El 29 de diciembre se marchó el mito, 'O Rei'. Edson Arantes do Nascimento, más conocido como Pelé, murió hace un año. Se despidió a sus 82 años, después de unos meses de intensa lucha contra un cáncer de colon. El mundo entero se vistió de luto en una fecha de la que ahora se cumple su primer aniversario.
Pelé dejó huérfano a su Santos, el único para el que jugó en Brasil, y a todo un país que le hizo uno de sus mayores iconos en toda su historia. Y su muerte dejó un vacío no solo simbólico, dada la situación que atraviesa el fútbol brasileño en los últimos tiempos tanto a nivel de selección como de clubes.
El estado en el que se encuentra el fútbol brasileño fue definido esta semana por Edinho, uno de los hijos de Pelé, durante una conversación con la agencia EFE: "Está enfermo" y necesita una "revolución", declaró.
[Pelé, el rey sin pueblo que cambió el fútbol para siempre]
El mejor ejemplo se da con lo sucedido durante la última semana: la FIFA y la Conmebol amenazaron a la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) con la expulsión de su selección y sus clubes de los torneos internacionales. El motivo es la caótica situación que afecta al ente brasileño tras la destitución de su presidente, Ednaldo Rodrigues, por la decisión de un juzgado de Río de Janeiro.
La Justicia colocó un interventor al frente de la CBF con el fin de celebrar elecciones cuanto antes. Sin embargo, la FIFA no contempla injerencias en los estamentos del fútbol por parte de otras instituciones y actuó para garantizar la autonomía de la entidad frente a terceros. A comienzos de enero hay prevista una reunión, pero por ahora el interventor de la CBF mantiene su postura de que los comicios se celebren. "Las estructuras del fútbol del país necesitan cambiar, tiene que haber una revolución y esta debe empezar por la CBF", expresó Edinho en la citada entrevista.
Ni Neymar ni Ancelotti
A esto se suman dos problemas que afectan a la Canarinha. El primero en cuanto a su estrella, Neymar. Alejado ya el fútbol élite de clubes, tras abandonar el PSG y marcharse al Al Hilal de Arabia Saudí, en el último parón con Brasil sufrió la lesión más grave de toda su carrera: rotura del ligamento cruzado. Está descartado que pueda disputar la Copa América que se celebra el próximo verano.
Y el otro asunto a resolver es el de su banquillo. Desde hacía meses se venía insistiendo en un acuerdo con Carlo Ancelotti, que acaba contrato con el Real Madrid. El principal impulsor era Ednaldo Rodrigues, ahora fuera del cargo de presidente, y además Ancelotti, que ha negado siempre el acuerdo, está más cerca de renovar con el club blanco que de irse al acabar la temporada.
No todos los males del fútbol brasileño desde que muriera Pelé se concentran en la CBF y la selección. Este 2023 ha sido el primer año sin 'O Rei' y el Santos, el club donde se convirtió en una figura universal, ha colapsado. Por primera vez en sus más de cien años de historia (111) jugará en segunda división.
El '10' de Pelé no será usado mientras el Santos esté en Segunda, como una forma de honrar su leyenda y llenar de orgullo a la plantilla para conseguir el ascenso. Lo que no ha gustado tanto es que el club haya descartado la celebración de algún acto con público en la fecha del primer aniversario de la muerte del gran mito.
La fuga de Endrick y Vitor Roque
Pero no solo el Santos se enfrenta a una crisis. A pesar de que seis de los últimos siete campeones de la Libertadores sean clubes brasileños (Flamengo -x2-, Palmeiras -x2-, Gremio y Fluminense), a los clubes les es imposible retener a las joyas que producen. Ahora todas se van nada más alcanzar la mayoría de edad, el mínimo que permite la FIFA.
"El mercado quiere llevarse cuanto antes a los chicos para que no se contaminen con la cultura de aquí", retrató Edinho en su reciente conversación con EFE. Por ello, "por el bien del jugador, cuando antes se vaya" de Brasil, "mejor" para él, aconsejó. Los dos casos recientes más representativos son los de Vitor Roque, fichado por el FC Barcelona, y Endrick, por el Real Madrid. Y antes estuvieron los casos de Vinicius y Rodrygo.
El hijo de Pelé cree que los clubes brasileños son hoy instituciones pautadas por las relaciones políticas que "inhiben" el crecimiento del buen profesional y "estrangulan toda una industria que incluso podría tener reflejo en el PIB del país".
"Es inadmisible. Tenemos petróleo y no sabemos refinar", denunció. Se refirió así a la inagotable fábrica de talentos que atesora Brasil y que cree que se está vendiendo a "precio de banana" para Europa. El fútbol brasileño ha tocado fondo en doce meses, desde que perdió a su rey.