El Santiago Bernabéu despidió a una de sus leyendas este sábado. Toni Kroos jugó su último partido en el coliseo blanco, el mismo que le ha visto hacer pases imposibles y tratar la pelota con un cariño incomensurable. El alemán, que anunció que se retirará tras la Eurocopa, recibió un homenaje de los que ponen el vello punta antes, durante y después del encuentro contra el Betis.
Primero su nombre se gritó como nunca cuando fue anunciado por la megafonía, pero el madridismo se guardaba lo mejor. En el fondo sur del estadio se desplegó una pancarta con la figura de Kroos y un escrito: "Gracias, leyenda". Mientras el Betis hacía el pasillo por el título de Liga, uno a uno los jugadores blancos, con el '8' a la espalda, también se iban poniendo a cada costado para recibir a lo grande a su compañero y amigo, Toni.
Kroos recibió un emocionante pasillo mientras el Bernabéu, entero en pie, le daba un aplauso general como reconocimiento a su increíble trayectoria. En la lona también se recordaban sus 22 títulos de blanco, que en siete días pueden ser 23. El alemán, de los jugadores que han pasado por el Madrid que mejor han sabido mantener siempre la compostura, lucía emocionado. Normal. Muy pocos reciben un adiós tan cariñoso en el club más grande del mundo.
Nadie de los que estuvieron en el Bernabéu quisieron quedarse sin homenajear a Kroos, porque nadie puede que decir que alguna vez no haya creído en los milagros gracias a Toni. El Bernabéu recordará por siempre sus pases, sus controles, sus tiros rasos. Se echarán de menos el año que viene, igual que Carvajal añorará las aperturas del jugador que más fácil se lo ha puesto toda su carrera.
"Te quiero, Toni Kroos", cantó el Bernabéu mientras un rayo de luz se colaba entre las vigas de acero del estadio. Hasta el Sol parecía quererse asomar para ver los últimos minutos del eterno '8' alemán en la que ha sido su casa durante los últimos diez años. La huella que deja 'Antonio' (como cariñosamente le llamaba Sergio Ramos) es imborrable.
Toni, un tipo diferente
Muchos recuerdos se le pasarían a Kroos por la cabeza mientras dio sus últimos toques de balón en el Bernabéu. En ese mismo césped ya tuvo su momento de intimidad hace unas semanas, tras la remontada contra el Bayern Múnich -su exequipo-, en las semis de Champions League. Toni, tras la locura, quiso asomarse junto a su familia y respirar ese aroma de las grandes noches europeas del estadio blanco. Entonces, sólo él -y quizás sus más allegados- sabía que era la última que iba a vivir como jugador.
En el Real Madrid no querían creer que Kroos, pese a sus 34 años, se fuera a ir tras firmar una de las mejores temporadas de su trayectoria. Pero Toni es único y desde hace más de un lustro viene avisando que quería retirarse en la cima. Qué mejor que hacerlo jugando otra final de la Champions, la quinta de blanco, y pudiendo igualar el récord de Copas de Europa de Paco Gento (6) junto a tres de sus compañeros (Modric, Carvajal y Nacho).
Seguramente Luka, la persona con la que mejor se ha entendido en un campo de fútbol, fue de los primeros en el club en saber la decisión de Modric. Ambos habrán charlado largo y tendido de sus carreras, en un punto similar a pesar de sus cinco años de diferencia -Modric cumple 39-. El croata, que renovará por otro año, es el último bastión que queda en el Madrid de lo que Ancelotti bautizó como el 'triángulo de las Bermudas'. La inolvidable 'CMK' de Casemiro, Modric y Kroos.
Ancelotti, que dejó a Modric en el banquillo de inicio, 'regaló' a todos alrededor de diez minutos más juntos de la dupla del croata y Kroos. El alemán, que se puso el brazalete de capitán tras el cambio de Nacho y el gesto de Carvajal, pudo despedirse en el césped con Luka a su lado. Pasado el 80', el letrero del cuarto árbitro mostró el '8' y Toni, que fue abrazado por todos sus compañeros, no pudo contener las lágrimas en su camino al banquillo.
Una vez acabado el partido, nadie quiso moverse de su asiento. Kroos volvió al campo, donde fue manteado por sus compañeros y ovacionado nuevamente por la afición. Le acompañó en un momento tan especial su familia. El alemán estaba emocionado mientras que el Bernabéu cantaba más fuerte que nunca "te quiero, Toni Kroos". Dio una vuelta de honor al césped, escoltado por todo el equipo, y tras ello se marchó para siempre.
"No es fácil, sólo puedo decir gracias al madridismo, al club, a mis compañeros, al estadio... Siempre me he sentido en casa en estos diez años, no podía pedir más, han sido diez años inolvidables", decía Kroos al acabar en el micrófono de Realmadrid TV. "He estado fuerte hasta que he visto a mis niños, eso me ha matado", reconocía, roto, el alemán. Aún le quedaban unos minutos más, ya sin el alboroto del público y más íntimos, en el césped junto a su familia para inmortalizar una noche inolvidable. Toni tuvo un adiós de leyenda.