El Atlético de Madrid B afronta el reto de mayor envergadura tras tres años asentando las bases del proyecto. Porque el descenso en la 2020/2021 fue doloroso. Era la temporada menos adecuada para descender porque cambiaban las reglas. Porque la ya extinta Segunda B se dividía en dos categorías, Primera RFEF y Segunda RFEF, por lo que descender aquel año significaba bajar la categoría en dos peldaños. De Segunda B -tercera categoría- a Tercera RFEF -quinta-.
Llegó Tevenet al banquillo y el que fuera jugador durante los 90 logró dos ascensos seguidos hasta regresar al estatus de la Primera RFEF y, una vez allí, mantuvo la categoría. Méritos que le valieron para escalar hasta el cuerpo técnico de Simeone, en el primer equipo. Su lugar lo pasó a ocupar la leyenda por antonomasia del Atlético de Madrid: Fernando Torres.
El niño aterrizaba tras un vuelo de tres horas con el Juvenil y por el que muy pocos hubieran apostado cuando llegó de su carrera. La dirección de la Academia apostó fuerte para que el Fernando Torres jugador se transformara en el Fernando Torres entrenador. El resultado, exitoso. Dos títulos de Liga en División de Honor -2022 y 2024- aventajando al Real Madrid en nueve y siete puntos respectivamente. La Copa de Campeones en 2024 y la clasificación en 2022 para la primera y única Final Four del Atlético en la Youth League.
Ese currículum le validó el billete para dirigir al filial rojiblanco en Primera RFEF. Ya no entrena a jóvenes jugadores que sueñan con vivir del fútbol, tampoco se enfrenta a rivales teóricamente inferiores, ahora dirige a futbolistas que se enfrentan a clubes semiprofesionales que han estado en Segunda División recientemente como Fuenlabrada, Ibiza y contra históricos como Hércules, Murcia y Recreativo de Huelva.
El nivel de exigencia es alto. Aunque el objetivo no pasa por el ascenso a Segunda División, sino por surtir de jugadores al primer equipo. La función de un filial, vaya, pero con el propósito de mejorar la meritoria novena posición del curso pasado. Un reto que eleva su dificultad al cuadrado tras la marcha de la columna vertebral.
Caras nuevas, misma ilusión
Mariano, Marco Moreno, Assane Ndiaye, Guerrero, Cala, Arumi, Nabil Touaizi, Halhal, Lalo Aguilar, Maroto y Mestre han dicho adiós respecto al equipo que acabó el pasado curso. El hecho de la existencia desde esta temporada de un equipo C que actúa como paso intermedio entre el Juvenil y el filial, ha modificado la planificación del 'B' que se ha reforzado de jugadores experimentados para la categoría.
A sus 25 años, Martín Pascual deja el primer equipo del Rayo para convertirse en el mariscal de la zaga rojiblanca. Carlos Giménez, que tenía contrato con la primera plantilla del Levante, desembarca en el lateral derecho de Torres. Además, suben del Juvenil Spina, Julio Díaz, Iker Luque o Rayane, a los que Fernando conoce muy bien.
Futbolistas como Kostis, Iturbe, El Jebari y Javi Serrano, que alterna primero con segundo equipo, también refuerzan al filial y satisfacen a Simeone, que ya los ha llamado a filas en varias ocasiones y conoce lo que le pueden ofrecer. Eso sobre el terreno de juego. El cuerpo técnico de Fernando Torres lo conforma un rostro conocido.
A Ricardo Ortega, que se encarga de la relación con los analistas y de la tarea ofensiva, Ricky Alonso, estratega de las jugadas a balón parado y entrenador de porteros, se une Leo Franco. El exjugador del Atlético será el nexo entre el filial y el primer equipo además de encargarse de la fase defensiva.
Por el momento, el primer partido de los de Torres se saldó con derrota ante el Sanluqueño, que le enseñó a los de Fernando la dureza de la Primera RFEF. Los rojiblancos desarrollaron un fútbol vistoso con el balón. Se toparon con los postes en varias ocasiones.
Los gaditanos no pisaron el área rojiblanca hasta llegado el minuto 80, cuando un disparo tocó en la mano de Carlos Giménez. El resultado, penalti y gol visitante. Todo ello bajo la atenta mirada de Simeone y Tevenet, presentes en Majadahonda. La 'era Fernando Torres' no empezó de la manera soñada, aunque ilusiona, argumentos tiene para ello.