Cuando en el calendario aparece un parón de selecciones los clubes se echan a temblar. Eso de ceder a sus mejores futbolistas para una serie de partidos internacionales, en algunos casos incluso encuentros amistosos, no es que le haga una especial gracia a nadie dentro del organigrama de un equipo, desde el entrenador hasta el presidente, pero no les queda más remedio que ceder y acatar las normas.
El principal temor es que los jugadores sufran algún tipo de lesión con sus selecciones y que eso afecte directamente al rendimiento de los equipos. Es el denominado 'virus FIFA', ese fantasma que planea sobre la cabeza de muchos demasiadas veces al año.
No es una creencia instaurada, es un temor real y fundamentado. Y si no, que se lo pregunten a dos de los clubes más poderosos de La Liga como el Real Madrid y el Fútbol Club Barcelona, o a otros que también han sufrido las consecuencias como la Real Sociedad o el RCD Mallorca. Todos ellos tienen que lamentar bajas importantes por culpa de los encuentros de selecciones.
Las altas esferas que manejan el fútbol siguen exprimiendo su producto al máximo. El calendario es cada vez más disparatado y está más cargado a medida que pasan los años. La ambición por conseguir una mayor rentabilidad económica a base de más partidos ahoga a los jugadores, que no son máquinas y se resienten con mucha más facilidad pese a que están más preparados físicamente que nunca.
Hace tiempo que el debate sobre el calendario está sobre la mesa, pero desde luego que episodios como los vividos recientemente avivan mucho más la llama de aquellos que claman contra la manera en la que se dividen los partidos a lo largo del año. Y uno de los puntos calientes son precisamente estos parones internacionales.
La factura
Como consecuencia de esta ventana de selecciones, el rendimiento de varios equipos de La Liga se va a ver resentido. Esto es algo que trae de cabeza a los propios clubes, pero el problema va todavía un poco más allá porque el nivel medio de espectáculo de La Liga también va a quedar tocado por el mismo motivo.
El Real Madrid es, sin duda, quien más tiene que lamentar en este aspecto. Tras esta ventana internacional pierde a dos futbolistas titulares habitualmente con Ancelotti, piezas clave en el equipo, y además por bastante tiempo. Camavinga se lesionó en un entrenamiento con Francia y Vinicius sufrió las consecuencias en pleno partido con Brasil.
El caso del centrocampista galo es especialmente grave. Las pruebas arrojaron una rotura del ligamento lateral externo de la rodilla, una dolencia que le puede llevar a estar más de dos meses fuera de los terrenos de juego. Esto es devastador para el Real Madrid porque Camavinga era una pieza fundamental en el centro del campo que ofrecía también alternativas en defensa. Un hombre que lo venía jugando casi todo y que ahora tendrá que parar en seco.
Para más inri, llegó también la lesión de Vinicius. Sin conocer exactamente todavía el alcance de esta dolencia, las molestias musculares no invitan al optimismo con el brasileño, que puede dejar durante un tiempo huérfana la delantera madridista, esa zona escasa de efectivos. Vini es, además, una de las grandes estrellas de La Liga que proyecta la imagen de la competición en todo el mundo.
[Ter Stegen preocupa al Barça: se lesiona en la espalda con Alemania y regresa a la ciudad condal]
El Barça también tiene que lamentar consecuencias por este parón de selecciones. Desde luego que no se verá tan afectado como el Real Madrid, pero los culés no tienen buenas noticias después de la lesión de Ter Stegen. Su guardameta titular sufrió unas molestias en la espalda y se tuvo que marchar de la concentración de Alemania, por lo que su presencia en el próximo encuentro es duda.
La Real Sociedad se vio azotada por la lesión de una de sus grandes estrellas. Mikel Oyarzabal se rompió jugando con España el partido ante Chipre, justo cuando volvía a estar a su mejor nivel. Le ha costado mucho regresar al talentoso atacante, pero ahora tendrá que volver a parar aunque parece que las molestias no revisten demasiada gravedad.
También Muriqi se lesionó jugando con Kosovo en el último partido de clasificación para la Eurocopa 2024. El jugador del Mallorca, titular indiscutible y con una aportación de goles indispensable para los baleares, causará baja durante más de un mes, una ausencia demasiado sensible para un equipo que se juega la vida cada fin de semana.
Demasiados parones
Desde que comenzó la temporada, las competiciones domésticas ya se han visto obligadas a detener su desarrollo habitual en tres ocasiones por culpa de los parones internacionales. El próximo verano Alemania acoge la Eurocopa de 2024 y, por supuesto, hay que jugar los partidos de clasificación para ver quién consigue el billete, pero la manera de distribuir estos encuentros en el calendario sigue generando controversia.
A principios de septiembre, con todas las grandes ligas europeas recién comenzadas, llegó el primer parón, ese que siempre deja frío al aficionado cuando está empezando a conectar con su equipo. Sin tiempo casi para recuperar la normalidad, apenas un mes después llegó otra ventana de selecciones.
La más reciente, la actual, llega de nuevo con un mes de diferencia con respecto a la última. En total, un parón internacional cada mes que impide desarrollar con normalidad las competiciones de clubes y que suponen un freno en un calendario sobresaturado.
Muchas voces se plantean ya no sólo lo cargada que está de partidos cada temporada, sino también la confección de la misma. Parece que no tiene demasiado sentido hacer tres parones en tres meses para dar espacio a las selecciones, sino que podría ser más conveniente concentrar más partidos internacionales un menos periodos de tiempo aunque fueran más intensos.
Lo que está claro es que la confección actual del calendario no agrada a nadie, ni a jugadores, ni a entrenadores, ni tampoco a clubes. Tan sólo se sienten a gusto los que manejan el fútbol y siguen haciendo negocio a costa de poner más partidos a lo largo de una temporada.