Usted puede quedarse con los datos. Con el liderato del Manchester (a ocho puntos del United) en la Premier League, con su primer puesto en el grupo F de la Champions antes de enfrentarse al Feyenoord (martes, 20:45 horas), con sus 40 goles a favor y tan solo siete en contra en Inglaterra o, simplemente, con algo que resume cualquier afirmación anterior: el City no ha perdido ningún partido en lo que va de temporada. Todo esto es objetivo y difícilmente discutible. El equipo de Guardiola, tras gastarse 462 millones de euros en dos veranos, funciona. Juega al fútbol –muy bien, por cierto– y gana, premisa esencial de cualquier éxito futuro. Eso es lo básico. Usted, sin embargo, también puede ir más allá y preguntarse qué ha hecho el técnico catalán para amarrar finalmente el triunfo. En ese caso, es necesario que fije su mirada en Silvia Tremoleda, dietista ‘milagro’ contratada por el técnico catalán y parte importante en la metamorfosis de los Sky blues estos dos cursos.
Silvia ha conseguido –obviamente, junto al preparador físico y al resto de los componentes del cuerpo técnico– que el City sea uno de los equipos más en forma de todo el continente. Su éxito, sin embargo, no es casual. Esta catalana, deportista de alto nivel y nutricionista, fichó por el Manchester tras una basta trayectoria y mucha experiencia: fue la dietista de las secciones de fútbol y baloncesto del Barcelona, y saltó a la ‘fama’ por conseguir que Messi se dejara de lesionar en 2013 al seguir sus pautas de alimentación. Eso, al menos, durante un tiempo, hasta que el argentino decidió cambiarla por el italiano Giuliano Poser, su actual nutricionista, el que ha logrado que Leo deje de vomitar.
Todos esos motivos fueron los que llevaron a Guardiola a llamarla y pedirle que llevara la dieta del Manchester. Guardiola la conoce bien y confía en ella. Fue padrino en su boda, celebrada en Nueva York, con el economista Xavier Sala i Martin, tesorero del Barcelona durante la presidencia de Joan Laporta, y conoce y valora su trabajo desde su etapa como nutricionista en el primer equipo azulgrana. Entonces, ella consiguió que el conjunto culé rindiera a buen nivel. Y, esta vez, ha hecho lo propio al confeccionar el planning alimenticio del City. Los resultados están a la vista de cualquiera.
La nutricionista catalana, una de las referencias en el sector, planifica las dietas grupales, pero también las individuales. Ha dejado que Leroy Sané, por ejemplo, siga tomando su pan de plátano, único vicio confeso del alemán, y que Agüero y Otamendi puedan tomar todo el gluten que quieran. Pequeñas modificaciones que han derivado en una mejor salud física de los jugadores, menos lesiones y un mayor rendimiento en el campo. Tres factores que Pep Guardiola siempre ha buscado controlar en todas sus plantillas. Así lo hizo en Barcelona y también en Múnich, donde le pidió al club contratar a una nutricionista tras corroborar la mala alimentación de sus pupilos.
Por eso, por su experiencia en el Bayern, donde tuvo que esperar un tiempo prudencial hasta que el club cumplió con sus deseos de contratar a una nutricionista, Guardiola no quiso que le ocurriera lo mismo en el Manchester y llamó a Silvia, que, tras dar a luz, se puso manos a la obra. Y lo hizo con total naturalidad, porque la catalana, además de nutricionista, también ha sido deportista de élite –de hecho, sigue entrenando–: fue campeona de triatlón de larga distancia en Almere (Holanda) –su mejor resultado en esta disciplina– y campeona de pádel de Cataluña en 1999, entre otras muchas cosas.
Ese es uno de los secretos del City: tener a una de las mejores nutricionistas del continente. El resto lo ha conseguido Guardiola con sus ‘manías’ y particularidades a la hora de trabajar. El técnico catalán ha conseguido, por ejemplo, que los jugadores queden a comer o cenar fuera de la ciudad deportiva para fortalecer su relación, que el grupo reciba mensajes y pensamientos positivos cada día escritos en catalán o que los jugadores lo sientan cercano (Pep se sabe todos sus apodos y está disponible siempre para ellos a pesar de estar mucho tiempo metido en su despacho).
Con estas recetas, una dieta adecuada, una plantilla acorde a las circunstancias del club y con un entrenador que –con independencia de sus ideas políticas– ha demostrado ser de los mejores del mundo, el Manchester se mantiene firme en la Premier League, deslumbra en Europa y vende a De Bruyne como el sucesor de Messi y Cristiano. Ese es el plan en noviembre, justo antes de que su equipo se enfrente al Feyenoord en la Champions. Y así se mantendrá, salvo que los resultados cambien. De momento, no parece.
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