La era post Southgate ha comenzado con un debate inesperado en Inglaterra, ya que su nuevo seleccionador interino, Lee Carsley, ha anunciado que no cantará el himno nacional 'God Save the King' antes del próximo encuentro contra Irlanda. Este hecho ha generado controversia debido a que Carsley, quien disputó 40 partidos con la selección irlandesa durante su carrera como futbolista, siente una conexión profunda con el país, ya que sus abuelos nacieron allí.
Este será el primer partido en el que Carsley asuma el rol de entrenador de la selección inglesa, y el escenario no podría ser más delicado. Inglaterra se enfrenta a Irlanda. Es un encuentro cargado de simbolismo histórico y tensión debido a siglos de conflictos políticos y luchas por la independencia, lo que añade un matiz emocional a cada enfrentamiento deportivo entre ambos países.
Carsley ha sido claro respecto a su postura. Ha afirmado que no planea cambiar su rutina previa al partido, explicando que prefiere concentrarse en los aspectos tácticos del juego. "Antes de cada encuentro, me enfoco en cómo se organizará el rival y en nuestras primeras acciones", declaró el técnico. Además, subrayó que respeta "plenamente" ambos himnos y comprende "lo mucho que significan para ambos países".
El nuevo seleccionador interino adquirió notoriedad recientemente tras su éxito en el Europeo Sub21, donde llevó a los Three Lions a la victoria. Este triunfo fue clave para que la Federación Inglesa decidiera confiarle el equipo mayor, ya que Carsley lleva vinculado a la FA desde 2015. Aun así, el propio técnico admitió que en su momento hubo conversaciones informales sobre la posibilidad de dirigir a la selección irlandesa.
El contexto de este partido no solo gira en torno a Carsley. Varios jugadores de la selección inglesa también tienen vínculos familiares con Irlanda, entre ellos figuras destacadas como Harry Kane, Jack Grealish y Declan Rice. Este último, incluso, llegó a jugar para la selección absoluta irlandesa antes de optar por representar a Inglaterra.
La conexión con Irlanda añade una capa adicional de tensión al partido, especialmente considerando la intensidad con la que los aficionados suelen recibir a jugadores con la doble nacionalidad.
Harry Kane, capitán de Inglaterra, expresó su preocupación por el ambiente que espera en el estadio. "Va a ser un partido difícil, el ambiente va a ser duro", declaró. Aunque Kane también tiene raíces irlandesas, asegura que nunca contempló la idea de jugar para Irlanda. "Mis abuelos son irlandeses, pero no fue algo en lo que pensara mucho o que se me pasara por la cabeza”, confesó el delantero del Bayern Múnich.
Con este panorama, el debut de Carsley promete estar rodeado de una atmósfera cargada de emoción, rivalidad y debate, tanto dentro como fuera del campo.