Estaba ya Xavi Hernández temblando en el banquillo, pensando quizás en la excusa que iba a poner en esta ocasión para justificar un gran desastre en casa ante el colista de La Liga, pero entonces llegó Sergi Roberto como si fuera una aparición mariana para salvar los muebles en los últimos instantes. [Así vivimos la victoria del Barcelona ante el Almería]
El Fútbol Club Barcelona evitó el ridículo gracias fundamentalmente a un doblete del capitán, que una vez más demostró un oportunismo fuera de lo común para marcar goles importantes en momentos determinantes. Los dos tantos de Sergi Roberto y el primero de Raphinha sirvieron para doblegar a un Almería peleón y que estuvo a punto de marcharse vivo de Montjuïc.
Se hubiera generado una buena bronca en el estadio si el Barça hubiera doblado la rodilla ante un rival que dejó tantas muestras de debilidad, pero los culés consiguieron evitar un cuarto partido seguido sin conocer la victoria. En ello tuvo mucho que ver el balón parado, porque los catalanes marcaron dos de los tres goles de córner, algo que evidencia que sigue estando lejos de la excelencia que persigue su entrenador.
Se marcha el Barça, por lo tanto, con una victoria al parón de Navidades (antes de volar a Estados Unidos para un amistoso) pero con mal sabor de boca al ver que las sensaciones en el terreno de juego no mejoran. Va a desconectar poco del fútbol Xavi Hernández durante estas fiestas.
Una pobre imagen
Para espantar todos los fantasmas, no había mejor opción para el Barcelona que salir en tromba y no sólo ganar sino golear al colista. De eso estaba necesitado el equipo de Xavi Hernández, de vencer y de convencer, pero los primeros 45 minutos fueron de todo menos esperanzadores.
Las primeras ocasiones claras del partido fueron para los culés, eso es cierto, pero las oportunidades llegaron casi más por deméritos de una defensa decrépita como la del Almería que por aciertos de una delantera culé falta de mordiente. Sergi Roberto fue el primero en rozar el gol con un remate en el área pequeña y libre de marca tras el saque de un córner, algo que retrató a la zaga del colista.
El Almería, eso sí, encontró en Maximiano a su mayor baluarte porque el guardameta sacó varias manos prodigiosas en esta primera mitad que mantuvieron a su equipo a flote. Tras el remate de Sergi Roberto, el siguiente en probar suerte con un disparo desde la frontal fue Joao Cancelo, pero el lateral no afinó como le hubiera gustado.
Parecía cuestión de tiempo que llegara el gol del Barça, y efectivamente así fue. Gündogan ejecutó un córner, Araujo remató, Maximiano realizó un paradón abajo y Raphinha aprovechó el rechace para embocar en el área pequeña. Otro despiste de la zaga del Almería en la segunda jugada. Reivindicación y manos a los oídos, mostrando su disconformidad con las críticas recibidas. Quizás tampoco era el mejor día para este tipo de gestos.
Se barruntaba una goleada por la endeblez defensiva del Almería, más aún cuando Lewandowski estuvo a punto de hacer el segundo tras un regalo terrible de la zaga del colista. Maximiano, sin embargo, estaba allí una vez más para mantener a los suyos a flote.
Pero lo que llegó fue el empate del Almería, además con suspense. Baptistao le ganó la espalda a la defensa, se plantó mano a mano ante Iñaki Peña y con suavidad definió por encima. El juez de línea decretó fuera de juego en un primer instante, pero la revisión del VAR dijo que Baptistao estaba habilitado así que el gol subió al marcador.
Murmullo en Montjuïc, más todavía cuando el propio Baptistao estuvo a punto de hacer el segundo con un lanzamiento cruzado tras un taconazo de Ramazzani que se marchó por poco.
Ferran al rescate
Xavi introdujo cambios en el tiempo de descanso para tratar de darle un nuevo aire a su equipo. No le gustó lo que había visto en la primera mitad, y no era para menos. Le dio entrada a Ferran Torres en lugar de Joao Félix, y en cinco minutos el ex del Valencia hizo más que el luso en 45.
De nuevo Lewandowski demostró que tiene la pólvora mojada y que no atraviesa por su mejor momento, pero el Barça, que tanto anhela el juego de toque y lucirse, iba a sacar partido del balón parado. En un córner puesto por Raphinha, Sergi Roberto cabeceó de forma excepcional en el primer palo y batió a Maximiano.
De nuevo respiró el Barça, que otra vez amenazó con la goleada con varias llegadas consecutivas que a punto estuvieron de convertirse en el tercero. El Almería, sin embargo, sacó fuerzas de flaqueza para aguantar el chaparrón y mantenerse vivo en el partido.
Está en ese momento el Barcelona en el que si monta un circo le crecen los enanos, y eso se pudo ver en la jugada que significó el gol del empate. Iñaki Peña salió a por un balón aéreo frontal y sencillo para blocarlo, pero se chocó en el salto con Araujo y el esférico se le escurrió de entre las manos. Edgar estaba atento y empujó a puerta vacía para el 2-2.
Todavía el Barça, por supuesto, tenía un último empuje de dignidad para tratar de evitar un hundimiento de dimensiones mayúsculas contra el colista en casa. La más clara la tuvieron a medias entre Lewandowski y Gündogan. Después de un buen centro de Cancelo desde la banda, ni el polaco ni el germano acertaron a matar de cabeza.
Sin embargo, al rescate acudió una vez más Sergi Roberto. El capitán atacó el espacio, recibió un gran pase de Lewandowski y marcó en el mano a mano ante Maximiano. Faltaba poco para el final, así que ese gol fue un auténtico alivio. Todavía asustó el Almería en los últimos instantes, pero esta vez Peña sí que estuvo atento y evitó un resultado que hubiera disparado la crisis del Barça hasta límites insospechados.