Vinicius Jr fue el futbolista que dio los dos golpes directos al mentón al Bayern de Múnich. Es cierto. Pero el resultado que se lleva el Real Madrid al Santiago Bernabéu no se puede entender sin el papel de Toni Kroos sobre el césped del Allianz Arena.
Kroos jugó como si estuviera en su casa. De hecho, lo fue durante muchos años cuando empezaba a despuntar como uno de los mejores centrocampistas del mundo. Ahora mismo, esta condición es incuestionable en el mundo del fútbol. Pocos hay mejores que el teutón en el panorama actual.
El centrocampista del conjunto blanco cambió por completo el signo del partido. Thomas Tuchel creó una telaraña en los primeros minutos de los cuales los de Ancelotti fueron incapaces de salir. Lunin salvó el gol en el primer minuto y el Madrid sufrió ante las constantes acometidas de los bávaros. Sin embargo, cuando más se le necesitaba, Kroos salió al rescate.
Asumió toda la responsabilidad. Pidió el balón, nunca le quema al bueno de Toni, y se empezó a jugar a lo que él quería. Y a las primeras de cambió dejó una obra de arte que dejó boquiabiertos a todos.
Corría el minuto 22 de partido con empate a cero en el marcador. Recibió un balón a la altura del círculo central, la zona donde es el verdadero rey, y se imaginó un gol que tan solo él podía ver. Vio como Vinicius se acercaba en el apoyo, pero le señaló con el dedo indicándole que se desmarcara al espacio. El brasileño hizo caso al comandante general del Madrid y salió despavorido con un desmarque de ruptura. Kroos, como si de un jugador de golf se tratara, le puso el balón medido a su compañero para que este batiera a Neuer en el mano a mano.
Marcó Vini, pero fue Kroos quien se llevó todos los elogios de su compañero. No es para menos, fue él quien se inventó un gol imposible. Gracias a Kroos el Real Madrid pudo vivir más tranquilo durante los primeros cuarenta y cinco minutos.
Gobernador del partido
Y es que la primera mitad del centrocampista del Real Madrid fue una exhibición en toda regla. En su faceta, la de constructor y conductor del juego no hubo nadie como él.
Preciso en los pases y ofreciendo un gran abanico de golpeos que pusieron en apuros al Bayern en varios momentos. Intentó 82 pases y tuvo un acierto del 96,3%. Casi nada. Un día más en el trabajo para Kroos.
Acertó el 90% en campo contrario, dio un total de 75 pases cortos y 7 largos. Además, ganó 5 duelos a rivales del Bayern. Jugando siempre en la zona central, bajando a la altura del área a sacar el balón y atravesando la divisoria para dar apoyo a sus compañeros en la transición y en fase ofensiva.
Kroos tuvo una especial conexión con Bellingham. Fue con el inglés con quien más pases se intercambió. En total, le dio 17 balones a su compañero. También le dio 12 a Lucas Vázquez y 11 a Tchouaméni. Repartió juego a todos y por todos los costados. Estuvo omnipresente.
Jugó 76 minutos y se marchó aplaudido por el Allianz. Por su partido y por su pasado bávaro. Por todo. No cabe duda de que el centrocampista alemán será clave en la vuelta y el madridismo espera que Kroos siga al menos una temporada más vistiendo la elástica blanca.