Está claro que el Fútbol Club Barcelona sigue sumido en una crisis. Será más o menos profunda, y desde luego que su grado de gravedad se puede alterar con lo que suceda en los próximos encuentros, pero lo que parece innegable es que el equipo azulgrana no está firmando ni mucho menos una buena temporada.
Lo dicen los números, lo cuentan los hechos, y se nota por las sensaciones que desprende el equipo sobre el terreno de juego casi en cada partido que disputa. Este Barça sigue sin conectar con una buena versión, ni siquiera se asoma a lo que demostró la temporada pasada, ese rendimiento que le sirvió para ganar La Liga.
Todos los focos están apuntando hacia la misma figura. Xavi Hernández se ha convertido en el blanco fácil de todas las críticas, y seguramente no sin razón. El técnico es preso de sus palabras desde el día en el que llegó y prometió maravillar con su modelo de juego, pero los problemas que ahogan cada día al Barcelona van mucho más allá de un entrenador que está en el alambre.
El FC Barcelona se gastó en los últimos tiempos auténticas millonadas en reforzar la plantilla. Querían salir del "esto es lo que hay" de Koeman y darle a Xavi las mejores armas, así que Joan Laporta activó todas las palancas a su alcance para sacar dinero de debajo de las piedras a costa de hipotecar el futuro del club.
Sin embargo, son precisamente estas grandes figuras las que ahora no están rindiendo y no están apareciendo en los momentos más delicados. Decenas de millones de euros que comprometieron la viabilidad del club y que ahora no sirven para evitar que el Barça vaya camino de firmar una temporada en blanco que tendría terribles consecuencias.
Los nombres propios
Este lastre tiene nombres y apellidos. Entre los futbolistas por los que se hicieron grandes esfuerzos económicos y que ahora suponen un problemas salen a relucir especialmente tres, Robert Lewandowski, Jules Koundé y Raphinha. Es cierto que por Ferran Torres también se desembolsó una cantidad importante de dinero, pero ahora mismo el ex del Manchester City parece de lo poco que se salva en una plantilla sumida en la depresión.
Parece mentira, pero Robert Lewandowski se ha convertido en una figura incómoda para el Barcelona. Es cierto que sigue siendo el máximo goleador del equipo y que cuenta con una trayectoria deportiva con la que se ha ganado todo el respeto del mundo, pero la temporada que está haciendo el polaco no sale de lo discreto.
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Pese a llevar 13 goles en lo que va de temporada, tan sólo 1 de ellos ha sido en la Champions League y el último que marcó contra el Athletic Club tuvo un alto porcentaje de suerte y de fallo del rival. El ariete ha pasado de ser el Pichichi de la pasada Liga y deslumbrar al mundo con su rápida adaptación, a experimentar un bajón notable de sus prestaciones.
El debate sobre 'Lewy' ya es real, más que por su rendimiento, por su edad y por lo que se pagó por él hace muy poco. Joan Laporta tiró la casa por la ventana y desembolsó entre 50 y 60 millones que fueron a parar directamente a las arcas del Bayern de Múnich. La cifra baila en función de los objetivos variables.
Ahora, el polaco tiene ya 35 años y todavía le queda contrato con el Barcelona hasta el año 2026. Es decir, que podría cumplir los 37 vistiendo de culé cuando su condición física y su acierto de cara al gol se han visto muy tocados en esta temporada.
Jules Koundé es otro de los señalados. Por el defensa el Barça llegó a pagar más de 60 millones de euros al Sevilla hace año y medio. Ahora parece la sombra de lo que era en el equipo hispalense y no hace más que alimentar las dudas sobre su capacidad para ser jugador de un equipo como el Barça.
Ni como lateral ni como central está ofreciendo sus mejores prestaciones esta campaña el galo, pero las bajas en defensa le hacen estar siempre sobre el terreno de juego. Eso sí, la irrupción de jóvenes como Cubarsí o Héctor Fort hacen pensar al barcelonismo si no hubiera sido mejor apostar por La Masía en lugar de hipotecar aún más al club pagando este dinero.
El tercero que aparece en el punto de mira es Raphinha. El brasileño fue uno de los fichajes sorpresa del Barcelona hace un par de temporadas, no tanto por el movimiento en sí, sino por la cantidad que se llegó a pagar por él. 58 millones de euros fijos más 9 en variables para un jugador que había hecho una buena temporada en el Leeds pero que tampoco había roto a superestrella.
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Hasta el momento, está por ver el momento en el que Raphinha sea importante en el equipo, desequilibrante y definitivo de una manera constante a lo largo de la temporada. El delantero ha combinado buenas actuaciones con otras más discretas y también lesiones. Lamine Yamal es la alternativa, y el Barça la tenía gratis en casa antes de lanzarse al mercado.
En total, estos tres futbolistas causaron un dispendio económico de casi 200 millones de euros que obligaron a Joan Laporta a activar palancas y dejar más tocado aún al Barça. El problema va más allá de la crisis institucional, económica o del problema del entrenador. El asunto está en una planificación deportiva discutible que se está llevando por delante una temporada entera.