Si el último doble enfrentamiento entre Juventus y Barcelona acabó 3-0 en Turín y 0-0 en la ciudad Condal, siete meses después se han repetido los mismos resultados, pero a la inversa. 3-0 gana el Barça en el Camp Nou y 0-0 acabó el partido en Italia. Las diferencias se hicieron obvias desde la exigencia de todos los duelos. En abril se enfrentaron en cuartos, ahora en la fase de grupo. [Narración y estadísticas: Juventus 0-0 Barcelona]
El Barça está en octavos y como primero de grupo y eso es lo importante, porque de fútbol y goles, a este Barça en Champions le ha faltado un poco. A excepción de ese 3-0 con el que abrió la fase de grupos en septiembre, el camino de los culés no ha sido malo, pero tampoco como el de otros favoritos que si han ido dando miedo. Son cuatro victorias en cinco partidos, un solo gol en contra, pero los azulgrana han ido dejándose llevar en Champions. Tenían esa posibilidad.
A Turín fueron sabiendo que solo una derrota les dejaba sin el primer puesto seguro pero que aún perdiendo tendrían el último partido ante el Sporting para amarrarlo. Y por eso Ernesto Valverde se dio, por primera vez, el gusto de dejar a Messi en el banquillo, posiblemente pensando en el duelo tan importante del domingo en Mestalla. En la segunda parte salió el argentino, pero tampoco cambió nada. Eso sí, su presencia ya creó ciertas dudas en una Juventus venida a menos.
El actual subcampeón de Europa ha bajado un escalón y no es ese equipo tan aguerrido y fiable que lo fue el año pasado. Este miércoles tuvo ocasiones, pero se quedó lejos del control del partido. Su mala cabeza les lleva a jugarsela en la última jornada, aunque partan con ventaja. Deben ganar a Olympiacos (ya eliminado) en Grecia o superar o igualar lo que haga el Sporting en el Camp Nou.
Merece la pena destacar otro partido más la seguridad que Ter Stegen ha aportado a este Barça. Es el gran cambio respecto a la temporada pasada. No es que el portero alemán estuviera mal el año pasado, pero es que en el presente ha dado un salto importante. Él no podrá meter goles, pero sus paradas también lo son. Ter Stegen se ha convertido en uno de esos porteros que transmite confianza y da puntos. En Turín no tuvo excesivo trabajo pero, por ejemplo, sacó una mano en el último minuto a un disparo de Dybala que perfectamente pudo ser el 1-0. El alemán está en su momento más dulce.
Del equipo de Valverde se puede señalar también el trabajo de Paulinho, que fue el que tiró del carro culé en los primeros minutos, con remate al palo incluido, y que se ha ido asentando dentro de unas rotaciones de las que él sale bien parado y Deulofeu, no. Otro partido insulso del catalán. Además, Luis Suárez dejó otro de sus sellos: una patada a destiempo que sigue sin costarle caro. Parece que el uruguayo es incapaz de acabar un partido sin dejar una acción antideportiva.
Del partido, como ven, poco. Hubo fases en la que hubo emoción, por el simple nombre de ambos equipos, y otras en las que el ritmo del encuentro fue de menos a más. No pasará a la historia este partido, tampoco es que se esperara antes de que se celebrara. El Barcelona líder a medio gas de un grupo en el que ganó sin merecerlo en Lisboa y empató a nada en Atenas y Turín.