colgarse el 'no hay billetes', todo el mundo en Extremadura quería una entrada para poder ver al Real Betis en esta Comunidad, algo que no se ve todos los días.
Varias divisiones de diferencia, presupuestos que no tienen nada que ver, estructuras completamente opuestas... Pero al fin y al cabo, 90 minutos por delante en los que el fútbol puede dejar sorpresas porque la ilusión del Hernán Cortés y toda su gente será más grande que nunca. Eso, y que más de uno se llevará un buen botín en el intercambio de camisetas.