Cada partido entre el Arsenal y el Sevilla es especial por el recuerdo del malogrado José Antonio Reyes. Los dos equipos en los que mejor fútbol ofreció el exjugador utrerano se enfrentan este miércoles en el Emirates Stadium londinense. Lo hacen 15 días después de medirse en el Sánchez Pizjuán, donde los homenajes fueron varios. Pero en Inglaterra también pervive la huella de uno de 'Los Invencibles'.
Reyes tenía 20 años cuando en enero de 2004 dejó su casa, el Sevilla, para fichar por el Arsenal. Los problemas económicos del club hispalense y el interés de los gunners, comandados por Arsène Wenger Wenger, le hicieron mudarse a Londres. Su venta en aquel entonces, por más de 20 millones de euros, era la más cara en la historia de la entidad sevillista. Del Nido, presidente entonces, había prometido que Reyes sería el estandarte en el centenario del club en 2005, pero habló el poderoso dinero.
A los aficionados del Sevilla les enfadó aquella noticia. El niño que desde los 10 años se había formado en su cantera y que se había convertido en una de las mayores promesas del mundo se tenía que ir a mitad de una temporada. Reyes se despedía entre lágrimas de la gente y del sol de su tierra natal para aterrizar en el grisáceo y frío Londres. Sin ápice de entendimiento del inglés en aquel joven que debutó como profesional con solo 16 años.
El principal responsable del fichaje de Reyes no fue Wenger sino Francis Cagigao, ojeador español -pero nacido en Londres-, que le había echado el ojo al desequilibrante jugador utrerano por lo menos dos años antes. "El Arsenal pagó más por José Antonio que el Real Madrid por Beckham o el Barcelona por Ronaldinho", defendían en el Pizjuán -aunque aquello, finalmente, no fuera cierto-.
Como Reyes echaba en falta a la familia, la familia fue a él. Sus padres, Francisco y Mari, y su hermano, Jesús, se mudaron al norte de Londres con él. En el vestuario del Arsenal, la barrera del idioma la derribó hablando con el balón. Así hizo amistad con jugadores como Edu y Robert Pires. También con Thierry Henry, la estrella de aquel equipo y protagonista indirecto de la vez que Luis Aragonés, con la Selección, cogió de la pechera a José Antonio y le soltó aquello de: "Debe ver las cosas con más luz, tener claridad. Dígale al negro que usted es mejor. Dígaselo de mi parte. Usted es mejor". Eran otros tiempos.
En el vestuario de aquel Arsenal se formó un 'little Spain' particular. Lo formaban Reyes, un jovencísimo Fàbregas, el portero Manuel Almunia y el suizo Philippe Senderos, cuyas raíces eran del pequeño pueblo alcarreño Santiuste. Estos tiempos quedaron retratados en la emotiva carta que Cesc dedicó a su amigo cuando falleció en un accidente de tráfico en 2019.
"Mi primer gran amigo en el mundo del fútbol profesional, mi compañero de habitación, que siempre quería dormir con el aire acondicionado aun estando a -10 grados. Un tipo humilde que siempre tenía una sonrisa en su cara, grandísimo futbolista y fenomenal persona. No podía despertarme hoy de peor forma. Nunca olvidaré cuando tú y tu familia me acogisteis en vuestra casa en mis primeras Navidades en Inglaterra cuando yo estaba solo y tenía 16 años. Nunca olvidaré nuestros partidos de fútbol tenis en el gimnasio antes y después de los entrenamientos", escribió Fàbregas en su adiós a Reyes.
Reyes pasó dos temporadas y media en el Arsenal, en las que marcó 23 goles (16 en la Premier League) y levantó los tres títulos más importantes del fútbol inglés: la Premier -con el invicto histórico de los gunners en 2004-, la Community Shield y la FA Cup.
En Highbury, el viejo estadio del Arsenal, Reyes era querido, pero el detonante de su salida fue una broma telefónica. Se había rumoreado con el interés de equipos españoles en traer de regreso a La Liga al utrerano y un programa de radio se hizo pasar por Emilio Butragueño, director deportivo del Real Madrid por aquel entonces. El delantero acabó confesando que no era feliz en Inglaterra y le pidió al 'Buitre' que le llevara al Madrid. Aquello era una farsa que enfadó mucho al jugador, pero lo peor fueron las críticas que recibió. Finalmente, y aunque el Atleti lo intentó, vistió de blanco siendo intercambiado por Julio Baptista.
Los "hermanos" José Antonio y Mikel
Esa fue la historia de Reyes en Inglaterra. No coincidió allí con Mikel Arteta, ahora entrenador gunner, ya que este llegó al club en 2011, pero sí jugó contra él en los Arsenal - Everton. En uno de ellos, José Antonio hizo doblete. Pero a Reyes y a Arteta les unía una amistad que surgió en la sub21 de España.
"Eran como hermanos", decía el padre de Reyes en declaraciones a Daily Mail antes del partido entre Sevilla y Arsenal en el Pizjuán del pasado 24 de octubre. En la previa también habló el propio Arteta: "Fui su compañero de habitación", recordó de sus tiempos en las inferiores de España. "Pasamos mucho tiempo juntos. A esa edad de juvenil, no recuerdo un jugador mejor. Lo tenía todo, jugó en ambos clubes y es una gran parte de nuestra historia", apuntó el técnico.
Arteta participó en un homenaje a su amigo en la víspera del Sevilla - Arsenal. Junto a otros miembros del club inglés, visitó la zona conmemorativa hacia el utrerano que hay en el Pizjuán. Con José Castro, presidente del club hispalense, depositó allí flores en memoria de Reyes.
Han pasado cuatro años, cinco meses y siete días desde la desaparición de Reyes. El 1 de junio de 2019 falleció en la autovía A-376 que une Sevilla con Utrera, junto con su primo Jonathan, tras sufrir un accidente por ir conduciendo a alta velocidad. Dejó viuda a su mujer, Noelia López, y huérfanos de padre a sus tres hijos. El mayor, José como él, fue acogido en la cantera del Real Madrid bajo la promesa de Florentino Pérez y en octubre cumplió 16 años, la edad con la que su padre debutó en el Sevilla, y firmó su primer contrato profesional. El legado continúa.