El Girona ha sufrido una metamorfosis mayúscula en tan solo un año. No sólo por las nuevas caras que han llegado al cuadro catalán esta temporada, sino por la diferencia de rendimiento en 365 días. El conjunto de Michel ha pasado de pelear por eludir el descenso a comandar La Liga. Casi nada.
Lo del cuadro gerundense ya no es casualidad. Lo que podría parecer una racha de unos pocos partidos se ha convertido en algo serio. Ya hemos llegado al primer tercio de la temporada y el Girona sigue en lo más alto de la clasificación.
Además, las sensaciones siguen siendo inmejorables. El Girona se ha acostumbrado a ganar y ahora lo hace como un equipo grande. No consigue vencer únicamente cuando juegan bien, también lo hacen cuando se ven superados por su rival y tienen que remar contracorriente. Así ha sido en sus dos últimos compromisos ante el Rayo Vallecano y Osasuna.
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Ante el cuadro navarro firmaron una remontada espectacular, algo propio de un equipo grande. Los de Michel se adelantaron en el primer cuarto de hora, pero los rojillos le dieron la vuelta al luminoso en la primera parte gracias a un doblete de Budimir. En un escenario tan complicado como siempre lo es El Sadar, el Girona no se achicó y consiguió remontar el partido con tres goles en los últimos veinte minutos. Una reacción de campeón.
Este sábado volvió a repetirse la historia en Vallecas frente al Rayo. Los de Michel empezaron perdiendo y tuvieron que darle la vuelta al marcador en el segundo tiempo. Lo hicieron con goles de Savio y Dovbyk, dos de las mayores figuras del equipo en este curso. Esta vez también les tocó sufrir. Se aferraron con uñas y dientes al resultado y acabaron asaltando el feudo franjirrojo.
Un cambio radical
En el último año, la transformación del Girona ha sido espectacular. El cuadro de Michel ha pasado de estar peleando por eludir el descenso a ser el líder en solitario de La Liga. En la jornada trece de la temporada 22-23 el Girona ocupaba la decimoquinta posición con trece puntos y a dos del descenso. Ahora suma 34 puntos y ve al resto de equipos de Primera División por el retrovisor.
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A estas alturas de campeonato el Girona había ganado tres encuentros, empatado cuatro y perdido seis. Además, sumaba 18 goles a favor y 21 en contra. Unos datos que contrastan por completo con los de este curso. Los de Michel han vencido en once partidos, han empatado uno y han perdido uno. Suman 34 tantos a favor y han encajado dieciséis.
Estos registros le han hecho ser uno de los mejores equipos de Europa. De hecho, nadie en las cinco grandes ligas ha conseguido sumar tantos puntos como el Girona. Tras ellos está el Real Madrid con 32 y el siguiente en la lista es Bayern de Münich con 29 (han jugado dos partidos menos que el Girona).
Dovbyk, la estrella
Sin duda, una de las razones del éxito del Girona esta temporada es Artem Dovbyk. El delantero ucraniano suma siete goles en liga y es el segundo máximo artillero de la competición por detrás de Bellingham. El ex del Dnipro, que llegó este verano al club gerundense a cambio de 7 millones de euros, está siendo una de las sensaciones de la temporada.
El delantero de casi 190 centímetros está supliendo con creces a uno de los mayores referentes de la historia reciente del Girona: Christian Stuani. El atacante uruguayo ha pasado a un segundo plano, pero su hueco está siendo llenado muy bien por Dovbyk.
Ya estamos casi a mitades de noviembre y el Girona sigue ahí arriba. Las comparativas con aquel Leicester City campeón comienzan a aparecer, pero todavía queda mucho camino por recorrer. Habrá que esperar y ver como se desarrolla el campeonato, pero lo que está claro es que este Girona está haciendo historia y poco a poco está ganando terreno con sus perseguidores para, por lo menos, disputar competiciones europeas la próxima temporada.