Alavés y Celta de Vigo se jugarán este miércoles en Mendizorroza la segunda plaza de finalista de la Copa del Rey, dieciséis años después de que el conjunto vasco alcanzara la final de la Copa de la UEFA y de que el gallego hiciera lo propio en este torneo.
El Alavés está a las puertas de su primera final de la Copa del Rey en sus 96 años de historia y el Celta tratará de luchar por el título por quinta vez tras cuatro presencias.
Tras el 0-0 del partido de ida en Balaídos, la eliminatoria está abierta y cualquiera de los dos conjuntos cuenta con serias posibilidades de plantarse en la final copera en un choque que finalmente no cambiará de hora ni de día, a pesar de que el Alavés solicitó el aplazamiento del mismo debido a que el Celta no disputó su partido de Liga ante el Real Madrid.
Al conjunto albiazul sólo le vale el triunfo y otro empate a cero obligaría a jugar un prórroga a ambas escuadras, mientras que el resto de resultados son favorables al plantel céltico.
Los vascos llegan a este encuentro con la moral muy alta y con una dinámica positiva tras golear al Sporting de Gijón en El Molinón (2-4) en el último partido de LaLiga Santander.
Además al equipo vitoriano le acompaña una importante racha en la Copa del Rey, en la que no ha perdido ningún partido, lo que les ha servido para dejar en el camino al Nàstic de Tarragona, al Deportivo de La Coruña y al Alcorcón.
El Alavés se encuentra a un paso de convertirse en el sexto equipo recién ascendido que se clasifica para una final de Copa del Rey e imitar las hazañas que lograron Sevilla, Castellón, Mallorca, Recreativo de Huelva y Zaragoza.