El Mundial de Clubes, la última piedra en el camino de un calendario que condena al fútbol a morir de éxito

El fútbol evoluciona con los años. Es ley de vida. La llegada del VAR, la posibilidad de hacer cinco sustituciones, las pausas para hidratarse... El deporte rey ha sufrido pequeños cambios con el objetivo de adaptarse a los nuevos tiempos e intentar, en teoría, ayudar al futbolista. 

Los últimos tiempos tampoco han estado faltos de grandes inversiones económicas, especialmente en la Premier Legue. Clubes Estado, traspasos de jugadores por cantidades astronómicas y un flujo de dinero constante que no hace más que inflar una burbuja que puede explotar en cualquier momento. 

FIFA y UEFA, máximos organismos del fútbol mundial y europeo, también se han subido al carro del dinero y lo han hecho con la creación y modificación de competiciones con el único objetivo de seguir llenando sus arcas de oro. Su mensaje es el de ofrecer al espectador más partidos y de mayor nivel, pero dejando a un lado la salud de los principales protagonistas. 

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Esta temporada han surgido un nuevo formato de la Champions League y un Mundial de Clubes. El primero supone que un equipo tenga que jugar cuatro partidos más (en el peor de los casos) para proclamarse campeón de Europa y el segundo se disputará entre junio y julio con futbolistas con más de 65 partidos en sus piernas. 

Sin descanso

El fútbol necesita la mejor versión de los jugadores para que el producto se enriquezca. Sin embargo, esto cada vez es más complicado fruto del escaso descanso del que disfrutan. Encadenan una temporada con la siguiente, juegan partidos cada tres días y realizan viajes a todas las partes del mundo. 

De hecho, desde septiembre de 2020 (fecha donde empieza la nueva temporada postcovid) hasta el Mundial 2026, tan solo habrá 300 días sin fútbol de los 2.136 totales que comprenden estas fechas. Algo insólito y que es imposible de mantener por parte de ningún deportista.

El fútbol ha pasado de temporadas de nueve meses a ocupar prácticamente los doce meses del año. Acostumbrados a tener un verano tranquilo cada dos años, ahora en todos hay algún tipo de torneo ya sea de clubes o de selecciones.

La situación es muy difícil de sostener y ya son varios los futbolistas que han alzado la voz en los últimos meses en busca de una solución. "No sé qué va a pasar, pero en todo caso es algo que nos preocupa porque somos los que lo sufrimos. Entre 40 y 50 partidos, un jugador puede jugar a un alto nivel. Luego baja, porque es imposible mantener este nivel físico", aseguró Rodrigo Hernández una semana antes de sufrir una rotura de ligamento cruzado.

"Es imposible, si llegásemos a todo, rendir 72 partidos. Creo que los estamentos oportunos deberían analizar esto porque es prácticamente imposible. Los niveles bajan, los partidos bajan de nivel y lo que los sufrimos somos nosotros y nuestras familias", dijo en septiembre un Dani Carvajal quien semanas después también sufrió una lesión de gravedad.

"Pensamos en dar vacaciones individuales a los jugadores. Un jugador puede no jugar una semana e irse a descansar con su familia. Lo pensamos sobre todo por los internacionales, que tienen muy poco descanso. Esos no tienen ni un día de vacaciones. Lo estamos valorando con el equipo médico y con los responsables de la preparación física", admitió Carlo Ancelotti en el inicio de la temporada.

Nuevas preparaciones

Ahora, con la celebración del Mundial de Clubes cada cuatro años, los equipos podrían verse obligados a variar su preparación física a lo largo de las temporadas. Un factor que se está viendo reflejado este curso tanto en el Real Madrid como el Barça. Los azulgrana terminarán su temporada como muy tarde el 31 de mayo con la final de la Champions League. Sin embargo, los de Ancelotti podrían alargar su campaña hasta el 13 de julio. Es decir, una diferencia de casi un mes y medios entre ambos conjuntos.

Esto explica como el FC Barcelona comenzó el curso a un nivel sobresaliente mientras que el Madrid inició a un ritmo más lento. Los meses siguen pasando y el equipo de Flick ha bajado sus prestaciones mientras que los blancos continúan incrementando su nivel con el paso de las jornadas. Pintus tiene la mira puesta en el Mundial de Clubes y el peaje a pasar era un peor rendimiento en el primer tramo de la temporada.

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Del mismo modo, resulta muy complejo elaborar una planificación física por culpa de los constantes torneos que se juegan cada verano. Esta temporada será el Mundial de Clubes quien haga que un equipo acabe la campaña a mitad de julio y tan solo tenga un mes para iniciar la siguiente. Es decir, sin tiempo para el descanso. Lo mismo ocurre con los torneos de selecciones que muchas veces provocan que los futbolistas se vayan incorporando en oleadas a las pretemporadas.

La FIFA y sus Confederaciones siguen engordando el pastel y están condenando al fútbol a morir de éxito. Más y mejores partidos no significa siempre un mayor espectáculo. Llegará un punto en el que los protagonistas se rebelen. Quedará por vez entonces la reacción de quienes manejan el deporte rey a su antojo. Quizá, la solución pase por proteger al futbolista. No todo lo contrario.