Escándalo en Argentina: la Policía interviene y protege al árbitro de ser agredido por los jugadores

El encuentro entre Argentinos Juniors y Vélez Sarsfield correspondiente a la Copa de la Liga argentina vivió momentos de tensión en el momento en el que el colegiado señaló el final del partido. El árbitro tuvo que ser protegido por la Policía para no ser agredido por los jugadores del cuadro local. 

Los hechos ocurrieron justo al finalizar el choque. Una vez el colegiado hizo sonar su silbato, los jugadores de Argentinos Juniors fueron directamente a increparle y formaron un corro alrededor suya provocando momentos de tensión. 

El 'trencilla' comenzó a sacar tarjetas lo que avivó más el enfado de los jugadores. La situación llegó a una situación límite y los cuerpos de seguridad del estadio y la Policía tuvieron que entrar en escena para proteger al árbitro. Tras esto, la situación se fue calmando y el colegiado se quedó en el terreno de juego hasta que todos los futbolistas de Argentino Juniors enfilaran el túnel de vestuarios.

El arbitraje fue el protagonista de la tarde en La Paternal con dos decisiones controvertidas de Pablo Echavarría contra Argentinos Juniors, que pelea por evitar el descenso a la Primera Nacional. 

Los jugadores del cuadro local se quejaron de un posible penalti en el tiempo de descuento que el colegiado no señaló. Sebastián Méndez, técnico de Argentinos Juniors, intentó trasladar tranquilidad a sus jugadores para evitar una posible expulsión de cara al último partido ante Colón.

Esa templanza quedó a un costado minutos después, ya que el medio Sábado Vélez informó que el entrenador sufrió una "crisis nerviosa" y protagonizó un violento episodio que le provocó heridas en una de sus manos: "Rompió una pared del vestuario, tras la discusión con el equipo arbitral. Se retiró en un vehículo privado junto a efectivos de seguridad de la Villa Olímpica", aseguraron.

La polémica arbitral llegó en un momento de la temporada que está siendo crítico para Argentinos Juniors. Y es que acumulan siete partidos sin ganar y una victoria frente a Vélez les podría haber servido de respiro en su objetivo de salvar la categoría.