Hola, me llamo Ederson, juego en el Benfica y soy un muro
El conjunto portugués de hace con la victoria (1-0) ante el Dortmund gracias al acierto de su portero. Aubemayang falló hasta tres ocasiones claras para los alemanes.
14 febrero, 2017 23:01Noticias relacionadas
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Ederson Santana de Moraes era (en pasado) un desconocido. Sí, en Benfica estarían al tanto de sus milagros. Y, seguramente, Casillas también sepa de él por aquello de que juega en la misma liga. Al igual que sus padres, que en Osaco (Sao Paulo, Brasil), donde él nació, obviamente, seguirían el partido. Allí lo verían presentarse ante Europa; decir, en mayúsculas, que quiere ser portero. O, mejor dicho, que es un porterazo. Que hizo dos paradas de escándalo (una desde los once metros a Aubameyang) y otra a un tiro lejano que respondió con una palomita. Eso, más otras cuantas jugadas en las que intervino como si nada. Él, un tipo al que sólo los parabólicos conocerían, fue el responsable de que el Benfica se lleve una buena ventaja a Dortmund. Y, quién sabe, si suya puede ser también la culpa de una posible clasificación a cuartos de final [Narración y estadísticas: 1-0].
No creía el Benfica ser favorito. De hecho, no lo era cuando se celebró el sorteo. Pero antes del partido, y tal como llegaba el Dortmund -desahuciado en la Bundesliga (cuarto y a 14 puntos del Bayern)-, el conjunto lisboeta empezó a creer. Pensó que podía y se puso a ello. En su estadio y con su gente, apretó desde el principio. Y, pese a lo que se intuía, fue superior. Pero no fue capaz de adelantarse en la primera mitad; incluso se pudo ir por detrás en el marcador de no ser por Aubameyang, que falló la primera de muchas delante de Ederson. El prolegómeno de lo que estaba por llegar. Una cruz, la del delantero; y una cara, la del portero.
No cedió el Benfica. Antes o después, se esperaba el bajón de los locales. Pero no llegó. No, esta vez, no. Y, cuando se quiso dar cuenta el equipo de Thomas Tuchel, se vio por debajo en el marcador: Pizzi sacó el córner, Luisao lo cabeceó, Bürki despejó y Mitroglou la empujó en la boca de gol. Y, una vez por delante, se echó atrás y dejó que el Dortmund se estrellara contra un muro que no pudo derribar. Gracias, también, a Aubemayang, que falló dos seguidas. La primera la mandó por encima de la portería cuando se encontraba solo y la segunda la erró desde los once metros. Eso sí, en todo tuvo gran importancia Ederson, un portero hasta hoy desconocido que se presentó en sociedad por todo lo alto.
El guardameta, de 23 años, puede que simplemente tuviera una buena noche. O, sencillamente, es posible que se convierta en uno de los grandes porteros del continente. Ya se verá. Pero lo cierto es que él mantuvo a su equipo. Y sí, también él se encargó de detener todas las acometidas del Dortmund. Eso es lo que mejor resume un partido que deja a los portugueses con una ventaja que nadie soñaba en Lisboa hace semanas. Al fin y al cabo, el Dortmund era uno de los favoritos para hacerse con la competición al principio de temporada. Y, aunque urge no matarlo antes de que quede eliminado, lo cierto es que tendrá que remontar. Sí, en su estadio, pero con Ederson al otro lado. Y con eso queda todo dicho.