¿Pedirían Neymar, Ronaldo, Di María, Agüero -o quien fuera- perdón tras fingir un penalti? Seguramente, no. Es más, ¿les preocuparía haber engañado al árbitro? Obviamente, tampoco. Dormirían bien, celebrarían la obtención de tres puntos más y pasarían página. Sin embargo, hay un jugador, Timo Werner, máximo goleador del Leipzig y cuarto de la Bundesliga (ocho tantos), que no es capaz de hacer eso. Él simuló un penalti hace dos semanas contra el Schalke (2-1), reconoció después haberlo hecho y ahora sufre las consecuencias: silbidos, bromas por internet, exposición pública y rechazo por todos aquellos que consideran que engañó. Al fin y al cabo, juega en Alemania y allí la mentira está penada moralmente. Y el delatero germano, en fin, ya no puede hacer nada salvo recibir tratamiento psicológico.



Su castigo, no obstante, comenzó hace dos semanas. El Leipzig, entonces líder de la Bundesliga, recibía al Schalke 04 en casa. Era, en teoría, un partido más. Sin embargo, nada más comenzar el choque, antes de que se cumpliera el primer minuto de juego, Timo Werner recibe la pelota, entra en el área, es agarrado levemente por Naldo -sin que eso le suponga un inconveniente para seguir con la pelota- y él encara al portero y se tira al suelo. El árbitro pita penalti y él convierte la pena máxima. Su equipo se adelanta y acaba ganando el encuentro (2-1) con un tanto de Kolasinac en propia puerta. Pero ese no es nada más que el comienzo de la historia.

Schwalbe Werner



Terminado el partido, Timo Werner atiende a la televisión y aclara que ha sido agarrado levemente por Naldo, pero que cae después y Ralf Fährmann, portero del Schalke, no le toca. Y, de hecho, al parecer, se lo habría dicho en el terreno de juego al propio colegiado. ¿Y qué ocurre? Que el árbitro lo niega y, a su vez, reconoce que no debería haber pitado la pena máxima. Y, a partir de ahí, comienza el lío, con el jugador como objeto de bromas e insultos de las aficiones rivales -a pesar de pedir disculpas públicamente-.



Un escarnio que, en un principio, no supuso ningún problema para el jugador, pero que a la postre sí lo ha sido. ¿La razón? En el partido contra el Ingolstadt, el pasado fin de semana, Timo Werner tuvo un de sus peores días esta temporada, y su entrenador, Ralph Hasenhüttl, llegó a declarar que no se había “sentido libre”. ¿Por qué? En gran parte, por los cantos de la afición rival contra él, con las consiguientes consecuencias: la primera derrota de este curso para el Leipzig en la Bundesliga y la cesión de la primera posición en la tabla al Bayern.



La solución: un psicólogo



Ante esta coyuntura, Timo Werner está siendo tratado por el psicólogo del club, Sascha Lense, exjugador de fútbol con cerca de 100 partidos disputados en la Bundesliga II, la segunda división alemana. Y lo hace con un objetivo: volver a ser el de siempre, ese jugador que se crió futbolísticamente en el Stuttgart y se convirtió en el más joven en debutar con dicho club a los 17 años, cuatro meses y 25 días. El mismo que ha pasado por todas las categorías de la selección alemana con unos números de escándalo: 32 goles en 37 encuentros con la sub-17 y 15 en 14 choques con la sub-19. Y, por último, el más bisoño en alcanzar los 100 partidos en la Bundesliga superando a Draxler y Karl-Heinz Körbel. Es decir, una perla del fútbol alemán en toda regla. 



Ahora, a sus 20 años, y con la ayuda de su psicólogo, espera borrar próximamente aquella imagen, la de su caída. Un engaño que le ha costado caro mentalmente, quizás más que a nadie, pero que le puede venir bien de cara al futuro. Al fin y al cabo, tal y como percibió Ralf Rangnick, director deportivo del conjunto alemán, lo tiene todo para triunfar: es rápido, maneja bien las dos piernas, es joven y está en un equipo llamado a dar guerra durante los próximos años. Lo que es seguro es que no tratará de engañar de nuevo a un árbitro a corto plazo. Eso, a estas alturas, está descartado. En cualquier caso, el foco volverá a ponerse sobre él ante el Hertha de Berlín, choque en el que el Leipzig buscará seguir la estela del Bayern. ¿Simulará esta vez? Hagan juego. Pero no tendrá demasiadas ganas.... 

Timo Werner celebra el gol marcado de penalti. Reuters

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