"La Liga está adulterada". Esta es una frase reciente de Joan Laporta que hace referencia a las actuaciones arbitrales y que retumbó en todos los rincones del fútbol español. Cuando un presidente de uno de los equipos más importantes del país hace esta sentencia, por mucho que sea una especie de brindis al sol, es que hay cosas que no están funcionando demasiado bien.
El fútbol español está muy tocado y todo es por culpa del ambiente enrarecido que envuelve a todo lo que tiene que ver con el colectivo arbitral. Si con el escándalo del 'caso Negreira' ya saltó todo por los aires con una de las mayores vergüenzas que se recuerdan en el deporte nacional, ahora todo lo que tiene que ver con el VAR, las revisiones, los criterios y la filtración de audios están terminando de destrozar el clima.
Parece que ya nadie se fía de las decisiones que toman los árbitros. Tampoco da la impresión de que los propios actores del juego (futbolistas y entrenadores) tengan claro cuáles son los criterios por los que una acción se sanciona o no. De ahí que cada vez haya más crispación en cada partido.
Lo que sucedió en la anterior jornada de La Liga en el partido entre el Real Madrid y la UD Almería levantó reacciones de todo tipo. Hasta tres revisiones de VAR, alguna de ellas en jugadas grises que ni siquiera quedaban claras con las imágenes, que cayeron de lado blanco y que levantaron las protestas del Almería y hasta del Barcelona.
Las conversaciones de los árbitros, lejos de amansar las críticas, generaron todavía más dudas sobre la manera de actuar de los colegiados así que todo esto desemboca en un cisma muy complicado de soportar para el fútbol español.
El criterio cambiante
En lo que esperaba que fuera un ejercicio de transparencia, la Real Federación Española de Fútbol anunció que haría públicas las conversaciones que tuvieran los árbitros cada vez que el colegiado de campo fuera llamado por el VAR para revisar una acción en el monitor.
Quizás esperaba la RFEF que esta iniciativa acallara muchas críticas y malos pensamientos por parte de los más conspiranoicos, pero ha sucedido precisamente todo lo contrario. Los audios publicados han dejado en evidencia que el protocolo está todavía verde y que no se sigue siempre el mismo procedimiento.
Así, mientras que en algunos casos el árbitro que está en el VAR condiciona de manera considerable al compañero que está en el campo narrándole prácticamente lo que tiene que pitar, otros simplemente se limitan a mostrar las imágenes sin condicionar la decisión posterior del colegiado principal.
De hecho, un ejemplo de ambas posturas se pudo ver en el partido entre en Real Madrid y el Almería que tanta polémica levantó. Según se escucha en los audios que se hicieron públicos de las tres acciones polémicas del encuentro, en dos de ellas el colegiado de VAR, Hernández Hernández, deja actuar a Hernández Maeso, en el césped, mientras que en la otra el árbitro de VAR sí que muestra su opinión y condiciona.
"Te voy a recomendar un 'on field review' para que valores un posible penalti por mano del defensa del Almería", comentó Hernández Hernández en la primera de las acciones polémicas, la que terminó en penalti a favor del Real Madrid. Ahí, Hernández Hernández se limita a decir las diferentes tomas que le muestra a su compañero para finalizar con un mensaje abierto: "Ahora es tuya la acción, tú decides".
Algo similar sucedió en el gol anulado al Almería por falta previa. "Te recomiendo un 'on field review' por posible falta en ataque en la acción del gol", dijo Hernández Hernández. "Te muestro el punto de contacto", y "te pongo una amplia para que veas que acaba en gol directamente desde ahí", son otras frases neutrales del colegiado de VAR antes de que Hernández Maeso tome la decisión definitiva.
Sin embargo, en el gol de Vinicius que inicialmente fue anulado por mano el discurso cambió. Ahí Hernández Hernández sí que entró a valorar y a enjuiciar la acción, condicionando a su compañero. "Le da en el hombro derecho", llegó a decir, dando a entender que no había mano pese a que las imágenes no eran esclarecedoras. "Valora la posible falta en ataque, pero...", también dijo Hernández Hernández.
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"Falta en ataque no hay", espetó el árbitro de campo, a lo que desde el VAR respondieron: "Coincido contigo". Una valoración que no se produjo en las otras acciones. "La pelota impacta en el hombro", insistió Hernández Hernández.
En otros audios publicados por la RFEF se puede ver también las diferentes formas de arbitrar de los colegiados. De hecho, en alguna ocasión el árbitro de campo ha llegado a pedir silencio al compañero del VAR para que no condicionara su punto de vista sobre una acción, por lo que parece evidente que el protocolo todavía tiene muchas cosas que pulir.
Los audios filtrados
En medio de un gran revuelo por todo lo sucedido en aquel Real Madrid - Almería llegó la filtración de unos audios del VAR que no deberían haber visto la luz. La RFEF anunció que tan sólo se harían públicas las conversaciones cuando el árbitro principal acudiera a la pantalla para revisar una acción, pero el periodista Gerard Romero publicó otros audios adicionales.
Alguien filtró al periodista estas conversaciones, o incluso el bruto del partido entero, cuando se trata de un material confidencial que debería estar protegido por la RFEF y el Comité Técnico de Árbitros. Esto puso todavía más en tela de juicio a los colegiados y todo lo que les rodea.
No es que aquellos audios tuvieran una especial trascendencia ni conversaciones relevantes para el transcurso del partido, pero el hecho de que se produjera esta filtración hizo saltar todas las alarmas.
El CTA, de hecho, llegó a interponer una denuncia ante la Guardia Civil para tratar de esclarecer quién se ha encargado de filtrar estos audios privados que deberían haber permanecido ocultos. De hecho, el Comité también abrió una investigación interna, y ahora espera a que puedan dar con el autor de esta filtración.
La RFEF, en un comunicado, consideró este hecho como algo "extremadamente grave" y además anunció que en cuanto tenga una respuesta depurará responsabilidades. Mientras tanto, el fútbol español seguirá navegando en medio de un mar de dudas sobre la labor de los árbitros.