Manuel Ruiz de Lopera falleció el pasado 24 de marzo a los 79 años después de una etapa final de su vida marcada por los problemas de salud. El que fuera presidente del Real Betis y uno de los empresarios inmobiliarios más importantes de Sevilla tuvo continuas entradas y salidas al hospital para tratarse una enfermedad que finalmente ha terminado escribiendo el último capítulo de una historia polémica y controvertida.
Si por algo se caracterizó Lopera, sobre todo durante su vida pública, es por ser un personaje al que le gustaba estar al calor de los medios de comunicación, siempre al filo de la noticia. Formaba parte de una corte de presidentes de clubes de otra época, de esos que daban más que hablar en los palcos que los propios futbolistas en el césped.
Por ello, no tardó en convertirse en un personaje amado y odiado a partes iguales durante los más de 20 años que formó parte del Real Betis. Desde su llegada en el año 1991 hasta su salida en el año 2006, siendo gran parte de este tiempo presidente y máximo accionista del club.
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Para muchos, está considerado como el mejor dirigente que ha tenido la entidad de Heliópolis en su historia. Para otros, llevó al club a los infiernos y se aprovechó de su puesto para crearse una figura pública. Sin embargo, de lo que no hay duda es que es historia del beticismo. Aunque su vida fue mucho más allá del club andaluz.
Ahora, el Betis está viviendo sus primeras horas sin Manuel Ruiz de Lopera, con un accionariado que fue totalmente nuevo desde su salida y con alguna polémica que ha puesto en muchos titulares el nombre del expresidente otra vez.
Polémicas en el Betis tras la muerte de Lopera
El Real Betis siempre ha sido el club de Manuel Ruiz de Lopera. Sin embargo, muchas personas piensan que la entidad verdiblanca se ha olvidado de quien fuera su presidente más allá de una década. O eso es al menos lo que pareció evidenciar el club durante la disputa de su último partido frente al Girona.
Muchos aficionados al Betis esperaban que en el duelo frente al club catalán se rindiera un pequeño homenaje al expresidente. Sin embargo, no se guardó un esperado minuto de silencio y los jugadores del equipo sevillano no llevaron en sus brazos los tradicionales brazaletes negros en señal de luto.
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Estas han sido dos cuestiones que han generado una gran polémica y que han levantado una enorme polvareda en la ciudad hispalense. De hecho, muchas personas expresaron su malestar a través de sus redes sociales con mensajes muy directos: "Es una vergüenza. Los béticos de bien le recordamos, Don Manuel".
A pesar de esta decisión, que ha sido tildada desde diferentes frentes como una falta de respeto hacia su memoria, el Real Betis sí llevará a cabo un homenaje a su expresidente. Será el próximo 12 de abril, en el siguiente partido del club en casa. El Benito Villamarín guardará un minuto silencio en honor a quien fuera su máximo accionista antes de que arranque el choque contra el Celta de Vigo. Los jugadores lucirán esos brazaletes negros y se pondrán mensajes en recuerdo a Lopera en el videomarcador.
No obstante, el club se ha defendido en las últimas horas asegurando que se ha respetado la memoria y el legado de Lopera y lo ha hecho especialmente a través de su accionariado. De hecho, la cúpula de la entidad de personó en el tanatorio de la SE-30 y mostró sus condolencias a la familia del empresario de El Fontanal.
Allí estuvieron el presidente Ángel Haro, el vicepresidente José Miguel López Catalán, y el CEO, Ramón Alarcón. En el acto también estuvo una leyenda como Joaquín Sánchez, el máximo responsable de las peñas béticas, Juan de Dios Álvarez, y excompañeros de consejo de administración como Manuel Castaño, Ángel Martín o José Antonio González Flores.
¿Quién forma ahora el accionariado del Real Betis?
A pesar de que Manuel Ruiz de Lopera llegó al Real Betis en el año 1991, no fue hasta unos meses después cuando se convirtió en el mayor accionista del club. Este puesto le trajo grandes alegrías al empresario, pero también algunos problemas por su mala gestión. De hecho, en el 2006 fue condenado por irregularidades fiscales cometidas durante los años 1996 y 1997.
Poco después, en el año 2010, sus acciones fueron embargadas hasta que un lustro más tarde consiguió recuperarlas tras un fallo de la Audiencia de Sevilla. Este proceso le permitió venderlas en 2017 por unos 5 millones de euros a Ángel Haro y José Miguel Catalán, los actuales máximos mandatarios de un club con un accionariado muy repartido.
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Ambos poseen en estos momentos el 20% de las acciones del club a partes iguales. Después se encuentra Manuel Castaño, quien posee un 7% de la entidad, la familia Galera con un 6,5% y Joaquín Caro Ledesma, con un 3%. La mayoría de ellos forman parte del actual consejo de administración. El resto de propietarios se dividen en accionistas minoritarios.
La vida más desconocida y personal de Lopera
Manuel Ruiz de Lopera fue conocido por todos por haber sido presidente del Real Betis desde 1996 hasta el año 2006. Sin embargo, por el camino también consiguió crear un imperio empresarial que le convirtió en una de las personas con más terrenos de toda Andalucía. Comenzó a hacer su fortuna con la venta de electrodomésticos de alta gama para después lanzarse al negocio inmobiliario.
Desde su aspecto más personal, cabe destacar que Lopera formó parte de una familia numerosa, siendo el menor de 18 hermanos. Durante su vida tuvo que ver morir a algunos de ellos por la lógica diferencia de edad. Se casó a los 20 años con Isabel López Pérez, su única mujer, con la que no tuvo descendencia.
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Este aspecto fue muy importante a lo largo de su vida, ya que recurrió a su sobrino más cercano, Javier Páez Ruiz de Lopera, para gestionar su patrimonio y sus negocios. A pesar de que terminó construyendo un poderoso camino como empresario, sus primeros pasos fueron estudiar ingeniería de canales.
Lopera se fue sin poder disfrutar de su última Semana Santa, ya que para él era tradición salir a su balcón de la calle Sierpes para ver las procesiones en primera fila. Gran devoto del Jesús del Gran Poder, poseía en su casa un espacio con una decoración repleta de motivos religiosos. Además, en ella tenía tres teatros donde actuaron estrellas como Manolo Escobar o Bigote Arrocet.